Querido colectivero nos dejó a sus 52 años de edad:
Con un alegre pie de cueca, muchos globos en el barrio, lágrimas, cánticos y aplausos ofrendados por sus seres queridos, así despidieron la tarde de este lunes al querido colectivero y amigo de todos en San Felipe, Rafael Vivar Cruz, de 52 años de edad, quien falleció la madrugada de este sábado en su casa de habitación ubicada en el pasaje Renacimiento de Población Esperanza, a raíz de un infarto al corazón.
La noticia cayó como balde de agua fría en toda nuestra comuna, pues Rafael era una persona con gran vocación social, sabía cómo, a quiénes y cuándo ayudar si se le necesitaba, por eso sus funerales se realizaron con la Iglesia Andacollo a lleno total, además de ser acompañados sus restos mortales en una multitudinaria caravana de vehículos hasta el Cementerio Municipal de Almendral.
HOMBRE DEL PUEBLO
María Gloria Vivar Cruz, hermana mayor de Rafael, habló con Diario El Trabajo, ella nos explicó cómo era su hermano y la clase de ser humano que siempre estuvo para los suyos y para quienes le pedían ayuda en el barrio o en las calles de nuestra ciudad, pues como colectivero a veces transportaba sin cobrar a algún abuelito hasta su casa.
«El próximo 7 de julio mi hermano cumpliría 53 años de edad, hasta teníamos planificado que fuéramos al Enjoy a celebrar con él; ya su hija estaba en los preparativos de su torta de cumpleaños, pues ella estudió gastronomía. Mi hermano tuvo tres hijos: Gabriela, Aída y Javiera. Rafael siempre trabajó en colectivo, la gente, todos lo conocen por el colectivero loco, regalón, pichanguero y porque también cada año se vestía de Viejito Pascuero y llegaba a las poblaciones a regalar dulces a los niños; era muy querido en todo San Felipe», comentó su hermana.
María Gloria nos habló también del buen corazón que tenía su hermano Rafael, «muchas veces él compraba de su bolsillo los juguetes para los niños, iba a Putaendo a dejar a todos su regalo, fue arquero, era bueno para atrapar la pelota, hincha fiel del Colo-Colo, no jugó en clubes grandes, sólo era de pichangas de barrio. Quiero agradecer a tantas personas que me han acompañado en estos días de tanto dolor, a los colectiveros, a la comunidad educativa del Liceo San Felipe, a sus amigos, a todos en el barrio, gracias por la paciencia que también le tuvieron en vida, pues aunque él era desordenado, igualmente era mi hermano y supo hacerse querer», concluyó María Gloria.
Importante destacar que uno de los sobrinos más regalones de don Rafael, el joven Joshua Gatica Vivar, le bailó un pie de cueca en plena Misa a su amado tío, mientras los presentes con las palmas animaron la emotiva ofrenda de amor.
Roberto González Short
