- En la provincia no se registraron daños materiales ni personales, siendo sólo el susto que tomó por sorpresa a la población.
Una magnitud de 5,7 grados en la escala de Richter alcanzó el fuerte temblor que a eso de las 14:22 horas de ayer se sintió en el valle de Aconcagua y en gran parte de la zona central de nuestro país, el que sorprendió a la comunidad por la intensidad desde el comienzo del movimiento.
El sismo registrado la tarde de este jueves tuvo una intensidad de V grados en la escala de Mercalli en todas las comunas de la provincia de San Felipe y se registró a 6 kilómetros al suroeste de Los Andes y a 94 kilómetros de profundidad.
El fuerte movimiento telúrico estuvo precedido por ruido subterráneo y remeció a la zona central del país, especialmente a las regiones Metropolitana y Quinta.
Según explicaron los expertos, este sismo es completamente distinto al terremoto del 27 de febrero, ya que se trata de un evento local, cuyo epicentro no se registró cerca de la costa, sino que en un tendón cordillerano, por lo que en su primera onda tiene características muchos más fuertes, sintiéndose con una mayor expansión al generarse a mayor profundidad y no genera réplicas.
En la provincia de San Felipe, el sismo tuvo una intensidad de V grados en todas las comunas, generando miedo en la población, al recordar el terremoto del 27 de febrero del año 2010.
Aunque las autoridades a nivel nacional señalaron que no se registraron daños materiales ni personales, nuevamente fueron las comunicaciones telefónicas las que colapsaron.
Muchas personas trataron de comunicarse al finalizar el temblor con algunos familiares y las redes no estaban disponibles, generando molestia en la población, la que expresaron en las redes sociales.
EN LA PROVINCIA
A nivel local, la Gobernadora Patricia Boffa se comunicó solo minutos después con los organismos de emergencia de la provincia, quienes chequearon la situación en los hospitales, escuelas, y a nivel vial, descartando que se produjeran problemas en las comunas que conforman la provincia.
Tampoco se produjeron desgracias personales entre la comunidad, siendo sólo el susto de un movimiento sísmico, en un país que debería estar habituado y preparado a este tipo de situaciones.