Mujer ingresó con síntomas de infarto en febrero de este año:
Una seria demanda civil en contra del Hospital San Camilo es la que se viene cursando ante la justicia desde hace un mes, en la cual Juan Carlos Zúñiga Meneses responsabiliza al personal médico por la muerte de su esposa Lorena Marcela Barraza Abarca, de sólo 34 años de edad, quien falleció horas después de haber sido ingresada a Urgencias con síntomas de estar sufriendo un infarto al corazón.
Los hechos se remontan al mes de febrero de 2022, pero hasta hace pocas semanas el abogado de esta familia logró reunir los elementos de prueba para interponer la demanda, en este caso por presunta Negligencia Médica.
NOCHE DE TERROR
A continuación dejamos un resumen del relato que el ahora viudo Juan Carlos Zúñiga presentó en su demanda contra el hospital, donde explica que «el día martes 8 de febrero de 2022 mi esposa Lorena Barraza Abarca, se encontraba en nuestra casa (…), junto con mi hijo. De un momento a otro Lorena se comenzó a sentir muy mal, le faltaba el aire, le dolía y se le apretaba el pecho, además de tener dolor de espalda, cuello, brazo y un sabor metálico a sangre en la boca, por lo que le pidió a mi hijo que llamara la ambulancia con urgencia, mi hijo (llama a) la ambulancia a las 19:04 horas y les indicó a los paramédicos que su mamá tenía mucho dolor en el pecho y no podía respirar. Un rato después también mi hermana Ailín llegó a Urgencias para acompañarnos», comenta Juan Carlos.
Según destaca el denunciante, su esposa finalmente fue ingresada a Urgencias del San Camilo, llegó vomitando y con fuertes dolores. Cuando él llegó al centro médico, ya su madre, hijo y hermana estaban acompañando a su esposa, quien estaba en un Box sola, sin atención médica o al menos que ellos observaran.
Ya en el mesón, relata Juan Carlos, «me dicen que puedo pasar sólo un momento, ingresé donde se encontraba y al momento de verme mi esposa me pide auxilio, que por favor llamara a alguien, que no puede respirar, que le duele mucho el pecho, el cuello y la espalda, por lo que desde el mismo Box llamé por ayuda y no recibí respuesta alguna. Mi señora vomitó, le puse la bolsa para que lo hiciera, y observé que además de sólo tener puesta una vía sin nada en su mano, entendí que no estaba siendo monitoreada, sin oxígeno, nadie la vigilaba, estaba sola, ella me dijo que ningún doctor la había atendido, por esta razón me dirigí al mesón para pedir por favor que vieran a mi esposa que no puede respirar, le duele mucho el pecho y tiene vómitos, a lo cual de muy mala gana y poniendo cara de desagrado se acercan donde mi esposa y me pidieron que saliera, que no puedo estar ahí, a lo que respondí que no me movería hasta que alguien atendiera a mi esposa, que por favor la viera un doctor, ya que claramente no estaba bien y la tenían sola, pidiendo ayuda y nadie la atendía», agregó Zúñiga.
«Posteriormente a esta solicitud desesperada por ayuda a mi esposa que claramente se encontraba angustiada y con mucho dolor, me sacaron con guardia a la sala de espera y una enfermera me dice que les estoy faltando el respeto, cuando lo único que hice fue pedir ayuda, atención para mi esposa. Cuando me van sacando, la misma enfermera me dice que le hicieron un electro, que salió bien y que estaba saturando correctamente, que estaban esperando que la viera un doctor para que le diera indicaciones y mandarla para la casa, a lo que yo respondo que entonces vean qué es lo que tiene porque no es normal lo que le pasa, ella es muy tolerante al dolor y yo la vi muy mal», señala.
PERDIÓ LA BATALLA
Lo cierto de este escalofriante relato, según nos lo narra Juan Carlos, es que tras varias horas de estar pidiendo al personal información y acceso al Box donde estaba en solitario la paciente, finalmente el guardia de Urgencias les informó que ya Lorena no estaba en Urgencias, que la habían trasladado al Salón Covid.
«Supe al final del día, que esa noche a las 20:35 mi esposa llamó a mi suegro (su padre) para decirle que estaba en el hospital con mucho dolor de pecho y dificultad para respirar (…) mientras tanto nos dirigimos rápidamente mi hermana, mi mamá y yo con mucha angustia a Urgencias Covid, al llegar y producto de nuestra angustia, mi mama entró a la sala y vio a Lorena recostada en un Box con una paramédico que le estaba inyectando algo (posteriormente supimos que era diazepan y según la hoja DAU fue a las 22:35 horas), mi mamá le preguntó ¿qué le pasa a Lorena? porque estaba en una posición extraña y estaba inconsciente y la paramédico le responde que le puso un calmante porque estaba gritando mucho, mi mamá le gritó ‘Mira el monitor, algo le pasa’. En ese momento llegó una enfermera y dijo está en Paro, en ese momento un carabinero que estaba ahí pateó un basurero para facilitar el paso de la camilla y la trasladaron a la Sala de Reanimación, en ese momento el mismo carabinero sacó a mi mamá y a mi hermana afuera, esperamos con la mayor angustia que alguna vez sentimos por unos pocos minutos alguna noticia, y salió un doctor a preguntar antecedentes de Lorena. En ese momento llegó mi suegra y la hicieron ingresar a ella, a mí me seguían inhumanamente impidiendo el acceso al lugar, siendo que yo conozco la información relevante de Lorena, ya que es mi esposa (…) Finalmente a las 23:30 horas el Doctor Pineda nos dijo que mi esposa Lorena había fallecido (en la hoja DAU consta declarada muerte a las 23:03 horas) y dijo que después de 30 minutos de reanimación no lograron sacarla del Paro, cosa que no nos cuadraba tampoco, ya que mi esposa entró en paro al momento de la aplicación del diazepan a las 22:35 como constató mi mamá de forma presencial».
ESCUETA RESPUESTA
Diario El Trabajo solicitó una respuesta al Hospital San Camilo sobre esta denuncia pública hecha por Juan Carlos, a lo que se nos respondió que: «El tema ya fue abordado en su momento y la institución ha entregado todos los antecedentes para poder dar tranquilidad a la familia de que cuenta con toda la información disponible sobre el caso».
Roberto González Short