Profesores en perfeccionamiento docente en Cuba, quienes llevaron cuatro ejemplares de ‘Diario El Trabajo’ para entregarlos a la Universidad.Profesores en perfeccionamiento docente en Cuba, quienes llevaron cuatro ejemplares de ‘Diario El Trabajo’ para entregarlos a la Universidad.

Durante el periodo Junio-Julio 2023 (vacaciones de invierno), un grupo de profesores de la Escuela ‘Gastón Ormazábal’ de Granallas, liderados por su director Gino Ulloa Hurtado (Experto 1, Carrera Profesional docente) viajaron a la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus, Cuba, para perfeccionarse en el posgrado: ‘Neurociencia para el aprendizaje’, con una duración de 40 horas.

Las psicólogas que entregaron este conocimiento específico fueron: Lordenia Comparini Domínguez, jefa del Departamento, y las docentes Helena Lorenzo Corrales y Yanet Macías Delgado.

La neurociencia emocional y social se ocupa de la actividad del cerebro cuando experimentamos emociones o nos relacionamos con los demás. Ha arrojado luz sobre la correlación entre el cerebro y las emociones y ha demostrado que la empatía y el cuidado son importantes para el desarrollo y la capacidad de aprendizaje del niño. El aprendizaje con alegría estimula la memoria. Leer con placer ayuda a retener las palabras. Cantar las tablas de multiplicar alegremente ayuda a integrarlas más fácilmente. Por el contrario, un fuerte flujo de emociones perturba la comprensión. Este es el caso cuando nos molestan las noticias desagradables. Entonces es difícil concentrarse.

Estos hallazgos están científicamente probados por la neurociencia, la disciplina de estudio de los mecanismos neuronales. Los llamados ‘emocionales y sociales’ se basan en la interactividad del cerebro y las emociones. Hay que diferenciarlos de la neurociencia cognitiva, que observa los mecanismos cerebrales de percepción, motricidad, memoria, etc. Sin embargo, ambos están estrechamente relacionados.

Las neurociencias emocionales y sociales muestran que, gracias a la benevolencia y la empatía que les damos, los niños pueden aprovechar al máximo sus capacidades de aprendizaje, su curiosidad por el mundo y por los demás. Este es un gran descubrimiento para la evolución de los métodos de enseñanza.

El cerebro arcaico de los más pequeños. Se dice que el cerebro de un niño menor de seis años es ‘arcaico’: está controlado por la espontaneidad, la impulsividad, la falta de objetividad. No está maduro. Los circuitos, que conectan la parte emocional y la parte superior de su sistema cerebral, aún no están construidos. Sus emociones se experimentan con intensidad. Este es el caso cuando llora a mares y lanza fuertes gritos. El niño no puede moderar, calmar su exceso emocional solo. De ahí la necesidad de calmarlo, para equilibrarlo. Cuanto más benévolo sea el adulto con él, más sereno crecerá el niño y tendrá toda la facultad de ser él mismo. Porque imita su entorno gracias a sus neuronas espejo. Es su modelo, su referencia.

Los estudios de imágenes médicas han demostrado que la misma región del cerebro se activa cuando sentimos alegría y observamos a una persona alegre.

El comportamiento de un padre, o de un maestro, tiene un papel determinante en el proceso de adquisición del niño. Un niño que es comprendido y apoyado estará motivado y prosperará en su entorno familiar, así como en la escuela. El volumen de su hipocampo, la parte del cerebro que gestiona la memoria en particular, se abre y le da una mejor capacidad de aprendizaje./  La empatía le da al niño una brújula interior, capacidad de alejarse de uno mismo para imaginar el mundo del otro. Esto presupone la proximidad con el otro y la distancia crítica. No es ni simpatía ni compasión.

Algunos padres, o profesores, presionan a los niños, no tienen palabras amables cuando creen que están haciendo lo correcto. Creen que, al hacerlo, el niño se comportará o trabajará mejor. Pero humillar y estresar a un niño no ayuda. Reprimido, castigado, se apagará. El abuso, ya sea verbal y/o físico, deja una huella cerebral que puede conducir, a lo largo de la vida, a ataques de ansiedad, violencia, depresión y trastornos de apego que dificultan las relaciones con los demás.

La empatía no puede ser decretada. La relación afectiva con el niño o el estudiante es algo que se puede trabajar y aprender. De esta manera, pueden anticipar que el niño evite el aprendizaje o el hecho de que está aprendiendo bajo coacción, motivado sólo por la recompensa. La noción de error no debe asociarse con lo que está mal sino con algo normal, algo inevitable. Existen varios métodos y capacitaciones para aprender a desarrollar habilidades socio-emocionales: talleres de juego de roles, proyecciones de películas seguidas de discusión y práctica en torno a la empatía, etc.

La comunicación no violenta es una posible alternativa. teorizada por Gandhi, es una serie de principios que promueven el diálogo, la comprensión mutua y la colaboración: no juzgar a la otra persona, expresar los propios sentimientos y necesidades, formular lo que se espera de los demás.

Los avances en la imagen médica han dado lugar a grandes avances. Permiten observar el cerebro cuando aprende, corrige, se equivoca. Y nuestra materia gris es, sobre todo, ‘un cerebro emocional’. Ni completamente racional ni completamente irracional. Y nuestras emociones son de hecho la fuerza motriz detrás de esta racionalidad imperfecta.

Profesores en perfeccionamiento docente en Cuba, quienes llevaron cuatro ejemplares de ‘Diario El Trabajo’ para entregarlos a la Universidad.
Profesores en perfeccionamiento docente en Cuba, quienes llevaron cuatro ejemplares de ‘Diario El Trabajo’ para entregarlos a la Universidad.