A las 07:00 horas del pasado domingo, la alarma de la empresa Indura se activó acusando la ocurrencia de un robo perpetrado por dos desconocidos que ingresaron por medio de un forado hasta las dependencias, esto para apoderarse de una cantidad no determinada de máquinas de soldar y luego darse a la fuga.
Así lo informó el administrador del establecimiento, Jorge Arias, quien señaló que ya en cuatro ocasiones han sufrido atentados contra la propiedad por delincuentes, pero en esta ocasión los sujetos lograron ingresar según lo registraron las cámaras de seguridad instaladas.
De acuerdo al testimonio de Arias, los antisociales ingresaron y destruyeron dos bloques de una muralla que divide el perímetro del negocio, ubicado en la intersección de calles Navarro con Avenida Chacabuco en San Felipe, logrando ingresar a una bodega. Para acceder a la sala de ventas los desconocidos realizaron un forado, mismo que les permitió apoderarse de una cantidad no determinada de máquinas de soldar avaluadas en $3 millones.
El administrador recalcó que se está realizando un inventario para determinar con exactitud la cantidad de las especies sustraídas, asegurando que los delincuentes no se llevaron dinero en efectivo, sólo cheques nominativos y cruzados, mismos que no pueden ser cobrados por terceros.
«Ya es por cuarta vez que han intentado ingresar, esta vez entraron a la bodega y la sala de ventas, siendo detectado por las cámaras de seguridad. Estamos viendo ese tema, estamos haciendo un inventario para evaluar la sustracción; no tenemos muy claro lo que nos robaron. Ahora invertir en más seguridad y tenemos bastante, pero para el ladrón no hay motivos de no tener impedimento para algún robo. Lo que más buscaban eran máquinas y plata porque dieron vuelta un mueble y sacaron todo, pero dinero no hay porque las máquinas tienen un costo bastante elevado, no se maneja en efectivo, se manejan en documentos cruzados y nominativos a nombre de la empresa, lo cual son cheques imposibles de cobrar», señaló Arias.
Agregó que los sujetos actuaron sin provocar mayor ruido al no contar con un sensor en el patio y que permitiera advertir a los vecinos, «hicieron el forado, tomaron los sensores de bodega y altiro nos llamaron, nosotros tenemos conectado los sensores y alarmas a los teléfonos y las alarmas».
Pablo Salinas Saldías