Samuel Tapia dejó un inmenso legado no solo al deporte, si no a toda la comunidad sanfelipeña.
Samuel Tapia dejó un inmenso legado no solo al deporte, si no a toda la comunidad sanfelipeña.
  • Después de una larga enfermedad, el viernes dejó de existir Samuel Tapia Guerrero.

El fin de semana pasado el básquetbol y deporte de San Felipe en general, debió lamentar la partida de Samuel Tapia Guerrero, quien durante gran parte de su vida se entregó por entero a la gran pasión de su vida. El baloncesto.

Recorrer la vida de Samuel Tapia Guerrero, es pasar por los momentos más gloriosos del básquetbol sanfelipeño. Jugador, dirigente, técnico y formador de varias generaciones de basquetbolistas en todo el valle, Samuel Tapia dio durante estos últimos dos años una dura batalla por su salud.

Junto a Edith Vargas, su compañera de toda la vida, formó una familia que componen sus hijos; Cecilia, Ricardo, Jorge, Edith y Nora. Dentro de los grandes hitos en la vida deportiva de Tapia Guerrero, se encuentra el Torneo Alejandro Rivadeneira, certamen que desde su nacimiento y hasta la actualidad es el más importante y trascendente del básquet escolar aconcagüino.

Figura de alcance nacional que con su trabajo se ganó un prestigio en todo Chile, fue organizador de torneos y encuentros infantiles de carácter nacional e internacional. El directivo hace dos semanas atrás recibió con emoción la noticia que el Concejo Municipal sanfelipeño había decidido que la Sala de Uso Múltiple, llevaría su nombre, el que quedó marcado a fuego para toda la eternidad. El velorio de Samuel Tapia Guerrero, tuvo lugar en la parroquia La Merced y un cementerio ubicado en el sector El Almendral, será el lugar del descanso eterno de la ahora desaparecida figura del deporte aconcagüino.

SE DESPIDIÓ

En su página de Facebook, el extinto dirigente y antes de su partida, escribió unas líneas en las cuales expresó sus sentimientos hacia la familia del basquetbol local.

«Queridos amigos basquetbolistas, hoy partí a mi viaje más anhelado y hermoso que quería disfrutar, mi viaje a la Eternidad. Fui en mi vida feliz con todos ustedes y con todas las experiencias que vivimos en tantos viajes y lugares, pero sin duda este viaje que hoy inicié, era el ya tan esperado para mi. Gracias por todo su amor, sus alegrías, penas, éxitos y complicidades que vivimos. En cada momento, durante todos estos años entregué lo mejor de mi, a cada uno de ustedes, quiero que me recuerden feliz, que sigan enseñando a otros y a las nuevas generaciones, este hermoso deporte que fue mi pasión: el básquetbol.

Gracias por honrarme con sus triunfos, mi nombre quedó sellado en uno de los lugares que más amé y donde pasé tantas horas con cada una de las generaciones que formé como basquetbolistas, como es la Sala de Uso Múltiple, noticia que llenó mi corazón de alegría y sorpresa hace unos días.

Me voy lleno de paz, Dios me ha honrado hoy al pronunciar mi nombre y llamarme Samuel: Pedido a Dios.

Dios preparó mi morada eterna en su casa, parto feliz, que esa paz que hoy viene sólo de lo Alto y que hoy disfruto junto a mis hijos ,nietos y esposa, sea también para ustedes.

Los llevo en mi corazón. Gracias. Samuel».

SU HIJO LO RECUERDA

El Trabajo Deportivo tuvo la oportunidad de conversar con Ricardo Tapia Vargas, uno de los hijos de Samuel Tapia Guerrero. En la ocasión el heredero del extinto directivo y columnista de este medio, recordó de manera emocionada a su padre.

– Su padre tuvo dos amores, su familia y el básquetbol

– «Un gran entrenador dijo en una ocasión, en mi vida tengo dos amores, el básquet y la familia. Ese entrenador fue mi padre. Nunca entendí el orden de esa frase, pero mi padre era feliz con nosotros y su deporte. Hizo lo que él quería, fue un apasionado del basquetbol. Recuerdo que muchas veces celebraciones intimas quedaban a medio camino, porque mi papá tenia entrenamientos o habían partidos, pero eso a nosotros no nos importaba, porque sabíamos que a donde el iba era feliz».

– Samuel Tapia deja un gran legado a su familia y al deporte sanfelipeño

– «Si uno revisa la historia del deporte de San Felipe, verá que han pasado muchos hombres que se echaron algún deporte al hombro e intentaron darle vida y color. Recuerdo a Selim Amar, Alejandro Rivadeneira, Ricardo Bonilla y mi padre. Ellos fueron grandes referentes del deporte sanfelipeño. Ellos dejaron un legado y enseñanzas. Hago un llamado a recordarlos porque dedicaron su vida a lo que más amaban».

– ¿Su padre luchó hasta el último aliento por cumplir sus sueños?

– «Desde un tiempo a esta parte, mi padre nos decía, ‘este es el último torneo que organizo’. Esa historia la conocíamos de hace muchos años: Mi papá muchas veces hizo cosas por sobre sus capacidades físicas. Dejó sueños y proyectos en carpeta. Estaba preparando un encuentro Mini para el próximo verano. Tenía pensado ir al norte. Durante sus últimas 24 horas de vida él todavía pensaba y se proyectaba en el basquetbol».

– ¿Don Samuel se fue en paz y tranquilo?

– «Hace un par de meses en una sala de hospital en Santiago, yo le presenté a un Dios, él lo aceptó en su corazón y sabemos que mi padre hoy está descanso en paz en los jardines celestiales».

En El Trabajo Deportivo y Diario El Trabajo, hoy le rendimos homenaje a quien supo dejar huella en nuestros jóvenes ¡Hasta Siempre Don Vite!

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