Estas son algunas de las vitrinas en donde desde ahora podrán encontrarse las deliciosas chaparritas, tablillas y los sabrosos berlines y cachitos.Estas son algunas de las vitrinas en donde desde ahora podrán encontrarse las deliciosas chaparritas, tablillas y los sabrosos berlines y cachitos.
Estas son algunas de las vitrinas en donde desde ahora podrán encontrarse las deliciosas chaparritas, tablillas y los sabrosos berlines y cachitos.
Estas son algunas de las vitrinas en donde desde ahora podrán encontrarse las deliciosas chaparritas, tablillas y los sabrosos berlines y cachitos.
  • A partir de ahora, las chaparritas, empanadas, berlines, panes de leche, tablillas y todas las delicias que hicieron popular a este comerciante sanfelipeño estarán en las vitrinas del nuevo local ‘Cuántos-Cuantos’.

Tras casi 30 años de arduo trabajo en las afueras de uno de los establecimientos educacionales más reconocidos de San Felipe y de largos recorridos por las poblaciones sanfelipeñas a bordo de su triciclo y bicicleta, el famoso y reconocido ‘Cuánto-Cuánto’, logró establecer su rubro con un pequeño negocio frente a la Escuela Industrial Guillermo Richards Cuevas.
En San Felipe podemos encontrar a muchos personajes populares que con el transcurso de los años han ido forjando una identidad particular y se han transformado en verdaderos íconos de la población. Reconocerlos por el apodo, a algunos de ellos, resulta ser mucho más fácil que identificarlos por el nombre propio. Es el caso de Octavio Díaz Neira, a quien seguramente usted no distinguiría si no decimos que se trata del abnegado comerciante ambulante, rotulado popularmente como el ‘cuánto-cuánto’.
Con casi 30 años de oficio en el rubro del comercio de comestibles, Díaz comenzó a hacerse conocido por sus sabrosas tablillas, berlines y panes de leche, por allá por la década del ‘80, cuando producto de la caída desde un camión con fruta, mientras realizaba su trabajo apatronado, se fracturó su brazo y hombro derecho, lo que finalmente lo imposibilitó de seguir ligado a trabajos que implicaran cierto grado de esfuerzo físico.
Según relató este sanfelipeño, fue un amigo quien partir de ese instante lo insertó en el mundo del comercio ya que “casi en ninguna parte duraba trabajando porque no tenía la fuerza suficiente para desarrollarme como corresponde, entonces fue Joel Zamora con quien yo compartía en el fútbol – en el Club Deportivo Pentzke – él me ofreció la oportunidad de trabajar en el negocio de la calle porque tenía una amasandería, pastelería y por ahí empezó mi historia, un poquito acomplejado, con poca experiencia, pero por necesidad de poder trabajar tuve que hacerlo”, narró ‘cuanto-cuanto’.
A partir de allí comienza a forjar su historia en el acceso principal del Liceo Industrial de San Felipe, los alumnos de este establecimiento educacional contribuyeron a que con el pasar de los años, Díaz se fuera asentando y pudiera otorgarle estabilidad económica a su familia compuesta por su esposa Ana, su hija Laura y sus hijos Nelson y Jael.
En relación a cómo llegó a establecerse como el principal comerciante de este reconocido colegio aconcagüino, ‘cuanto-cuanto’, cuenta que “por medio de un amigo que estudiaba acá en la Escuela Industrial, me habló muchas veces de que yo viniera a ponerme a la salida aquí, porque no habían negocios cerca y los niños siempre necesitaban comprar algo para comer porque el kiosco adentro era muy pequeño, no alcanzaban a comprar todos y así fue como el 4 de julio de 1986 llegué a la Escuela Industrial”, relató.
Díaz, que también comenzó a ser conocido en la calle como ‘Don Checho’, gracias a un profesor que sin fundamentos claros decidió rebautizarlo, habló también de su relación con el ex director del Industrial, don Fernando Silva Castellón (QEPD) a quien agradeció, diciendo que “él me dio la oportunidad de inmediato, me ayudó mucho, una excelente persona, un verdadero caballero y gracias a él tuve la posibilidad de comenzar a trabajar en la escuela”, aseveró.
De los berlines, tablillas, cachitos y panes de leche, extendió su oferta a las empanadas de pino los días domingo en las distintas canchas del fútbol amateur sanfelipeño y posteriormente los helados, especialmente los chocolitos y chirimoya alegre en forma de cilindro, comenzaron a ser furor en las distintas poblaciones sanfelipeñas, que despertaban del letargo de la siesta veraniega, al momento de escuchar el particular sonido de la chicharra de su antigua bicicleta.
‘Don Checho’ reconoce que a lo largo de los años ha vivido muchas historias que le gustaría compartir con los sanfelipeños, una de ellas es la razón de ser de su apodo, cómo surge la idea y a quien se le ocurrió definirlo como el ‘cuánto-cuánto’, argumentando que esto se debió al ingenio de un alumno del mismo Liceo Industrial
“Resulta que con los nervios de la primera vez, siempre repetía cuánto-cuánto va a querer mijo, cuánto-cuánto me va a comprar usted, cuánto-cuánto le guardo para la salida, entonces un niño de apellido Brontis que vivía en la población San Felipe, un día se paró adentro de la escuela y con un grupo de amigos me gritó ‘oiga a usted de ahora en adelante le vamos a llamar el cuánto-cuánto’ y ahí quede pues, porque era verdad que yo siempre les decía ‘cuánto-cuánto le va a llevar a la mamita para que se ponga en la buena por las malas notas que se ha sacado’, entonces ahí me dijo para los industrialinos usted va a pasar a ser el cuánto-cuánto”, detalló.
Respecto de esta nueva etapa que comienza a vivir con el establecimiento de su negocio, Díaz afirma que aún no puede disfrutar a concho este importante logro que ha conseguido en base a esfuerzo y dedicación. Asegura que si fuera por él no dejaría nunca de trabajar en la calle, pero que la salud y el tiempo no perdonan y que después de toda una vida de comerciante, montado en el triciclo que se ha transformado en su fiel compañero de viajes, ha llegado la hora de tomar ciertas precauciones para que la familia pueda estar más tranquila.
“Es un logro bastante importante para mí y para mi familia, pero me costó decidirme porque estoy acostumbrado a trabajar puerta a puerta con mi triciclo, al aire libre y estar encerrado me incomoda un poquito, pero mi hija me dio a entender que con el tiempo va a llegar el cansancio, algunas enfermedades-porque han sido muchos años de sol, frio- y lo tomé por ese lado por el consejo que ella me dio y aquí estamos, fue una sana decisión porque en esta semana me ha ido súper bien”, destacó.
Finalmente, el ‘cuanto-cuanto’ señaló que una de las gratas sorpresas que se ha llevado en estos días trabajando en su negocio, ha sido la enorme cantidad de personas que lo reconocen y el alto número de ex alumnos de la Escuela Industrial que han llegado a visitarlo y felicitarlo por el gran paso que ha dado en su rubro. Aun así, no deja de lado su pensamiento de micro empresario y desea que prontamente llegue marzo para que con el comienzo del año escolar, exploten las ventas de chaparritas, empanadas, tablillas, berlines y bebidas.

70 comentarios en «El conocido vendedor Cuánto-Cuánto logra establecer su propio negocio y comienza a dejar el nomadismo comercial»

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