Muere orgullo del Cuerpo de Bomberos de San Felipe
En este reportaje especial de Diario El Trabajo, conozca de la vida de “El Tito” Urqueta, un legendario bombero que murió de amor, pero con dignidad.
Roberto González Short
rgonzalez@eltrabajo.cl
Pocas veces en la vida, la muerte; como complementaria figura mística de la Vida, logra ser recibida con hidalguía y dignidad, tanto por el que la sufre como por quienes le sobreviven cercanamente. Este es uno de ésos casos insólitos pero dignos de ser conocidos por la opinión pública. Se trata de la historia de “El Tito”, Héctor Urqueta Apablaza, un sanfelipeño que soportó los más feroces embates de una vida llena de los riesgos propios del ser Bombero por más de cincuenta años.
RESEÑA DE “EL TITO”
El Suboficial Mayor de Bomberos, Héctor Urqueta Apablaza, nació el lunes 2 de diciembre de 1929 en San Felipe. Contrajo matrimonio una sola vez en su vida y lo hizo con la quillotana María Quiñones. De esa vida de amor nacieron dos hijos y una hija. Realizó algunas tareas propias de la época y así descubrió la actividad que marcaría su profesión: Bombero.
A lo largo del siguiente medio siglo, “El Tito” logró salvar varias vidas en sus faenas de rescate como Caballero del Fuego en las villas de San Felipe. Su pasión por esta ejemplar tarea de trabajo extremo fue tan contagiante que envolvió a su esposa, primos e hijos, todos los cuales se convirtieron en una familia de bomberos.
HONORES Y TRAGEDIA
A lo largo de su carrera, don Héctor recibió al menos unas 187 medallas que lo señalaban como un héroe local y amigo de todos. Los diplomas y honores cosechados hacen que la Familia Urqueta Quiñones se sienta orgullosa de su abnegada entrega a los demás, sin embargo, el amor que siempre sostuvo los cimientos de esta familia fue puesto a prueba el mes de mayo pasado, cuando doña María Quiñones, su esposa, perdiera la batalla contra un Cáncer y dejó a la familia hundida en una profunda tristeza.
«Aunque la familia logramos retomar fuerzas para continuar el viaje, no así papá, quien profundamente angustiado señaló abiertamente no tener más interés en seguir viviendo. Anunció a sus amigos y a nosotros que se quería morir, pues no encontraba alivio a su pena de vivir sin su amada esposa, falleció el domingo pasado», comentó serenamente Inelia Urqueta, hija del “Tito”.
Diario El Trabajo rinde tributo a quien honor merece, por medio de esta reseña periodística brindamos el reconocimiento público a quien solo el amor lo hizo doblar rodillas.
Dios todopoderoso los tenga en su reino;tuve la suerte de conocer a don Tito,ya que era cliente de mi Papa en la ferreteria Republica hoy extinta,ahora se llama ferreteria San Felipe,lo cual atendi a don Tito y me dio mucho gusto verlo en aquella ocacion,fue un gran cliente de mi Padre y tambien amigo de cuando eran bomberos los dos;una gran historia de amor con su esposa,en el paraiso deben estar disfrutando su amor,condolencias a la familia.
De amor también se muere … descanse en paz don Héctor, junto a su amada esposa.
Excelente reportaje, una joya gráfica y excelente nota.
Gracias Tito por haber sido parte importante en mi vida, eres modelo de imitación, orgullo de tu familia y de tu ciudad, de la cual fuiste hijo Ilustre.Doy las gracias a dios por haber compartido momentos inolvidables junto a ti, fuiste como un verdadero Padre para mí.Descansa en paz, viejo querido.