Conocido comerciante ambulante sanfelipeño:
Vestido de camisa manga corta y con unos llamativos pantalones color rojo divisamos a uno de los comerciantes ambulantes más conocidos y antiguos de San Felipe. Se trata de José Rafael Leiva Cortés, ampliamente conocido como el ‘Pobre Guatón’, quien actualmente vende berlines en calle Dardignac. Venía en su motocicleta eléctrica y nos comenta que nos estaba buscando. ¿La razón?, se encontraba celebrando su cumpleaños número 63, pero también festejaba los 55 años que lleva como comerciante ambulante.
Según nos indicó, «es un día especial de muchos sentimientos, es mi cumpleaños en lo cual cumplo 63 años y llevo 55 años vendiendo, gracias a Dios todavía puedo trabajar».
– Cincuenta y cinco años vendiendo, ¿cómo se inician?
– Se inicia porque mi padre fue un hombre muy trabajador, pero a la vez le gustaba un poco tomar y se olvidada que tenía familia, entonces mi mamita hacía empanaditas y yo salía a vender por las calles; de hecho no quise estudiar por ayudar a mi familia, porque tampoco me daba por estudiar, era ser vendedor.
– ¿Ahí comenzaste?
– Claro, ahí comencé. Tuve tres hijos con mi esposa, los eduqué a todos, uno falleció y dos están bien gracias a Dios; uno es guardia de seguridad y el otro tiene un taller en La Unión, yendo para Río Bueno, está muy bien, me saludó temprano… son dos hijos hermosos que tengo.
– ¿Pero empezaste a vender casa por casa, cómo fue eso?
– Claro, casa por casa iba a vender. Después de un tiempo me fui a vender a Saladillo, llevaba de todo: queso, aceitunas, en un canasto tipo de campo y ahí empezaba yo a vender. De la Fuente iba con su verdurita en su camioneta, parecía Padre Hurtado; que en paz descanse Marito que éramos los tres que íbamos, Marito ya partió hace como dos o tres meses, y así empecé vendiendo. Después por Santa María, Panquehue, por todos lados en bicicleta. Ha sido dura la vida, pero de lo dura también tiene su recompensa, de no tener nada a tener ahora todo lo que yo he querido, mi familia, tener una buena casa, buen pasar y gracias a Dios con esfuerzo. Hay veces que me da rabia cuando los cabros jóvenes te piden algo, y te ven con el triciclo empujando y ni siquiera ayudan, pero ellos tienen hambre, ¿pero qué hacen? Iba para Saladillo en una micro del recorrido, en esos años más joven subía, bajaba las personas, me ganaba el pasaje, llegaba allá limpiaba la micro y después me ponía a vender, entonces cuando el chofer me veía solo en la micro se iba, sabía que yo le cuidaba su micro y todo, entonces eso es lo que falta ahora en la juventud. La juventud ahora pide ahora sin hacer nada… sin hacer nada… y joven.
– ¿Hoy en día sigues vendiendo?
– Sigo vendiendo, y mi ley es terminar a lo mejor en la calle vendiendo, si Dios me da fuerza, pero vendiendo porque para mí la calle es todo, y no es por estar en la Plaza, nooo, yo recorro los campos, no hago problemas a las autoridades porque uno ya tiene sus años, nunca he dado problemas y no lo voy a hacer tampoco.
– A propósito de lo mismo, ¿te levantas a qué hora, tres, cuatro de la mañana todos los días?
– A las tres o cuatro de la mañana. Cuando hay que ir a la feria mayorista, a las tres para estar a las cuatro allá, para llegar a vender afuera y después adentro, su saludo a todos los socios de la feria que realmente me acogieron y todos con buena disponibilidad en la Feria Mayorista.
– ¿Qué es lo que siempre has vendido?
– Café, sándwich, todo, pero en la vida he vendido de todo, perdóname, pero no vendí a mí madre porque no se podía vender nomás, pero… (se ríe) pero vendí todo lo que puede hacer un comerciante cuando está luchando. Los primeros años, muy difícil sin saber comercio, trabajar con una persona que te da mercadería en esos años, el Ligua… el papá del Ligua, yo empecé con él a los ocho años a vender dulces de La Ligua con él ahí en Prat con Coimas, andar con un canastito, por decir me lo daban a 8 centésimos y lo vendía a 10 en esos años era plata, estamos hablando de 30, 40 años atrás.
– ¿Reflexión final?
– Lo único que le pido a Dios es que me dé fuerza para trabajar y toda la gente que me conoce gracias a todos… gracias San Felipe por haber nacido acá y estar acá y toda la gente que me conoce, gracias amigo mío, orgulloso de ser sanfelipeño.
– Hay un dicho que dice: «El que no conoce al guatón, no conoce San Felipe». ¿Algo así?
– El que no conoce al ‘Pobre Guatón’ no conoce San Felipe.
Una vez finalizada la entrevista se fue a seguir en lo suyo que es vender.