Agua, nieve y escarcha nos regaló Dios este fin de semana:
Pese a las bajísimas temperaturas que se registraron con las lluvias en Aconcagua y la cordillera, al menos en San Felipe no se registraron anegamientos en casas ni colapsos en las vías de nuestra ciudad, pero no hay que celebrar aún, ya que el invierno apenas empieza, es por ello que hablamos la mañana de este domingo con el fiel colaborador de Diario El Trabajo en temas concernientes al clima de nuestro valle, Manuel Vicencio.
«Hace exactamente una semana el panorama meteorológico en nuestro Valle era preocupante, debido al Anticiclón del Pacífico los Frentes que traían las nubes capaces de producir lluvia inevitablemente se desviaban al sur, descargando el vital elemento desde la Séptima Región al Sur. El pronóstico para el miércoles 23 anunciaba lluvia en el Valle y nevadas en nuestra montaña y esta vez sí se cumplió, debido a que el Anticiclón comenzaba a debilitarse. Cayeron en promedio de 3 a 4 mm. de lluvia y 20 cms. de nieve al mismo tiempo aparecía otro pronóstico para el viernes 25 similar al anterior, pero al pasar las horas la lluvia se fue haciendo más intensa dejando en promedio 15 mm. de agua y unos 40 cms. de nieve, con una cordillera provista de nieve que ya da tranquilidad a toda la Región de Valparaíso de contar con agua para todas sus necesidades», explicó Vicencio.
– ¿Y cómo estamos con el tema de las temperaturas, las heladas y otros fenómenos?
– Ese es otro tema importante, porque tras la alegría por la lluvia y sus beneficios para nuestra cordillera, están las heladas tan temidas por los aconcagüinos, en especial los agricultores, pues suelen producir daños en los cultivos que se pueden prolongar hasta el siguiente año agrícola. Vale la pena consignar que el Fenómeno de la Niña (Aguas del Océano Pacífico más frías de lo normal) ha terminado hace un mes, o sea, que estamos en una Fase Neutral y podría aparecer incluso el Fenómeno del Niño (Agua más cálidas del océano)
– ¿Cómo ha sido el clima en nuestro valle a nivel histórico?
– Bueno, con el cambio climático el clima que por décadas caracterizó al Valle de Aconcagua ya no está, y todo es posible de ocurrir en nuestro suelo, por ahora no hay un pronóstico claro de lluvia para nosotros en los próximos diez días, pero eso puede cambiar en cualquier momento, pues El Niño podría presentarse en cualquier momento.
– ¿Nos puedes hablar un poco sobre El Niño?
– Este fenómeno de El Niño -Oscilación Sur (ENOS)- es un patrón climático recurrente que implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico tropical, o sea, se calienta un poco el agua del océano. En períodos que van de tres a siete años, las aguas superficiales de una gran franja del Océano Pacífico tropical, se calientan o enfrían entre 1° C y 3° C, en comparación a la normal, por eso este calentamiento oscilante y el patrón de enfriamiento, es conocido como el ciclo ENOS (o ENSO por sus siglas en inglés), afectando directamente a la distribución de las precipitaciones en las zonas tropicales, y puede tener una fuerte influencia sobre el clima en los otras partes del mundo. El Niño y La Niña son las fases extremas del ciclo ENOS; entre estas dos fases existe una tercera fase llamada Neutral, en esa estamos, en la Fase Neutral.
– ¿Por qué se le llama El Niño?
– Bueno, se dice que El Niño (refiriéndose al niño Jesús) fue dado por los pescadores peruanos a una corriente cálida que aparece cada año alrededor de Navidad, o mejor dicho, que lo que ahora llamamos El Niño, les pareció como un evento más fuerte de lo normal, y el uso del término se modificó para hacer referencia sólo a los hechos irregularmente fuertes, y no fue hasta la década de 1960 que se notó que este no era un fenómeno local peruano, y se le asoció con cambios en todo el Pacífico tropical y más allá. Ahora bien, la fase cálida de El Niño suele durar aproximadamente entre 8-10 meses, mientras que el ciclo ENOS entero dura generalmente entre tres y siete años, y con frecuencia incluye una fase fría (La Niña), que puede ser igualmente fuerte, así como algunos años que no son anormalmente fríos ni cálidos.
Roberto González Short