Hace 38 años cerraron la última central en Aconcagua:
Aunque las nuevas generaciones no lo puedan creer, lo cierto es que hace muchos años para poder comunicarse con otra persona vía telefónica era un proceso muy distinto, complicado a veces y lento también. Para poder llamar a otra persona se tenía que marcar el número de la central de la ciudad, en ese número te atendía una mujer por lo general, quien recibía la solicitud y con varias clavijas quitaba y reinstalaba algunas clavijas y cables en varios dispositivos, enlazando así a los interlocutores, el mismo procedimiento se hacía para recibir llamadas locales, nacionales y desde el exterior, todo pasaba por una o varias telefonistas.
HOMENAJE NACIONAL
Explicada esta parte, debemos agregar que también en el Valle de Aconcagua se debía proceder así, en nuestras comunas habían centralitas analógicas, ser telefonista era uno de los empleos más admirados en nuestra sociedad, algo parecido a ser aeromoza en los aviones, pues estas personas tenían trato social con toda la comuna y con el extranjero, manejaban la ‘Tecnología de Punta’ de aquellos años.
¿Y por qué publicamos esta noticia?, porque este miércoles 1º de junio se celebra en Chile el Día de la Operadora Telefónica, fecha que desde 1981, mediante Decreto Ley 732 del Ministerio del Interior, se diera vida legal a esta celebración nacional.
Así las cosas, este miércoles en el restaurante de la Sociedad de Artesanos La Unión se reunieron 21 de las 40 ex operadoras telefónicas del Valle de Aconcagua, ellas lo venían haciendo hasta que llegó la pandemia en 2020, ahora pudieron abrazarse y brindar nuevamente, además de compartir hermosos recuerdos laborales.
Hablamos con Miriam González, una de las encargadas de gestionar este emotivo encuentro, «soy una de las encargadas de la organización de estos encuentros todos los años, pero con este asunto de la crisis social y de la pandemia, ahora recién nos estamos reuniendo, no somos tantas, pero generalmente hemos sido como 35, 40 personas», comentó González.
– ¿En homenaje a qué o quién se celebra esta fecha?
– El Día Nacional de la Operadora Telefónica se celebra en homenaje a la señorita Luisa Acosta, operadora de la entonces Compañía Telefónica en Valparaíso, quien durante el gran terremoto de 1906 en ese primer puerto de Chile, trabajó sin descanso, por varios días, para no dejar incomunicada a la población del lugar ante esa gran tragedia. El 1 de junio de 1961 ella cumplió 50 años de servicios en la profesión de operadora en la misma empresa telefónica, que destacó y premió sus servicios, y desde entonces, internamente se conmemoró ese día en todas las centrales de teléfonos del país, como el Día de la Operadora, dando motivo a grandes celebraciones laborales.
– ¿Cómo se trabajaba en Aconcagua en esos tiempos?
– Sí, bueno, antiguamente nosotros trabajamos con batería central en que la persona llamaba y una le decía el número, y una le comunicaba a larga distancia o a nivel local, echamos mucho de menos esos tiempos, pero con la tecnología se fue terminando.
– ¿Cuántos centros de operadoras había en el Valle?
– Aquí eran como seis. Estaba Llay Llay, Catemu, Panquehue, Putaendo, Santa María, San Felipe y Los Andes.
– ¿Qué hicieron la mayoría de ustedes cuando se fue quitando esa tecnología?
– No mucho, nos reubicaron, muchas se fueron, se retiraron porque estaban en periodo de pensionarse, se pensionaron las que estaban por pensionarse.
– ¿Las centralitas del Valle eran del Gobierno o empresas privadas?
– En ese entonces era privada.
– ¿Se sabe cuándo fue la última central de operadoras que funcionó acá o las cerraron todas de una sola vez?
– De un sólo. Todas se fueron, aquí se terminó en 1984, la de San Felipe, una de nuestras compañeras atendía en esa centralita de noche, hasta que se terminó, esa central estaba en calle Prat entre Traslaviña y Navarro.
– ¿Qué sentimientos sienten con este reencuentro?
– Bueno, es una emoción grande vernos de nuevo con esta famosa pandemia y todas estas cosas que han pasado. Es una alegría grande y que resultara esta reunión es muy agradable.
Roberto González Short