Estaba cumpliendo condena en Punta Peuco:
- Militar había sido condenado por los asesinatos de Absalón Wegner y Rigoberto Achu en San Felipe.
A los 93 años de edad y producto del Covid-19 murió el General (r) Héctor Orozco, quien estaba cumpliendo condena en el Penal de Punta Peuco desde el año 2017 por los asesinatos de los militantes PC y PS doctor Absalón Wegner y Rigoberto Achu, crimen ocurrido el día 13 de diciembre del año 1973 en la intersección de las calles 5 de Abril con Molina en San Felipe. Ambos fueron asesinados tras regresar a la cárcel.
Al respecto fue la hija del doctor Absalón Wegner, Mónica, quien se refirió a este fallecimiento señalando que las muertes siempre son duras, independiente de quien sea: «Con la muerte del señor Orozco se va cerrando un ciclo para nuestra familia, bastante largo, bastante duro, pero creo que es bueno ir cerrando etapas. Ahora no es bueno la muerte porque me imagino que su familia también está sufriendo, las muertes en sí no las celebramos por ningún motivo, simplemente el hecho de decir que tuvo una larga vida él tomó sus decisiones, nosotros gracias a Dios estuvimos a tiempo de poder hacer un justo juicio creo yo», señaló.
– ¿Ustedes como familia están conformes con lo que se resolvió en el juicio llevado a cabo por el Ministro Julio Miranda?
– Mira fue bastante largo, duró 7 años, el juicio fue bastante estudiado de forma muy responsable, con muchísima investigación, testimonios, algunos testigos… algunos testigos que fallecieron dejaron toda su experiencia notariada para que fuera lo más seria y responsable posible, entonces yo diría que el juicio fue lo más justo que pudo haber sido para ambas partes. Más allá que ellos reconozcan o no, se hizo con toda la seriedad del mundo, entonces creo que eso a mí me deja, a mi familia, mi mamá, mi hermana, nos deja muy tranquilas en que se hizo con toda la seriedad que tenía que hacerse algo tan duro y terrible.
– ¿Ustedes lograron en algún momento durante la investigación conversar con el General Orozco?, o durante la reconstitución de escena que se llevó a cabo ahí en calle Molina con 5 de Abril, ¿intercambiaron alguna vez una palabra con él o no?
– Nunca, nunca, nunca ellos quisieron dar la cara, nunca quisieron hablar con la familia, la verdad que nosotros no insistimos tampoco, porque cuando pasó esto ya eran personas de bastante edad, bastante enfermas, y aquí se trata de verificar hechos y verificar situaciones. A nosotros nos importaba que se descubriera quiénes fueron los asesinos de mi papá y gracias a este juicio se pudo conseguir, ahora si ellos no lo reconocen, si ellos están tranquilos o no con sus conciencias, es un tema de ellos, si ellos no quisieron juntarse con nosotros y darnos la cara, tuvimos que hacer en días diferentes… no se pudo carear, cada uno daba su testimonio en días diferentes, entonces no hubo mucha posibilidad de interacción con ellos… no, nunca.
– ¿Se pueden cerrar heridas al pasar el tiempo o es un tema que siempre sigue pendiente ahí en conversaciones familiares?, porque el otro día me decía una madre que le asesinaron su hijo, ella esperaría que hubiera muerto en un accidente o de una enfermedad, pero no que lo mataran, ya es completamente diferente. ¿Se sigue conversando el tema en reuniones familiares o no?
– Yo creo que el tema de que maten a un ser querido es duro, es algo que te va a repercutir en tu vida para siempre en lo que viene. Mis hijos han tenido que saber lo que pasó con el abuelo y seguramente se lo contarán a mis nietos, así es que es algo que siempre está presente y mi mamá siempre lo recuerda, entonces es algo que evidentemente está en las reuniones familiares y está presente, pero yo tengo, no sé tal vez llamarle la gracia, yo vengo de un hogar cristiano, a mí desde muy temprano me enseñaron que las cosas hay que reconocerlas, aclararlas, pero cuando ya se tiene la película clara hay que empezar a vivir y no quedarse pegada en el pasado, entonces también hay que perdonar. Yo quiero que mis hijos tengan una vida linda, maravillosa, y eso es reconocer el pasado, pero mirar adelante, no podemos quedarnos pegados en ese pasado que es doloroso, que es duro; hoy día sabemos la verdad, hoy día sabemos lo que pasó, pero pudimos enjuiciar a estas personas, entonces yo creo que después de esto hay un cierre importante que no se va del corazón, pero sí un cierre de capítulo por así decirlo, y tenemos que mirar para adelante, tenemos que ver el futuro, mirar con esperanza lo que viene y ojala que nuestro país sí pueda reconciliarse; los que no reconocen, puedan reconocer; los que no perdonan, puedan perdonar; los que hicieron tanto daño, puedan pedir perdón también. Siempre uno cuando está vivo tiene la capacidad de perdonar y pedir perdón.
– ¿Ese es el caso de ustedes como familia, perdonaron a los asesinos de su padre?, porque hay que hablar derechamente de asesinos.
– Sí son asesinos.
– ¿Los perdonaron ya?
– Sí, nosotros sabemos y tenemos los nombres de cada una de las personas que fueron involucradas directa o indirectamente en el asesinato de mi papá, porque esto a parte fue muy bien planificado y tenemos los nombres, pero hemos tenido la capacidad como familia de creer; así como Dios también lo perdona a uno, también debe perdonar porque sabes lo que pasa si no perdonas, te quedas pegado ahí y no puedes seguir viviendo, y yo creo que el mejor honor que le podemos dar a mi papá los que estamos vivos, es vivir una vida buena, una vida con propósito, vivir una vida lo más alegre que se pueda, reconociendo la persona que fue él, entonces yo no me quiero quedar en la muerte ni en el odio… me quiero quedar en la vida, en el perdón y caminar en esta vida que tengo el privilegio de vivir.
– Conversando con algunas personas, porque estuvimos presentes en la reconstitución de escena, cerca del General Orozco, del doctor Navarro, igual la gente conversaba dando muy buenas referencias de su padre, un reconocimiento hacía él, ¿eso ustedes lo valoran en ese sentido como familia?
– Sí, yo le tengo mucho cariño a la ciudad de San Felipe, por eso mismo porque al pasar los años siempre el 13 de diciembre siempre hay gente encendiendo velitas, gente cantando, hay gente acompañando, bueno yo soy la hija mayor, viví muchos años fuera de Chile, no pude ir y siempre me han pasado cosas a mí o a mi familia el 13 de diciembre para no poder ir ¡no hay caso!, no hemos podido ir, me meto en las redes de San Felipe el 13 y 14 de diciembre y pucha yo les agradezco tanto a le gente tan buena de San Felipe, que siempre hay una velita, una canción, hay una compañía porque de verdad, viene de muy cerca la recomendación, pero mi papá quiso mucho, a pesar de no ser de San Felipe, es un lugar que quiso mucho, un lugar que él trató de hacerlo de acuerdo a su militancia, cada día vivir con lo que él pensaba y ser, ser una persona de servicio, ser una persona de salud que impacte en la vida de las personas, no sólo un cargo político, sino que realmente él era un médico que escogió su carrera porque quería servir a los desprotegidos y en cierta medida lo vivió y lo pudo hacer y la gente de San Felipe lo reconoce.
– Bueno hay un salón en la dirección del Servicio de Salud Aconcagua que lleva el nombre de su padre Absalón Wegner.
– Sí ahí estuvimos nosotros, toda mi familia e incluso viajó mi tía desde Temuco, la hermana de mi papá; estuvimos todos juntos ahí la familia, fue maravilloso, un acto de reconstitución, también de alegría, de honrar la memoria de mi padre porque de verdad que él quiso mucho a San Felipe, quiso mucho a Putaendo y a su gente, entonces yo creo que la ciudad ha sido muy generosa en reconocerlo.
Mónica Wegner vive actualmente en Santiago.