Valeria Oliva Biénzobas, experta en trasplante de córnea:
- Es la única corneóloga en su especialidad de la V Región. Sus estudios superiores los cursó en Argentina y México. Es egresada de Religiosas Carmelitas y del Portaliano.
Más de una docena de personas del Valle de Aconcagua han logrado recuperar el maravilloso don de la vista en los últimos dos años, gracias a quienes donaron las córneas y gracias también al trabajo profesional de Valeria Oliva Biénzobas, oftalmóloga del Hospital San Camilo con su especialidad en Córnea, Cirugía refractiva y Superficie ocular. La operación más reciente que esta doctora realizó es la cirugía ocular que ella practicó a un vecino sanfelipeño, quien tenía 20 años sin poder ver, revirtiéndose el daño y llenando de felicidad a don Miguel Ormeño Sandoval y a su familia.
EXCELENCIA MÉDICA
Es por el gran aporte a la humanidad y a quienes sufren problemas oculares en Aconcagua, que Diario El Trabajo le realizó una amplia entrevista, oportunidad que aprovechamos para conocer más sobre su especialidad y el programa de procuramiento de córneas del Hospital San Camilo.
«Nací en Santiago pero desde muy chica me trajeron a vivir a mi amada ciudad de San Felipe. Mis estudios de Básica los cursé en Las Religiosas Carmelitas que ahora es el Colegio Vedruna, y mis dos últimos años los hice en el Colegio Diego Portales, actual Portaliano. Aunque fui una niña ilusionada con ser modelo y me encantaba bailar flamenco, siempre fui muy estudiosa, de las primeras alumnas de mi curso y eso me llevó a poder estudiar oftalmología, porque es muy difícil entrar a Medicina en todos lados, para ello se requiere tener buenas calificaciones en el colegio, buenos puntajes en la PSU y con eso uno puede postular, entrar y graduarse. Estudié en la Universidad Los Andes en Santiago y egresé como médico cirujano», comentó la Dra. Oliva.
– ¿Por qué te especializaste en el tema de la vista, qué te llamó la atención?
– Cuando yo tenía 10 años de edad, dije a mi familia que iba a ser oftalmóloga, y en mi familia por el lado materno son miopes. Entonces yo estuve siempre de chica viendo lentes por todos lados, por la miopía que algunos padecen, era algo que se conversaba, creo que eso fue lo que me motivó. Nosotros teníamos una rotación electiva y yo elegí oftalmología. Tenía otras especialidades que me agradaban: cardiología, obstetricia, también me gustaba la neonatología, y dije bueno, vamos a ser oftalmología para ver si realmente es lo que me gusta. Y me enamoré, me enamoré desde el primer día que entré a Oftalmología, carrera que saqué en Argentina, y en México hice mi especialidad de Córnea y Cirugía Refractiva. Llegué de Argentina en 2013, laboré dos años en el San Camilo, en 2015 viajé a Ciudad de México, donde hice mi subespecialidad de Córnea, regresé en 2017, y hasta en 2019 logramos hacer el primer trasplante de córnea, esas cirugías se realizan en el Hospital Carlos van Buren de Valparaíso.
– ¿Cómo funciona el tránsito de órganos para trasplantes en nuestro país?
– Acá en Chile se ha implementado hace un tiempo no tan grande, hay mucho fomento del Ministerio de Salud para que podamos nosotros primero procurar las córneas, tiene que haber un concepto de donación en la población, eso ha costado bastante inculcarlo, no es fácil, incluso entre mis colegas médicos, casi que nos dicen que hacemos casi el mismo trabajo de los patólogos en la morgue.
– ¿Qué porcentaje se maneja acá en Aconcagua de trasplantes realizados en estos dos años?
– El Hospital San Camilo ha salido por dos años consecutivos como el número uno a nivel nacional, en procura de órganos, y a pesar de que somos un hospital no muy grande y tenemos una población asignada no menor, hemos tenido buenos resultados, pero yo siento que tiene que ver con nuestra energía para que las cosas funcionen y hacerlas bien. Acá llevamos como entre trece y catorce trasplantes desde junio del 2019 que empezamos, hay que considerar que durante la pandemia no se hizo nada en 2020.
– ¿Cómo explicas a tus pacientes el proceso del trasplante de córnea?
– Yo le explico a mis pacientes para hacerles bajar un poquito a llevarlo a algo como cotidiano, que la córnea cumple como el parabrisas del auto, si el parabrisas del auto está sucio o dañado, yo no puedo ver para manejar, por lo tanto, lo que yo hago es cambiar esa córnea opaca o sucia por una córnea nueva que es la donada. Para ello necesitamos nosotros la donación de un paciente que está con muerte cerebral o un paciente con muerte de anatomía patológica, o sea, un donante cadavérico y se extrae la córnea. Tiene ciertos días y muchos requisitos, máximo catorce días, pero lo ideal son diez días desde que uno extrae la córnea para poder colocarla en el nuevo usuario, esto si se mantiene en refrigeración el cuerpo del donante. Después de eso viene un proceso en el cual se hacen un montón de test para evaluar que no tenga VIH, hepatitis B, hepatitis C en este caso, ahora tampoco hay que descartar todas esas patologías del donante antes de darle el Okey para poder trasplantar a nuestro paciente ya, inclusive el Covid-19.
– ¿Cómo reaccionan estas personas cuando recuperan la vista, son muy emotivas las reacciones?
– Es súper fuerte. Yo siento que como médico nosotros nos vamos de a poco perdiendo un poquito la parte de la sensibilidad, disminuye un poquito, pero cuando uno es más joven nos van tocando ver estos casos, así como emblemático, podríamos decirlo como el paciente que vimos, se me puso la piel de gallina y uno tiene que estar un poco serio, no se va a poner a llorar con el paciente.
– Hay un grupo de personas ciegas en Aconcagua, ¿hay esperanza para ellos de recuperar su vista?
– Mi concepto con respecto a eso es que la mayoría de estos pacientes que están ciegos, sobre todo si son jóvenes, ya han preguntado por varias puertas, son cegueras irreversibles y generalmente ya uno mismo también le pasa. A ver si le dan un diagnóstico mal o no y no, pues vamos ir a otro a ver qué me dice y a otro y a otro y a otro, y ya cuando el diagnóstico y el pronóstico visual se van manteniendo con personas diferentes. Cuesta, pero a la larga uno va aceptando esa realidad.
– ¿Existen córneas fabricadas por el hombre que ya se estén colocando a seres humanos?
– En eso estamos. Se está trabajando mucho en eso, existe en este momento y que se usa, yo las he usado aquí en Chile, acá sí se han hecho ese tipo de trasplante, se llama queratoprótesis, hay como tres tipos, incluso una que se hace con un diente, son para patologías oculares, en los cuales ya sabemos que va a haber un rechazo de trasplante corneal, para pacientes que ya hicieron dos o tres rechazos antes, ya no se puede hacer un cuarto rechazo porque la probabilidad de rechazos más alta, entonces, ahí, en esos pacientes, sobre todo en ojos únicos, se les puede ofrecer estas cuatro prótesis.
– ¿Algún mensaje para la nueva generación que sueñan con profesionalizarte como tú?
– Siento que cuando uno tiene ganas de hacer algo, lo que sea, ya sea hacer deporte, bajar de peso, subir el Everest, no sé, el motor está en la energía y las ganas que uno tenga hacia las cosas y nadie va a venir a hacerlas por ti. Tú tienes que hacerlas, tú tienes que levantarte temprano, tú tienes que esforzarte, y lo que yo he visto en mi carrera, sobre todo, es que todo esfuerzo tiene su recompensa.
Roberto González Short