DESVALIJADO.- Jorge Herrera se encontró con la ingrata sorpresa que al llegar a abrir el local, desconocidos habían cortado los candados y abierto la puerta metálica.DESVALIJADO.- Jorge Herrera se encontró con la ingrata sorpresa que al llegar a abrir el local, desconocidos habían cortado los candados y abierto la puerta metálica.
DESVALIJADO.- Jorge Herrera se encontró con la ingrata sorpresa que al llegar a abrir el local, desconocidos habían cortado los candados y abierto la puerta metálica.
DESVALIJADO.- Jorge Herrera se encontró con la ingrata sorpresa que al llegar a abrir el local, desconocidos habían cortado los candados y abierto la puerta metálica.

LOS ANDES.– Cuantiosas pérdidas sufrió un modesto comerciante a quien delincuentes prácticamente le desvalijaron su kiosco ubicado frente al Cesfam Cordillera Andina en Calle Hermanas Hospitalarias (Antiguo Papudo Norte). El comerciante Jorge Herrera Fernández se encontró con la ingrata sorpresa que al llegar a abrir el local de nombre ‘El Choche’, desconocidos habían cortado los candados y abierto la puerta metálica.

SIGUEN LOS ROBOS.- Cuantiosas pérdidas sufrió un modesto comerciante a quien delincuentes prácticamente le desvalijaron su kiosco ubicado frente al Cesfam Cordillera Andina.
SIGUEN LOS ROBOS.- Cuantiosas pérdidas sufrió un modesto comerciante a quien delincuentes prácticamente le desvalijaron su kiosco ubicado frente al Cesfam Cordillera Andina.

Al revisar, se encontró que al interior estaba todo desordenado y los ladrones se habían llevado toda la mercadería consistente en productos lácteos, confites y cigarrillos, los cuales avaluó en más de 200.000 pesos. Jorge se mostró indignado e impotente ante este robo, ya que él es jubilado y las ventas del kiosco son su segunda fuente de ingresos para poder tener una vida digna.

Se quejó que nadie está libre de la delincuencia, sobre todo las personas de menores ingresos, “lo que siento es una impotencia muy grande, porque me saco la mugre trabajando”, agregó.

Comentó que lleva 16 años atendiendo en ese lugar y nunca le había pasado, salvo en una oportunidad cuando le quebraron un vidrio de la vitrina para sacarle un paquete de galletas. Lamentablemente el lugar donde se encuentra emplazado el kiosco es de mucha oscuridad y a pesar que hay casas habitadas en ese sector, nadie vio o escuchó nada.

 

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