Labores a cargo del Centro de Educación y Trabajo de Putaendo:
- A mediados del mes de diciembre podrían estar listas las refacciones en las cuadras del personal uniformado.
Con el objetivo de mejorar las condiciones laborales de los efectivos que se desempeñan en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de San Felipe, Gendarmería invirtió 43 millones 612 mil pesos en obras que comenzaron a fines del pasado mes.
Los trabajos, que se extenderán hasta mediados de diciembre, se concentran en reparar las cuadras de los funcionarios, incluyendo los baños, dormitorios, vestidores, sala de lavado y techumbre, además del circuito eléctrico.
El jefe del CCP sanfelipeño, mayor Braian Silva, destacó la importancia de estas obras y los beneficios que traerán al personal uniformado.
“Este proyecto, que está desarrollando el CET (Centro de Educación y Trabajo) de Putaendo, va en directo beneficio del personal masculino de la unidad con el mejoramiento de todas las dependencias. Va en beneficio directo de la comodidad y bienestar del personal. El proyecto consiste en una mejora completa de cada una de las dependencias de las piezas del personal, también del baño colectivo y los techos del sector”.
Tal como afirmó el alcaide del establecimiento, las labores están a cargo del CET de Putaendo, unidad de Gendarmería donde sus usuarios son capacitados constantemente.
El encargado laboral del Centro, sargento segundo Claudio Menares, detalló que se trabaja con condenados que cuentan con los conocimientos apropiados para las tareas de mejora del espacio.
“Tienen la experiencia necesaria para este tipo de trabajo. Hay usuarios que llevan más de dos años en el CET y durante ese periodo han recibido capacitación, por lo tanto, vemos que ellos el día de mañana, cuando cumplan sus codenas, están en condiciones de poder salir a trabajar al exterior totalmente capacitados y con la experiencia necesaria. Estamos contentos con el desempeño de los usuarios y el nuestro”.
A estas obras se suma la entrada en funcionamiento de la nueva cocina de la población penal, la cual se trasladó a un espacio mucho más amplio y que fue acondicionado especialmente para acoger esta nueva instalación. La dependencia ocupada por la antigua central de alimentación podría transformarse en un taller laboral.