Dos de las tres apoderadas que hacen la denuncia, ocultan su rostro más que nada por un tema de seguridad, pero adelantaron que recurrirán a los tribunales para entablar una querella contra el establecimiento.

Dos de las tres apoderadas que hacen la denuncia, ocultan su rostro más que nada por un tema de seguridad, pero adelantaron que recurrirán a los tribunales para entablar una querella contra el establecimiento.

  • Lo que más molesta a las denunciantes es que según aseguran, al interior del Instituto Abdón Cifuentes nadie hizo algo para ayudarlas.

Tres ex-apoderadas están denunciando públicamente que en el Instituto Abdón Cifuentes, sus hijos sufrieron bullying y que el establecimiento no hizo nada al respecto. Una de ellas tuvo que retirar a su hija de 11 años, mientras que las otras dos sorpresivamente el establecimiento les caducó la matrícula, pese a que conversaron con el Director que les garantizó que iban a tener el cupo correspondiente.
Pero vamos por parte. Daniela Garay Aguilera ex-apoderada del Instituto Abdón Cifuentes, denuncia que su hija hace dos años ha sufrido de manera reiterada maltrato sicológico, verbal, ahora último uno social que es cuando a los niños los aíslan, no dejándola trabajar en clases, en específico había una compañera que le prohibía a las demás que hablaran con ella, entonces su hija se iba al baño a llorar, de repente estaba quince a veinte minutos llorando, ella tenía que ir del trabajo a buscarla, nadie en el colegio se daba cuenta que la menor no estaba, tenía que estar llamando para que la fueran a ver, dice que le pegaban chicles en el pelo, la humillaban, se burlaban de ella, le mandaban mensajes al whatssap del curso, donde le decían “que era una perdedora, tú no vales nada”. Ella junto a su marido siempre estaban revisando los mensajes, donde se percataron de esto, ahí se dieron cuenta de la gravedad de los mensajes, junto con el daño que le producían a la menor, e incluso uno de los últimos mensajes enviados en febrero- marzo, era una foto donde aparecía una cuerda para que se ahorcara.
Denuncia que todas estas situaciones siempre las estuvieron poniendo en conocimiento del colegio, sin embargo nunca las consideraron. El año pasado fue cuando más presión hicieron, los atendió la encargada de convivencia escolar, una funcionaria de nombre Susana que les dijo que iban a activar el protocolo. Se leyó todo el protocolo y dentro de las sanciones estaban las amonestaciones verbales con los niños y eso lo aplicaron, pero no llamaron a los apoderados de los alumnos, no les pedían un compromiso ni siquiera para las niñas que hacían este tipo de maltrato con su hija, ni a los papás tampoco los citaron, hasta el día de hoy la directora no la ha atendido.
Agrega que el lunes de la semana de aniversario su hija la llamó llorando diciéndole que la habían empujado, botándole su almuerzo mientras todos se burlaban. Ella llegó a las cuatro a buscarla y su hija estaba llorando; “pido de inmediato hablar con la directora y me dicen que me van a devolver el llamado, mi hija estaba desbordada, súper mal, me dicen que me van a devolver el llamado… no lo hicieron, yo llamo al otro día para preguntar por qué no me habían llamado y me dicen que la directora está con actividades del aniversario del colegio por lo tanto no me podía recibir, hasta el día de hoy no me ha atendido. Al otro día me atiende la encargada de convivencia, la señora Susana, y me dice que habían hecho una pequeña investigación consultando a todos los niños que tuvieron problemas con mi hija, donde le preguntaban qué opinaban de su hija, recibiendo puras respuestas negativas sobre la niña; me habló de puras cosas que era de atrás, nada de lo que yo estaba discutiendo, como era que a mi hija la habían agredido físicamente y ya tenía más encima agresiones verbales, humillaciones, la hostigaban, mi hija desde ese día que le pegaron, ella me dice llorando que no quiere ir más al colegio, que no cree en la directora ni en la tía Susana ni en la sicóloga, ésta la atendió una sola vez y ni siquiera le hizo un monitoreo, yo a mi hija la tengo con un sicólogo hace más de un año”, señaló.
– ¿Qué hizo con su hija?
– La tuve que retirar del colegio, me decía ella por qué me tengo que ir yo si ella era la que estaba sufriendo bullying, mi hija no puedo decir que no haya reaccionado, porque ella me dice yo también reaccioné, pero es producto de lo mismo, está cansada.
– ¿Qué edad tiene su hija?
– Mi hija acaba de cumplir 11 años.
La madre siente que el origen del problema se remonta a dos años, cuando ella comienza a cuestionar un traslado en buses; “porque los niños tenían un paseo y yo empiezo a cuestionar que el bus no contaba con las medidas de seguridad, no tenía por ejemplo cinturones de seguridad, la puerta no cerraba, iban con un apoderado y cuando yo veo eso me molesto, más encima ellos sabían que la persona que iba a ir tenía condena por violación, entonces yo me molesto mucho, me subo al bus y voy al paseo y una vez que termina mando un whatssap donde les digo a los papás que nos tenemos que organizar, que esto no puede pasar, esto no puede volver a suceder, y al final cuando los padres se dan cuenta en el bus que llegaron también se empiezan a molestar, pero al final la persona que había hecho este traslado era amiga de la directora, entonces ahí entendemos por qué habían autorizado la salida de este bus, ya que no contaba con las condiciones de seguridad y ahí empieza todo el problema a mi hija, donde le decían que por culpa de ella no iban a hacer ciertas actividades, esto producto de las filtraciones de conversaciones de los padres que posteriormente se enteraban los niños”.
– ¿Es decir que ahí comienza el problema?
– Claro, exactamente.
– ¿Usted hizo las denuncias correspondientes?
– Hace un mes la hicimos en la fiscalía, por maltrato reiterado, en contra del establecimiento educacional, porque nosotros sabemos que los niños no son responsables de acuerdo a la ley, pero sí aquí hay adultos que sí son responsables de las acciones, porque el colegio tiene la obligación de proteger y cuidar a los niños, tienen que resguardar sobre todo el director que tiene que hacer la denuncia cuando está ocurriendo algún tipo de delito, también la hicimos en la Superintendencia y próximamente vamos a interponer una querella civil, yo voy a llegar hasta las últimas consecuencias.

OTRO CASO
Otra de las apoderas, Liliana García, dice que el problema de su hijo comienza cuando iba en octavo básico, ahí tuvo problemas con el profesor jefe Mauricio Astudillo; “él en muchas oportunidades me decía que mi hijo hacía bromas inoportunas, reconoce que el niño es chistoso, alegre, deportista, de todas maneras siempre lo aconsejaba, que no interrumpiera las clases, pero su esencia es ser así, ella no le puede quitar su esencia de ser chistoso, pero él desde hace un tiempo lo venía persiguiendo durante todos los años, es decir primero, segundo medio; mi hijo es un niño deportista, siempre participó en hándbol, en segundo medio empieza a manifestar que no quería ir al colegio porque no se sentía cómodo con respecto a los profesores, él bajaba sus notas, no tenía interés de subirlas, yo siempre le decía que subiera las notas y lo cambiaba de colegio, uno comete esos errores de no ponerle atención a sus hijos cuando están pidiendo auxilio a este bullying que le hacen los profesores también. Mi hijo comete un error en segundo medio, por septiembre u octubre, no sé con qué intención el profesor lo manda al camarín a guardar unos utensilios de deportes porque estaban en educación física, él va con otro compañero y supuestamente estaban haciendo una broma echando unas pelotas a la mochila. El profesor los sigue, les pregunta qué están haciendo y él no responde nada, cuando el profesor les dice esas pelotas son de todos, para qué te las vas a llevar, bueno, si son de todos me las llevo y empieza a echar más pelotas. Me llaman de la dirección, yo voy y le digo que me parece insólito que mi hijo se esté robando unas pelotas, cuando mi hijo no tiene necesidad de estar vendiendo unas pelotas, porque él juega hándbol, ni las puede ocupar esas pelotas, tres, cuatro pelotas nuevas”.
Al final señala que pese a que el director les aseguró que su hijo iba a seguir, incluso le estrecha la mano al momento de pagar la mensualidad final, le comunican que su hijo no podía seguir, mientras que el compañero que estaba con él en el momento del incidente continuó. Actualmente su hijo está en el Colegio Portaliano donde dice que le va muy bien.

Y OTRO MÁS
Otra de las ex apoderadas, Ivón de Barca, dice que tiene tres hijos que partieron desde pre-kínder en el IAC. Su hija mayor comenzó a tener enfermedades que hacían que sus gastos fueran en aumento, en ese intertanto su hija de cuarto básico empezó a sufrir bullying, tres compañeras le botaban la mochila en la sala, la pateaban, hizo el reclamo al colegio, cuando supieron los demás padres comenzaron a tratarla de envidiosa, mientras que el establecimiento le dijo que ella debiera haber solucionado el asunto porque no quedó en nada.
“Bueno mi hija con el tiempo su enfermedad comenzó a complicarse y el año pasado supe que las niñas le metían papeles en su mochila, escritos con insultos, le hacían zancadillas, la empujaban, botaban, le decían estupideces en la sala, en el 2014-15 más o menos su enfermedad se presentó más fuerte, comenzando a requerir hospitalización, lo que hacía complicado conseguir materia en el colegio que yo solicitaba con certificados, donde la doctora pedía educación diferencial, en el establecimiento me decían que tenía que hablar con la profesora jefe, ella decía que lo tenían que hablar con la directora y me llevaban de un lado para otro”.
No recibió ayuda académica de ningún tipo, empezaron a decirle a su hija que la enfermedad no era compleja, que habían niños peores; la niña pedía que le explicaran algún ejercicio de matemática, la profesora le respondía diciéndole que fuera a clases y la menor venía llegando de una hospitalización.
“En eso mi hija recibe unos whatssap con insultos obscenos, burlándose de sus enfermedades de estas tres niñas, yo hice el reclamo al colegio, a la directora, profesor jefe, a la coordinadora de convivencia escolar, me anotaron en un papel, que iban a trabajar, eso quedó en nada. En Facebook empezaron a burlarse de sus fotos, ya era demasiado, en ese intertanto comencé a pedir al colegio, específicamente al jefe de UTP, que si por favor me podía facilitar los materiales para que mi hija pudiera estudiar, ya que mi hija pasaba hospitalizada, iba todos los días a pedir la entrevista que nunca se me dio; pasó un mes y no recibí respuesta, hasta que nos citó la directora y la sicóloga. A esa reunión fui con mi esposo porque me sentía como la mamá loca en ese minuto, me dicen que el bullying era secundario, mejor que le diera prioridad a mi hija y me la llevara del colegio porque el establecimiento era de excelencia, no podían tener una niña así por sus notas”, dijo.
“Estábamos atrasados en las mensualidades, mi esposo habló con el director si lo esperaba para cancelar las mensualidades y él le dice no hay problema y le da la mano, las tres veces le da la mano, ya nosotros confiamos en su palabra y cuando llegamos a cancelar, me dicen que sólo puedo matricular a mi hijo pequeño y mi hija del medio no, ella quedó sin colegio, no encontré colegio durante todo el año, fue muy triste porque nosotros estábamos sufriendo con la enfermedad de mi hija mayor y después ver a mi otra hija llorar, hay cosas que no puedo entender, si dicen que son una familia cristiana, ese espíritu cristiano no existió hacia nosotros”.
Cuenta que hicieron los reclamos respectivos en la Superintendencia en Valparaíso, donde dejó constancia por el maltrato hacia a su hija mayor. En la Superintendencia le dijeron que no podían hacer nada porque no tenían fotos, pero sí tenían una carta donde dejaba constancia por el maltrato que sufría su hija. Además les dijeron que no tenían autoridad en los colegios particulares.
Ahora sus hijas están en un colegio muy bien cuidadas, donde el director los recibió con los brazos abiertos.
Su hija mayor va de oyente, donde no cancela dinero.
Reclama que ni cuando su hija estuvo hospitalizada se preocuparon en el IAC de llamarla para saber cómo estaba.
Agrega que no tuvo ningún apoyo de nadie, ella esperaba mínimo un poco de amor: “Mi hija tuvo que ser operada de urgencia, todo esto sucedió el año pasado cuando le caducaron la matrícula a mi hija del medio, mientras que el problema de mi hija mayor fue el 2016. (…) De verdad yo me siento herida, hago este reclamo para que no se vuelva a repetir y nadie más sufra lo que nosotros hemos sufrido, el final que nosotros queremos conseguir es el bien de los niños de por sí, el programa de sicólogos no funciona, no hay apoyo, no hay nada… nada”.

DIRECTOR DEL IAC
Nuestro medio tomó contacto con el Director Ejecutivo del IAC, Sergio Trucco, quien dijo que no se iban a referir públicamente porque estaba todo en la Superintendencia de Educación, agregando que esto no debiera ser publicado porque hay niños involucrados.

Otra de las apoderadas denunciantes, quien también se refirió a la falta de apoyo por parte del establecimiento para enfrentar el bullying que asegura sufría su hija.

Otra de las apoderadas denunciantes, quien también se refirió a la falta de apoyo por parte del establecimiento para enfrentar el bullying que asegura sufría su hija.

Una de las fotografías que enviaron a una de las niñas afectadas por bullying, donde le recomiendan quitarse la vida.

Una de las fotografías que enviaron a una de las niñas afectadas por bullying, donde le recomiendan quitarse la vida.

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Lo que más molesta a las denunciantes es que según aseguran, al interior del Instituto Abdón Cifuentes nadie hizo algo para ayudarlas. Tres ex-apoderadas están denunciando públicamente que en el Instituto Abdón Cifuentes, sus hijos sufrieron bullying y que el establecimiento no hizo nada al respecto. Una de ellas...