Cada ser humano nos caracterizamos los unos de los otros, por muchas cosas, una de esas características que nos vuele ‘únicos’ e irrepetibles, es nuestra capacidad de enfrentar la vida y sus obstáculos en apariencia a veces insuperables, porque nos podemos quedar de brazos cruzados a la espera de que los demás nos arreglen nuestros problemas o también podemos enfrentar con coraje la adversidad y valernos por nosotros mismos, esa es la historia de Abraham González, un tecladista popular que se enfrenta a la vida sin poder disfrutar del sentido de la vista.

Él tiene 31 años de edad y llegó a vivir a San Felipe hace trece años, como todo ser humano, Abraham tiene sueños y metas por cumplir, regularmente este artista popular se logra ubicar en la entrada de una céntrica farmacia sobre Calle Coimas, a un costado de nuestra Plaza de Armas.

«Bueno, me vine a vivir a San Felipe en el año 2.000 por dos razones, primero porque aquí los arriendos son más baratos y segundo, porque aquí las personas me tratan con más respeto, no son agresivos conmigo y cooperan con dinero, me pagan por lo que hago», asegura González a Diario El Trabajo.

Este singular personaje se muestra amable, carga su teclado musical en una mochila y siempre se le ve con su bastón blanco en busca de un lugar seguro para ofrecer su talento a quienes se detienen a escuchar su música.

«En estos días sólo estoy tocando pura música ranchera, me sé de memoria unas 30 canciones, también toco música romántica, hasta ‘El Chilote marino’ y otras de mi país, aquí la gente es súper amable, aquí me tratan muy bien», agrega Abraham.

Pero este músico no se limita a simplemente vivir una vida llena de notas musicales, él también ama y abriga en su corazón las más dignas ilusiones que un hombre puede experimentar a fin de sentirse completo y realizado, pues Abraham comentó a Diario El Trabajo que pronto contraerá matrimonio con su actual polola.

«Yo tengo 31 años, y aunque soy soltero, en este fin de año me casaré con mi polola, ella también es de Santiago y se vino conmigo desde la capital, yo no le pido regalado nada a nadie, creo que con mi música me estoy ganando lo que recibo, porque de todas forma, es un trabajo lo que hago, obviamente que si alguien ofrece una ayuda, yo la acepto», indicó el músico. Es por eso que en Diario El Trabajo; por sus ganas de luchar; por su ejemplar manera de enfrentar la vida y porque se abre paso en el tortuoso camino de los vivos, que en nuestro medio le deseamos la mejor de las suertes en cada paso que dé con su música y sueños por cumplir.

Roberto González Short

rgonzalez@eltrabajo.cl

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