Ariel Arencio muestra cómo encontró a su abuelo, arrodillado y con las manos atadas tras el asalto sufrido la madrugada de este miércoles.
Ariel Arencio muestra cómo encontró a su abuelo, arrodillado y con las manos atadas tras el asalto sufrido la madrugada de este miércoles.

Una angustiante situación debió sufrir Manuel Arancibia Delgado, quien la madrugada de este miércoles fue asaltado en su domicilio del sector El Totoral en San Felipe.

Los hechos ocurrieron cerca de las 00:30 cuando el hombre llegaba a su domicilio ubicado en el N°11 del block 343 de dicho sector y se aprestaba a cerrar la puerta de su hogar, cuando dos sujetos premunidos de un arma de fuego le taparon la boca y lo encañonaron para proceder a registrar todo su hogar en busca de dinero en efectivo.

El afectado declaró a Diario El Trabajo que cuando entró a su casa y guardaba en su interior una moto Scoteer que utiliza para desplazarse a su trabajo, “dos tipos entraron a la fuerza, me tomaron la cara y me arrastraron hasta el pasillo que da con los dormitorios, donde uno de ellos se quedó apuntándome con una pistola en todo momento, mientras que el otro trajinaba hasta el último rincón de la casa”.

Muy nervioso mencionó que conoce perfectamente a los delincuentes a los que individualizó como Patricio Ramírez Estay de unos 38 años, alias “El Pato” y Juan Ramírez Estay de unos 40 años, alias “El Juan Loco”

“Encontraron los 150 mil pesos y yo les dije que era lo único que tenía, que yo trabajo en Integra y que estamos en paro, entonces no tengo más plata, y ahí recién dejaron de trajinar. Antes de irse uno le dijo al otro que saliera porque él sabía lo que me iba a hacer ahora, y entonces yo pensé que me iba a disparar y dije “hasta aquí nomás llego”, pero menos mal que no me dispararon. Después me amarraron los pies y manos y me dejaron arrodillado en el suelo mientras me apuntaban con el arma. Yo no sé cómo me pude desatar parte de la cinta plástica que usaron, porque con los nervios no me pude sacar la de los pies y llamé por teléfono pidiendo ayuda”.

Su nieto Ariel Arencio Arancibia cuenta que apenas lo llamaron se vistió y acudió en ayuda de su abuelo. “Cuando llegué tuve que empujar la puerta para abrirla, y encontré a mi abuelo en el suelo amarrado de los pies y un poco de las manos, entonces lo desaté y vi que tenía un golpe en la boca. Llamamos a Carabineros pero no llegaban y salí a buscar a los tipos que estaban en la esquina, los encaré y les dije que porqué hicieron eso con mi abuelo que hasta los había ayudado alguna vez, porque son medios vecinos de acá y por eso los conocemos. Estuvieron un buen rato por ahí dándose vueltas para ver lo que pasaba, pero cuando llegó Carabineros ya no estaban. Carabineros se demoró como una hora o una hora y media y nos dijeron que no podían ir a buscarlos si no tenían una orden del Fiscal”.

Don Manuel visiblemente afectado por todo lo que ha vivido agregó que “ahora no sé cómo me puedo sacar esto que me pasó de la cabeza, ya ni me puedo parar porque me tiemblan las piernas de los nervios. Voy a tener que pedir ayuda de alguna psicóloga porque esto que me pasó es terrible y solo quiero olvidarlo. Yo lo veo en las noticias de Santiago, pero nunca jamás me imaginé que me podía pasar a mí”.

Pedro Muñoz Hernández

 

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