El partido se caracterizó por su intensidad en el juego y la marca. (Foto: Matías Hermosilla)El partido se caracterizó por su intensidad en el juego y la marca. (Foto: Matías Hermosilla)

Comúnmente los equipos que se meten en la pelea grande de cualquier torneo, en cualquier competencia, son fuertes en sus reductos. Es por eso que lo de Unión San Felipe es extraño, porque en la actual temporada a los albirrojos les ha costado sumar de a tres en el estadio Municipal.

El sábado pasado parecía una buena ocasión para comenzar a cambiar esa tendencia. En el papel el AC Barnechea era un rival perfectamente abordable, por más que dentro de sus filas tenga nombres experimentados y de indudable calidad como Boris Sagredo o Esteban Carvajal. Sin embargo, los de Lopez, no pudieron hacer diferencias en el juego ni en los números, a raíz que solo a cuentagotas pudieron desplegar un juego punzante que metiera miedo en las filas de los huaicocheros.

Lo que pasó el sábado pasado fue una reiteración de un déficit que amenaza con convertirse en algo crónico en los aconcagüinos, que por más que ahora intenten ser más ‘cerebrales’ en su propuesta, muestran la misma incapacidad de dañar a sus rivales cuando son anfitriones. Barnechea no fue la excepción.

En la primera etapa Unión San Felipe intentó hacer diferencias con el tridente ofensivo que armaron Lujan, Monreal y Briceño. En la teoría eso se veía atractivo, pero los tres estuvieron desasistidos, por lo que de manera constante a los extremos no les quedó más alternativa que meterse en la línea de volantes para desde ahí intentar arremeter sobre la portería del buen portero Álvaro Salazar.

Consciente que Facundo Gómez estaba teniendo muchas dificultades en la labor de ‘pasador’, desde el banco técnico sanfelipeño optaron por mandar al campo de juego a César Valenzuela, quien también sucumbió en esa función.  Gonzalo Jara lo intentó, pero no pudo gravitar, al no tener a su lado a Gonzalo Espinoza (suspendido por tarjetas amarillas).

Las oportunidades para desnivelar, por uno y otro lado no fueron tan claras, por lo que la igualdad en blanco fue completamente justa y fiel reflejo de lo que sucedió en el reducto de la Avenida Maipú.

Con esta paridad, San Felipe llegó a los 26 puntos, ubicándose en la sexta posición, manteniéndose a corta distancia de los equipos de punta de la competencia de plata del fútbol profesional chileno. La opción de pelear por el título está intacta, pero para lograr un objetivo tan ambicioso como ese, es vital ganar en casa.

El partido se caracterizó por su intensidad en el juego y la marca. (Foto: Matías Hermosilla)
El partido se caracterizó por su intensidad en el juego y la marca. (Foto: Matías Hermosilla)