En un nuevo 8 de marzo las mujeres de todos los territorios sabemos que ya no es tiempo de flores sino de derechos, tenemos certeza de que la historia también la escribimos nosotras y no queremos estar más en el anonimato. Se avecina una oportunidad crucial en este año histórico.
El 8M debe ser el puntapié de un proceso de transformación social y política que dé inicio a una nueva institucionalidad pensada desde el feminismo, lucha que viene desde hace décadas, pero que este año puede materializarse y gestar cambios significativos para las mujeres y disidencias. Para aquello requerimos con urgencia estar organizadas, articularnos en torno a un feminismo diverso que sea eco de lucha por una vida digna y visible para todas y todes quienes hemos estado en los márgenes de este sistema.
Cuando hablamos de una nueva institucionalidad y de entregar soluciones reales a demandas históricas, vemos cómo los gobiernos locales, órgano del Estado más cercano y con directa relación con los vecinos y vecinas en una comuna, pueden ser una herramienta que esté al servicio de la lucha contra la violencia hacia la mujeres, sin embargo sabemos que en Chile de 345 municipios solo 41 tienen alcaldesas. Para poder romper con estas lógicas es urgente que más mujeres estén en los cargos de poder, las mujeres no solo queremos ser escuchadas sino que también queremos ser protagonistas.
¿HACIA DÓNDE IR ENTONCES?
Las respuesta es a la disputa de los gobiernos locales, los cuales muchas veces aspiran a resolver las demandas de las mujeres relegando todo a ser un mero ejecutor de políticas nacionales, éstas elaboradas con escasos vínculos y participación, que siguen sin dar cuenta de realidades locales y de la diversidad de mujeres existentes dentro de un territorio.
Por consiguiente, creo que lo primero que debería hacer una Alcaldía feminista es consultar y sistematizar cuales son las necesidad y demandas de las mujeres de San Felipe, pensando que en un 43% de los hogares de nuestra comuna las mujeres son jefas de hogar (dato censo 2017).
Las municipalidades no pueden ni deben solo limitar su gestión en torno al género implantando talleres y programas en base a convenios financiados por el Ministerio de la Mujer.
Creo que el rol de la política de género debe ser algo transversal, debemos mirar a San Felipe con lentes de mujer lo que implica:
Gobierno municipal centrado en políticas públicas con perspectiva de género e igualdad.
– Casa de acogida para la comuna.
– Fortalecer la Oficina de la Mujer con perspectiva local.
– Mayor cobertura municipal para la educación inicial.
– Promoción de una educación no sexista.
– Promoción salud sexual y reproductiva.
– Pladeco con perspectiva de género.
– Planes de seguridad con perspectiva de género.
– Paridad en cargos directivos.
– Ordenanzas municipales en torno al acoso callejero.
– Mayor luminaria para zonas peligrosas para mujeres y disidencias sexuales.
– Propiciar la igualdad económica, poniendo énfasis en capacitación laboral y financiera para mujeres y organizaciones sociales.
Invito a todas las mujeres a marchar y manifestarse desde donde puedan este 8M con toda la fuerza posible, a repletar las calles con distancia y cuidado pero sobre todo a gritar más fuerte que nunca ¡Nunca más sin nosotras!
También invito a mantenernos alerta frente a la violencia y la explotación del trabajo de cuidado, tomémonos todos los espacios y por supuesto invitarlas a votar este 11 de abril y a continuar la lucha de tantas mujeres que no pudieron votar solo por el hecho de ser mujeres en algún momento de nuestra historia.