En la que sin temor a equivocarnos podemos afirmar fue una de sus presentaciones más bajas de toda la temporada, Unión San Felipe empató en blanco frente al rudimentario y pragmático equipo de Deportes Santa Cruz.
La igualdad consumada la tarde de ayer en el estadio Municipal de San Felipe, tiene lecturas poco optimistas. Una es que, al no poder vencer a los sureños, el Uní Uní puede haber resignado sus posibilidades de seguir peleando por el título de la serie. Otra, que es más sensible, tiene que ver con una preocupante baja en el rendimiento colectivo e individual que hace un rato viene mostrando la escuadra albirroja.
Ayer se esperaba que los de López resolvieran rápido la propuesta defensiva planteada por su rival, pero eso no sucedió jamás, básicamente por el hecho que los aconcagüinos parecen haber extraviado el camino. Sin claridad en la elaboración, poco quite y nada de profundidad, el Uní Uní se vio como un equipo previsible y sin chispa.
Dentro de todas sus imprecisiones, los sanfelipeños fueron al frente sin mayor éxito. Las ocasiones de gol se contabilizaron a cuenta gotas, siendo sus protagonistas centrales al disponer de las más claras Yerko González y Mario Briceño. El rival también tuvo lo suyo, y de no ser por la buena actuación del arquero Pablo Heredia, la balanza se pudo inclinar hacia el forastero, situación que a los cerca de 800 espectadores que llegaron hasta el coloso de la Avenida Maipú no les hubiera extrañado.
En definitiva, se puede concluir que el empate fue lo más justo, porque no se vieron mayores diferencias entre uno y otro, independiente de las distancias que los separan en la tabla de posiciones, en la cual el Uní Uní quedó quinto con 40 puntos, lejos de los 45 que tiene el líder Deportes Antofagasta, que incluso tiene un partido pendiente.
