Roberto González Short – rgonzalez@eltrabajo.cl
Profundamente emocionado y con un cúmulo de recuerdos por compartir, Pedro Herrera Balharry, Director del Centro de Emprendimiento y Capacitación de la Universidad de Aconcagua, logró encontrar las palabras que justificaran la donación de los más de 900 libros a la Biblioteca de la UAC, que componían su colección personal y la de su madre, Graciela Balharry del Canto, quien en vida llegara a figurar como una escritora de talla internacional, amante de las letras y el saber.
“Hacer entrega de los libros de mi madre a esta universidad ha sido para mí un honor y una necesidad espiritual, pues estoy plenamente seguro de que a ella le habría encantado y me siento ahora con mucha paz por ‘cerrar este círculo’ personal al que mi madre no pudo dar cierre”, comentó Pedro Herrera.
“Para nosotros en la Universidad, que nuestra biblioteca se llame ‘Biblioteca Graciela Balharry del Canto’, insigne escritora que vivió parte de su vida en San Felipe, es un gran honor. Todos conocemos su gran generosidad, sabemos que uno de sus libros lleva por título ‘Como la vida misma’, creemos que doña Graciela pudo estar encantada de este homenaje, pero por ser una persona con la virtud de la humildad, le habría dado quizás un poco de pena ver esta manifestación”, comentó a Diario El Trabajo el Rector de la Universidad de Aconcagua, José Francisco Aguirre.
La Universidad de Aconcagua cuenta además con un ‘Banco de libros’ que asciende a unas 50.000 obras por la vía digital. La Sociedad de Escritores de Chile, Filial San Felipe, ofreció también una pequeña muestra de libros que fueron recibidos por el Rector de la UAC.
“La donación de libros de don Pedro Herrera y los de su madre, son aproximadamente unos 900. Esta biblioteca está recién formándose, pero ya tiene más de 2.000 volúmenes”, agregó Aguirre.
MUJER DE LUCHA
Graciela Balharry del Canto fue una mujer de un gran espíritu solidario. Ella perteneció a diversas instituciones de bien social, en especial de ayuda a los niños y estudiantes a través de la Liga de Estudiantes Pobres; la Asociación de Protección de Menores; Las Colonias Escolares, La Unión Femenina y otras entidades. Graciela Balharry murió a la edad de 94 años, dejando un gran sentimiento de pesar sobre todo en el Grupo de Las Amigas del Libro.
Como escritora, publicó dos libros en San José de Costa Rica, desarrollando en esa nación centroamericana una intensa vida literaria. De regreso a San Felipe, organizó un grupo dedicado a la lectura y el análisis de los escritores, fomentando la lectura, la poesía y todo lo relacionado con la cultura y las artes. Sus funerales se realizaron el sábado 11 de abril de 2009, en el Parque El Almendral.
ESCRITORES OPINAN
Decenas de escritores y novelistas fueron invitados al acto de inauguración de este centro de lectura, Diario El Trabajo habló con alguno de ellos.
“En estos tiempos en que muchos creen que todo debe ser digital, es una linda locura poder estar presente en este acto histórico para decirle a todos que los libros y la lectura siguen estando vigentes. Un merecido honor que esta biblioteca lleve el nombre de doña Graciela”, así habló el escritor llayllaíno, Víctor Contreras.
“El nombramiento a esta biblioteca en referencia a la colega Graciela Balharry del Canto, es un honor bien merecido para toda nuestra sociedad, sus aportes son bien aquilatados y de seguro que nuestra filial seguirá también aportando ejemplares de nuestros escritores”, aseguró a nuestro medio la Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, Filial San Felipe, Azucena Caballero.
Por su parte el escritor sanfelipeño, Ernesto de Blasis, fue generoso en sus apreciaciones sobre este proyecto cultural.
“Un grato honor el saber que mis libros podrán ser encontrados y leídos en la biblioteca que lleva por nombre el de una prestigiosa mujer de las letras y el humanismo universal”.