Muy complejo se ve el futuro competitivo de Unión San Felipe para lo que resta de competencia este 2022. Durante los últimos días se había instalado con mucha fuerza el rumor que hablaba que al interior del primer equipo se estaba produciendo una fuerte división interna que estaba pasando la cuenta, situación que se ve reflejado en los malos resultados del último tiempo.
De manera exclusiva El Trabajo Deportivo tuvo la oportunidad de acceder a una informacion indesmentible que solo se encargó de ratificar los rumores al confirmar que en el plantel de honor hay tres grupos muy marcados y con sus respectivos líderes.
El grupo más complicado es el que entre otros integran los jugadores más avezados y con mayor recorrido profesional, como es el caso de Álvaro Césped, Kevin Egaña y Jean Paul Pineda, quienes no tienen las mejores relaciones con sus compañeros, además de presentar constantes reclamos por distintas situaciones.
Otro grupo es el que conforman los jugadores salidos de la cantera, como Francisco Salinas y Matías Silva, los que si bien es cierto son como una especie de ‘bisagra’, están mostrando altas y preocupantes cuotas de conformismo con sus carreras, las que perfectamente podrían alcanzar alturas distintas si es que se lo propusieran.
La tercera agrupación es la de los ‘extranjeros’; ahí están Kevin Ceceri, Ignacio Avilés y Sebastián Gallegos, jugadores que solo por momentos y de manera muy irregular han mostrado un rendimiento acorde a su calidad de refuerzos extranjeros.
Tal es la magnitud de la división que los esfuerzos unitarios del capitán Jesús Pino y el arquero Pablo Heredia (fue el encargado de dar la arenga en Calama) han resultado infructuosos. Raúl Delgado (dueño del club), quien en la actualidad está fuera del país, también ha hecho llamados de atención y unidad, pero por lo menos hasta el cierre de la presente edición de Diario El Trabajo, no había novedades, por lo que no se descarta que una vez que el alto personero esté de retorno en la zona, tome medidas duras y concretas con las que buscará enviar una señal potente de disciplina a todo un plantel que parece no entender que los problemas personales o de relaciones humanas, deben desaparecer una vez que el equipo entra a la cancha, y no que pase lo de la actualidad donde los pases de balón van dirigidos de acuerdo a qué grupo pertenezca cada jugador.
