Una situación bastante confusa se presentó tras conocerse del millonario robo a la distribuidora Lipigas de Chacabuco, donde personal administrativo aseguró que el robo sufrido no alcanzó las cifras millonarias en dinero en efectivo y joyas que se dieron a conocer en diferentes medios de comunicación por la PDI, tras un hecho delictual que efectivamente fue perpetrado en horas de la madrugada de este lunes en el local ubicado en Avenida Chacabuco 942 en San Felipe.
Personal del local que pidió no revelar su identidad aseguró a Diario El Trabajo que los hechos se mantienen en reserva a cargo de la Policía de Investigaciones de San Felipe, sosteniendo que el robo originado en este establecimiento sólo fue la sustracción de dos notebook de la empresa que se encontraban al interior de la caja fuerte que fue descerrajada, cuyo monto fue avaluado en un millón de pesos.
De esta manera personal de la empresa, siempre en el ámbito extraoficial, desacreditó los dichos y trascendidos publicados en medios digitales y redes sociales, que aseguraban un millonario robo de 11 millones en dinero en efectivo, joyas y otras especies, basados en información dada por la PDI. Sin embargo frente a este escenario, los trabajadores quisieron aclarar las circunstancias y desestimaron la tenencia de altas sumas de dinero en el local para evitar episodios de robos similares al del año recién pasado.
A ROSTRO DESCUBIERTO
Desde esta perspectiva se nos informó que tras la revisión de las grabaciones de las cámaras de seguridad, el delito se originó a eso de la una de la madrugada del domingo, cuando dos sujetos a rostro descubierto irrumpieron realizando un forado por la techumbre para acceder hasta la oficina comercial.
El registro audiovisual revela que los sujetos desordenaron los muebles y escritorios en búsqueda de dinero, hasta hallar la caja fuerte de grandes dimensiones, la cual empleando herramientas la descerrajaron, encontrando dos notebook con vital información de la empresa desde el año 2008.
Los sujetos a fin de evitar la activación de la alarma de seguridad, destrozaron algunos sensores de movimiento, sin embargo las siete cámaras instaladas en distintos puntos del local afectado registraron la actuación de los antisociales, cuyas evidencias fueron entregadas a la Policía de Investigaciones.
Dentro de los daños a la propiedad cometidos por estos antisociales que lograron darse a la fuga, trabajadores señalaron un monto de $150.000, mientras que los daños al sistema de seguridad son cubiertos por el seguro de la empresa de alarmas.
Pablo Salinas Saldías