Hoy es miércoles 28 de marzo, y exactamente hace 100 años vino al mundo en San Felipe una niña que estaría destinada a recibir de Dios el regalo de la longevidad, obsequio que hoy le permite cumplir un siglo de vida. Se trata de doña María Rosa Ibarra Muñoz, una afable abuelita que nos compartió algunos de sus recuerdos, mientras le visitamos en el Eleam San Felipe, en donde vive desde hace algún tiempo.
«Yo recuerdo que cuando era joven yo estudiaba, y cuando llegaba del colegio me dedicaba a ayudar a mi madre en las labores de la casa, porque ella se cansaba mucho. También recuerdo que yo bailaba tango con mi esposo Manuel, él falleció en 1980, no me volví a casar, tuve diez hijos, cinco de ellos ya fallecieron», nos comentó doña Rosa.
«JAMÁS IMAGINÉ»
Según nos explicó Silvio, uno de los hijos de Rosita, el abuelo de ella, don Fabián Ibarra, murió en la guerra de 1879 contra Bolivia y Perú. Ella, meditando posiblemente en la cantidad de recuerdos que tiene de sus antepasados, nos respondió que ella nunca se imaginó llegar a vivir 100 años.
«Yo nunca imaginé que Dios me regalaría 100 años de vida, aquí me tratan bien y aunque vivo tranquila, siempre estoy preocupada por mis hijos», dijo la centenaria cumpleañera. El fin de semana pasado a doña Rosa le celebraron su cumpleaños, aunque es hoy miércoles 28 de marzo cuando cumple el siglo de existencia.
Todos quienes laboramos en Diario El Trabajo hoy nos unimos al sentimiento de agradecimiento de doña Rosa, por los 100 años de vida que ha recibido en este mundo. Ojala que siga con nosotros iluminando a sus más cercanos.
Roberto González Short