PUTAENDO.– Una vecina del sector La Orilla en Rinconada de Silva denunció públicamente lo que a su juicio califica como un despropósito y una falta de criterio por parte de un facultativo médico del Hospital San Camilo de San Felipe, que a última hora suspendió un traslado en ambulancia que llevaría a su hija hasta el Hospital Clínico de la Universidad de Chile en la ciudad de Santiago y que terminó finalmente llevándola a bordo de un colectivo hasta la capital.
María Valencia, madre de Carolina Andrea Arancibia Valencia, de 28 años, señaló a Diario El Trabajo que en los primeros días del mes de junio, su hija comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza, los que extrañamente iban en aumento y obligaron a llevarla en varias ocasiones hasta los servicios de urgencia de los hospitales San Antonio de Putaendo y San Camilo de San Felipe, agregando que incluso en el hospital sanfelipeño no quisieron atenderla, ya que su hija no presentaba fiebre.
A raíz de los fuertes dolores de cabeza que continuaban, llevaron a su hija a un médico particular, el Dr. Tamborero, quien ordenó una resonancia magnética que arrojó como diagnóstico que Carolina tenía inflamada la membrana que envuelve el cerebro, por lo que le recetaron los medicamentos Nefersil y Naproxeno.
La madre de la joven dijo además que dos días después los dolores de cabeza de su hija continuaban, trasladándola hasta el servicio de urgencia del Hospital San Antonio de Putaendo donde le inyectaron un diclofenaco a la vena, lo que efectivamente disminuyó los dolores de cabeza de Carolina. No obstante, al día siguiente su hija presentaba manchas o ronchas en distintas partes del cuerpo, mucha tos y alta temperatura, por lo cual fue suspendido el scanner que ese mismo día debía practicarse en la ciudad de San Felipe, ya que el médico que la atendió en el Hospital San Camilo le indicó que debía suspender el examen pues Carolina presentaba un shock anafiláctico producto de los medicamentos que le habían sido suministrados durante los últimos días.
Esta mujer asegura que a su hija le practicaron varios exámenes que fueron enviados a la ciudad de Santiago, mientras que en el hospital sanfelipeño le señalaron que su hija padecía de Heritema Multiforme, por lo que decidieron aplicarle corticoides para combatir la enfermedad, posteriormente fue dada de alta y debió regresar en varias ocasiones, incluso, según testimonio de la madre, Carolina debió permanecer largas horas en observación en un ir y venir al Hospital San Camilo.
Con el transcurrir de los días, la joven de 28 años presentó un avanzado deterioro físico que incluso obligó a su familia a movilizarla en silla de ruedas. Además Carolina no podía mantener sus ojos abiertos y su rostro comenzó a cambiar por completo, por lo que finalmente un médico de apellido González del Hospital San Camilo, ordenó su traslado hasta el Hospital Clínico de la Universidad de Chile en Santiago, lo que se concretaría un día lunes.
María Valencia señala que el estado de su hija era grave y que a las 09:00 horas del lunes pasado, la Dra. Bunster no autorizó el traslado en ambulancia sin entregarle explicación alguna, mientras que su hija apenas podía mantenerse sentada y con mucha fiebre, ante lo cual, en una medida desesperada, trasladaron a Carolina Arancibia Valencia en un colectivo hasta el hospital en Santiago.
Esta mujer dijo que decidió hacer esta situación pública pues se siente vulnerada, humillada y discriminada por el Hospital San Camilo. Señaló que hoy su hija se encuentra en estado grave en la UTI del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, donde los facultativos de ese centro asistencial le hicieron saber que todo el tratamiento que su hija recibió en el Hospital San Camilo de San Felipe había estado errado, y que en Santiago, llevando una semana hospitalizada, los médicos aún no logran determinar cuál es la enfermedad que hoy tiene a su hija en crítico estado de salud.
“He querido hacer esto público para que no le ocurra a nadie más, ya que es una humillación tremenda, no tuvieron ni un poco de compasión al ver como estaba mi hija, y la tuvimos que llevar en un colectivo, con todo lo que eso significó, ya que en el camino, en varias ocasiones mi hija se descompensó y esto nos pasa a las personas que somos de campo y que somos pobres, porque si hubiese sido la hija de alguna persona con dinero, esto no hubiese ocurrido y hoy solo espero y le ruego a Dios que mi hija se recupere, pues sus dos pequeños hijos y mi familia estamos destrozados, ya que Carolina es una muchacha llena de vida y de un momento a otro, sin saber cómo, hoy está en las condiciones que ya comenté”, indicó la señora María Valencia.
Patricio Gallardo M.