La querida María Luisa Malbrán o ‘La Luchita’, como lo llamaban sus familiares, amigos y vecinos, murió a eso de las 17:00 horas del lunes, luego de sufrir un fulminante infarto cuando estaba en su vivienda, mientras se encontraba al cuidado de una sobrina quien durante este último tiempo se encontraba bajo su cuidado por su avanzada edad de 92 años.
La noticia causó una profunda tristeza entre sus familiares y vecinos, quienes hoy la recuerdan como una persona con una gran personalidad y muy buen humor. María Luisa se crió junto a sus abuelos, padres y cinco hermanos en la que fue su casa en Calle Dos Norte.

EN SOLITARIO
Con el paso del tiempo, sus padres y un hermano fallecieron mientras los otros contrajeron nupcias y abandonaron la vivienda para formar sus propias familias. Sin embargo María Luisa se dedicó sola al cuidado de su vivienda, dejando de lado el querer casarse y tener hijos, aunque sus familiares confiesan que sí hubo algunos pretendientes en la vida de la ‘Luchita’.
Esta vecina, criada a la antigua, se levantaba al alba para asear su casa y alimentar a sus gallinas, patos y conejos que mantenía en el patio, en donde durante un período de años, vendió estos preciados huevos de campo entre los vecinos, quienes hoy lamentan su partida pero rememoran con alegría sus historias y anécdotas, como sus largas caminatas hasta el cementerio para visitar la tumba de sus padres, pese al intenso calor predominante en San Felipe.
Con su característico humor pícaro, de doble sentido y plena lucidez hasta el día de su muerte, por generaciones se fue ganando el cariño entre la comunidad, siendo conocida en distintas villas y poblaciones como en Santa Elisa donde residía; El Real; Las Palmeras y Parque Alameda entre otras.

YA SIN FUERZAS
Aunque a María Luisa como toda mujer coqueta, nunca quiso revelar su edad, le gustaba cuidar su salud y acostarse temprano, además de tomar una copita de vino a la hora de almuerzo como antioxidante. Pero el pasar de los años se fue desgastando físicamente, ya no tenía la vitalidad para caminar tanto, por lo que debía apoyarse con un bastón para evitar caerse y poder cruzar las calles, sus energías fueron decayendo hasta no poder desplazarse por sí misma y realizar sus compras.
Durante los últimos años, María Luisa se fue refugiando en la soledad de su hogar y sólo alcanzaba a llegar hasta el antejardín de su vivienda, para saludar a sus vecinos y los familiares, quienes la visitaban hasta el último día de vida, “Mi tía tenía muy buena salud y los médicos le encontraban que su presión era como de una persona joven, era muy valiente y tenía buen humor, aunque su mal genio también”, rememoran hoy su sobrina a Diario El Trabajo.
Por requerimiento de la Fiscalía de San Felipe, hasta el lecho de muerte de María Luisa Malbrán concurrió la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Los Andes, para el protocolo de rigor, descartando intervención de terceras personas.

MUERTE NATURAL
“Nos constituimos en el lugar, estableciendo la deceso de la señora por causas naturales, no tiene lesiones externas que se pudiesen atribuir a terceras personas y su causa definitiva y necesaria será determinada por la necropsia correspondiente”, informó a Diario El Trabajo el Comisario de Investigaciones Gino Gutiérrez.
Tras la autopsia correspondiente, el cuerpo de María Luisa Malbrán fue entregado a sus familiares para ser velado en la Parroquia Santa Joaquina ubicada en Calle Dos Norte esquina Portus de San Felipe, en donde se celebrará una Misa en su memoria a las 11:00 horas de hoy miércoles. Posteriormente sus restos serán trasladados hasta el Cementerio Municipal de San Felipe para su eterno descanso.
Pablo Salinas Saldías