Al centro María Angélica González junto a dos mujeres cuidadoras.Al centro María Angélica González junto a dos mujeres cuidadoras.
  • ‘Cuidadoras y Cuidadores de una Esperanza’: Personas que necesitan ser cuidadas para cuidar.-

Invisibilizadas, así se siente un grupo de mujeres, 33 aproximadamente, que 24/7 cuidan a algún familiar enfermo. Están organizadas en ‘Cuidadoras y Cuidadores de una Esperanza’.

El gobierno del presidente Boric quiere saber cuántas personas en nuestro país ejercen esta noble, pero ardua labor a diario. Hace un mes se conoció que se habían inscrito unas 40 mil personas a nivel país. ¿Pero qué pasa en el Valle del Aconcagua, más específicamente en San Felipe? Como lo dijimos al inicio, hay unas 33 al menos en esta agrupación.

Para conocer la realidad conversamos con María Angélica González, quien acompaña y apoya esta labor.

Estaban agrupadas y con personalidad jurídica nacional, pero eso les dificultaba para obtener proyectos para organizaciones. Es por eso que optaron por crear un grupo acá en San Felipe, con personalidad jurídica propia, «y así actualmente estamos como desde mediados del año pasado; no, un poquito más, estamos funcionando ya a  través del municipio y específicamente por medio de la oficina de la discapacidad, ahí nos reunimos. Actualmente, como le digo, hay 33 cuidadoras inscritas y la verdad, aunque parezca para muchos de los lectores muy básico lo que hemos hecho a nivel local cuando estuvimos con la asociación ‘Yo Cuido’, pero son cosas que muchas se contemplan en la salud mental de las cuidadoras. Porque ustedes tienen que saber, como primera cosa, que estas mujeres están invisibilizadas. La gran mayoría no se puede capacitar, trabajar, son mujeres que ni siquiera pueden darse el gusto de ir a visitar la familia, porque en realidad cuidan 24/7. Si usted lo analiza bien, fíjense que estas mujeres aportan a la economía del país porque todavía el Estado no tiene políticas públicas ad-hoc para ellas, no hay lugares donde ellas, con personal especializado, pudieran cuidar a sus hijos, hijas, su madre. En los adultos mayores han avanzado un poquitito en esto para dejar los hijos y ellas poder ir a capacitarse, a lo mejor trabajar medio día o decir algún día «quiero ir -no sé- a ver a mí mamá medio día, todo el día». Ir sola, tener tiempo, ser, ser  humano, lograr desarrollo humano de ella como persona. Quiero aclarar que este cuidado lo realizan inundadas de amor porque son las madres, abuelas, tías; ellas no reclaman, fíjense que no reclaman… todo lo contrario, ellas se olvidan que son seres humanos.

Respecto a ayudas por parte del Gobierno, recordando que hasta el momento no hay un número exacto de cuántas personas ejercen esta labor de cuidadora, sólo se sabe que hasta hace un mes aproximadamente iban inscritas alrededor de 40 mil cuidadoras o cuidadores.

En ese sentido, María Angélica nos cuenta que afortunadamente durante este gobierno, el presidente Boric «se compromete, porque se involucra en este tema al crear el Sistema Nacional de Cuidados que se llama. Y cuál es el primer paso que se ha dado, que para muchos les puede parecer sin importancia, él primeramente quiere saber cuántas cuidadoras y cuidadores hay en Chile, y cuando tenga ese número el gobierno podrá decir «en realidad tenemos este número, vamos a hacer esto en salud, en capacitación, educación», a futuro a lo mejor y yo también lo espero en lo personal, aunque a mí las mujeres no me hablan de lo económico, pero yo creo que lo esperan también, a lo mejor con el tiempo que estas mujeres tengan un bono, las que no puedan trabajar que a lo mejor tengan una pensión porque no han podido trabajar y no han podido cotizar. Yo además tengo que adelantarle a usted que ya el gobierno en la nueva reforma de pensiones, porque he estado en charlas con la Seremi, fíjese que tiene contemplada a las mujeres les va a bonificar con un número de cotizaciones, porque este es un trabajo».

Más adelante agregó que a nivel local «yo quiero destacar el municipio ha sido muy colaborador con nosotros en tiempos de pandemia, con alimentos, gas, capacitaciones, ayudarnos con personal de las reparticiones públicas como la oficina de la mujer, de la discapacidad, la Dideco muy abierta a escucharnos, igualmente la alcaldesa; nos entrevistamos con ella, ha participado en actividades nuestras y también el departamento de organizaciones comunitarias. Además quiero señalar que la gente sepa que acá en San Felipe existe un grupo que se llama ‘Coordinadora de Mujeres de Aconcagua’ a la cual yo pertenezco. También la que es actualmente diputada de acá en tiempos de pandemia más crudo, ellas llegaron a todos los hogares de mujeres para dejarles alimentos, y le voy a decir no alimentos que alguien los deshecha o de marcas no conocidas, alimentos dignos digo. Así es que hemos tenido la ayuda de concejales que han estado muy comprometidos con las cuidadoras, Rafael Sottoliquio, don Guillermo Lillo, la Diputada también, la Core María Victoria, también don Mario (Méndez) que nos ha ayudado mucho. Yo sé que a través de algunas han hecho contacto con el otro Core que tenemos acá, esposo de la señora Patricia Boffa (Iván Reyes), él también ha estado aclarando asuntos de cómo postular a subvenciones, todas esas cosas. Entonces yo le digo hemos tenido siempre apoyo, pero estamos en pañales, en pañales. Mire, yo a mis 75 años me siento fundadora de este grupo y la verdad es que aquí estoy con ellas. Yo les dije: ‘mientras mi pies puedan caminar, mi voz pueda hablar a favor de ustedes, yo voy a estar con ustedes’. Porque siento yo como mujer, ahora que conozco esta realidad in situ, yo que voy a sus casas, yo que veo lo que pueden y no pueden hacer. Lo que más les afecta a ellas es la salud mental y lo otro la salud física que hacen fuerza las que tienen que empujar una silla. Las que tienen que cambiar pañales ya jovencitos de 30, 40 años un peso enorme. Todas estas mujeres sufren porque cada vez parece que se enferma más gente, nos enfermamos más, aparecen más morbilidades. La verdad que los sistemas de salud tampoco dan abasto, pero tenemos que hacer algo. Ahora vamos a conversar con la gente que manda estos sistemas, con educación yo ya conversé con el señor Caro (director biprovincial de Educación) juntarnos con la directora de salud, no sé si la habrán cambiado o no todavía, pero la verdad tenemos que yo digo ‘ponernos un megáfono aquí en la boca’ y gritarle a los vientos que existimos, que somos mujeres, necesitamos apoyo, hombres también que necesitan apoyo y aquí estamos».

Al final dice que «el hecho de que no se apruebe la reforma tributaria, el gobierno sea cual sea, no tendría recursos económicos para mejorar los programas sociales», concluye.

Cuidadoras y cuidadores compartiendo alrededor de una mesa.
Cuidadoras y cuidadores compartiendo alrededor de una mesa.
Otra de las familias de cuidadores disfrutando en torno a una mesa.
Otra de las familias de cuidadores disfrutando en torno a una mesa.
Al centro María Angélica González junto a dos mujeres cuidadoras.
Al centro María Angélica González junto a dos mujeres cuidadoras.