Muchos de nuestros lectores han pasado por calle Prat con Salinas, al costado del edificio de la municipalidad, y han podido apreciar a una mujer junto a sus hijas quienes solicitan la cooperación de las personas.
Se trata de Lismery María Rodríguez López, madre venezolana junto a sus hijas, quienes antes de llegar a Chile pasaron por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, hasta arribar a nuestro país en condiciones ilegales.
Quisimos conocer sobre el proceso desde que tomaron la decisión de venirse a nuestro país. Al ser consultada dijo que fue un proceso largo y cansador «porque a veces teníamos que caminar, pasar la noche por las calles, de ahí acá venir con nuestros hijos, cambiar nuestro futuro, porque nosotros estamos en una situación que bueno gracias a Dios aquí hay muchas personas buenas como en todo, personas que nos han tratado bien y otras que nos ven mal», dice.
Cuenta que han tratado de insertarse en nuestra sociedad sanfelipeña, lo que no ha sido fácil, por eso han debido instalarse en el centro de la ciudad para solicitar ayuda de los transeúntes.
Reconoce que las personas «no saben la situación de uno, el por qué uno hace lo que hace; ahora estamos alojando en la toma, somos seis integrantes en nuestra familia, donde pagamos por un cuarto ciento ochenta mil pesos, donde las edades de mis hijas son de diecisiete, quince, once y el varón trece años de edad, y mi esposo está trabajando gracias a Dios», dijo Lismery Rodríguez.
De todas maneras dice que la situación continúa difícil, porque desde que salió de Venezuela, el frío, el hambre y la miseria han sido parte de sus vidas cotidianas, y que pensaron que en nuestro país podría abrirse la puerta para tener un futuro mejor para su familia, donde pueda realizar trabajos esporádicos en aseo, y matricular a sus hijos para darles continuidad en sus estudios en el sistema educacional municipal de San Felipe.