Denuncia rudeza de funcionaria que lo vacunó y abandono de la salud pública:

Una complicada situación está viviendo una madre con su hijo, luego que a éste lo vacunaran con Pfizer en el Fortín Prat de San Felipe. Esto porque comenzó a tener fuerte dolor en su brazo izquierdo y su mano a colocarse morada, pero lo que más reclama este vecino, es que en ningún lado de la atención pública de salud le han dado una solución o un diagnóstico adecuado.

Marjorie Páez conversó con Diario El Trabajo junto a su hijo John.

¿Cuál es el drama que está viviendo con su hijo?

– Lo que pasa es que mi hijo se vacunó el día miércoles con la vacuna Pfizer contra el Covid, y el día jueves llegó de su trabajo todo normal, después en la noche comenzó un dolor, se le empezó a hinchar el brazo y la mano se puso morada. Lo llevamos a Urgencias y le pusieron muchos medicamentos, pero no me dieron ningún diagnóstico, nada, absolutamente nada. Lo mandaron para la casa como drogado, porque le pusieron algo muy fuerte. Pensamos que al otro día con eso se le iba a pasar y nada, le dieron solamente unos remedios para el dolor que fue diclofenaco y nada más. Después el día sábado en la tarde, de nuevo tuvimos que volver a ir, pero tampoco nos decían qué tenía, decían que podría haber sido donde le colocaron la inyección le podrían haber tomado un nervio, pero seguía con su mano hinchada y su brazo morado. Ahí el primer día le hicieron un scanner para descartar que era una trombosis, pero nada, no me daban ningún diagnóstico, absolutamente nada, y le dieron remedios que ni te cuento lo fuerte que eran. Al otro día ninguna evaluación, nada.

MUY PREOCUPADOS

Marjorie dice que el día lunes fueron al consultorio, lo llevó a varios lados, tratando de sacar hora y nada, «ni siquiera particular encontramos hora, lo llevamos al consultorio, fuimos al hospital para que nos dieran alguna solución, hablé en la oficina OIRS, de la oficina OIRS me mandaron a Cajales, porque allá nosotros nos atendemos, para ver qué me podían decir o que me dieran algún diagnóstico, alguna solución. Me mandaron al Segismundo Iturra, allá también que no lo podían atender allá porque él no pertenecía allá’, y a la niña del Cajales me había dicho que ellos tenían que ver el tema de la vacuna y después la jefa de enfermeras del Segismundo Iturra quería que yo fuera al Fortín Prat a hablar con un médico; yo le dije que no, que ella me tenía que dar alguna solución, le dije mi hijo vive con dolores y no pasa nada le dije. ¿Qué hizo ella para que no la molestara más?, me dio una hora a las 19:40 horas y ese día fuimos a puro perder el tiempo, a puro perder el tiempo, porque no le dieron ningún tratamiento, no le hicieron nada y la enfermera que ese día nos atendió le dijo que no tomara los remedios, porque eran para una persona que prácticamente tenía cáncer, y después el funcionario de la tarde le dijo que siguiera con los remedios, y llegamos a la casa me lo tuve que llevar a Urgencias de nuevo», dijo la angustiada madre de John.

¿De nuevo?

– Sí, de nuevo, y estuvimos hasta las tres de la mañana, el doctor le hizo exámenes de sangre, algo que no le había hecho ningún médico, y claro me decía que él podía tener muchos glóbulos rojos y que era por eso que podría haberle afectado, y le prohibió automáticamente los remedios, le dijo que eran muy fuertes, que no se tomara nada. Ahí nos mandaron a hacer exámenes, nos mandaron al Poli, pero la verdad estoy haciendo todo particular.

¿Todo particular?

– Todo particular, porque no tengo ninguna solución, nada, lo único que le hicieron allá fue solamente el scanner y le dieron los exámenes y nada más, no hay un diagnóstico, no hay un porqué le dio eso, no tengo respuesta de verdad, de verdad que no tengo respuesta, el John lleva más de una semana ya va a cumplir.

¿Ninguna respuesta del sistema público?

– Del sistema público y ahora que me mandaron a hacer otros exámenes para ver qué es lo que está gatillando realmente, que no se sabe por qué, no me dieron ninguna explicación y la verdad me sentí como que no le dieron prioridad, porque ese día llegamos como a las ocho a Urgencias, esperamos hasta como las doce, salimos como a las 3 de la mañana, entonces viendo los dolores que él tenía, si no puede ni mover su brazo, apenas puede comer, porque aparte que él es zurdo y lo vacunaron en el brazo izquierdo.

¿Entonces está como ‘discapacitado’ en este momento?

– Claro, y no ha podido ir a trabajar, nada de eso, pero no ha tenido ninguna respuesta de ningún ámbito, de nada.

¿Siente como que la han ‘peloteado’?

– Sí, porque te mandan para un lado, te mandan a otro, entonces no me dan ninguna solución, nada. Y yo esto más lo quiero hacer público, no es por un tema que me indemnicen, nada de eso, si el tema es que uno quiere una explicación, que no les pase a los demás. Porque tengo entendido que quieren vacunar a los niños con esa vacuna, la Pfizer, entonces yo igual les recomiendo a los ‘papitos’ que lo piensen bien, claro, es un tema de seguridad para nuestros hijos y todo, pero lamentablemente…

Usted lo hace desde la experiencia que ha tenido.

– Claro, el tema es que nosotros somos ratones de laboratorio, entonces es complicado, de verdad que es complicado, nosotros la hemos pasado súper mal, el John ni duerme, anoche me dijo que no durmió nada, igual es complejo.

¿Dónde se vacunó su hijo?

– En el Fortín Prat, y el John me dice a mí que la niña que lo vacunó fue muy brusca, muy brusca, como que llegó y le enterró. Mira, yo me vacuné y no me pasó nada gracias a Dios, pero la verdad yo ni sentí el pinchazo, pero el John me dice que la niña fue muy brusca, entonces dicen ahí que eso a lo mejor habría gatillado, no sé si será eso, realmente no sé.

¿Dónde se encuentra en este momento usted?

– John acaba de salir de hacerse unos exámenes de sangre aquí en el Centro Médico Aconcagua que está ubicado aquí en calle Merced.

¿Particular?

– Particular, sí, todo particular.

¿Cuánto lleva gastado hasta el momento?

– Llevo como 100 lucas más o menos gastados, porque en pasajes que me mandan para allá, me mandan para acá, en remedios, que me hicieron comprar una cantidad de remedios, que no eran necesarios y venir acá al Centro Médico sacar bono, pagar los exámenes, que tengo que sacar otro bono, tengo que sacar radiografías, tengo que hacer montones de cosas todavía y no tengo ninguna respuesta.

JOHN OPINA

Aprovechamos de conversar con John, afectado por esta situación, quien nos comenta que en ese momento se sentía normal, «igual con dolor, en realidad por último ahora puedo mover el brazo, ya que los primeros días no podía hacer nada con mi brazo, aparte que soy zurdo, y mi derecha es para apoyo nada más», dice John.

¿Cómo recuerdas ese día, llegas a vacunarte?

– Sí, llegué a vacunarme y lo único que recuerdo que la niña fue ‘bruta’, totalmente ‘bruta’, me limpió y me puso la vacuna así muy ‘bruta’.

¿Sentiste como un dolor?

– Sí, si igual sentí la vacuna, pero ya dije quedó el mismo dolor que todos sienten cuando te pinchan el primer día de dolor, al otro día también y después llegué a mi casa y sentir que tienes tu mano morada y no sentir nada y después llegar al hospital y te digan ‘tú brazo tenga pulso’, te sientes igual mal porque nadie me decía qué tenía, así es que igual no sabíamos qué hacer, porque no me daban un resultado bueno.

¿Ni medicamentos apropiados?

– Nada, porque los medicamentos que me daban no hacían efecto y me hacían totalmente mal, porque me hacían vomitar y andaba todo el día dopado, todo el día dopado, me quería puro dormir.

¿Cómo han sido estos días complicados o no, has logrado conciliar el sueño?

– Nada, me estoy quedando dormido a las cinco de la mañana, anoche no dormí nada.

¿Has sabido de más casos?

– No, nada, ninguno, porque lo único que sé es que todos se enferman, por indigestión, vómitos, dolor de cabeza, pero así como el caso mío ninguno.

¿Alguna reflexión final de todo esto?

– Ojala pueda recuperarme luego y que me den un resultado bueno; cada vez que me atienden, juegan como a las adivinanzas.

¿Te sientes mal con esto?

– Sí, porque te defraudas ‘caleta’ de la atención pública en todos lados, porque tienes que llegar a pagar para que te puedan decir lo que tengas, significa que la plata mueve montañas.

Marjorie junto a su hijo John, saliendo del centro médico.

Marjorie junto a su hijo John, saliendo del centro médico.

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