LOS ANDES.- Por los delitos de Violación Impropia Reiterada y Exhibición de material pornográfico a menor de edad, fue formalizado el Supervisor de Minería de iniciales I.M.O., de 55 años y con domicilio en Putaendo, Imputado por el Ministerio Público de Los Andes por haber ultrajado a su hija de 13 años de edad, hechos cometidos al interior de un departamento de Villa Alto Aconcagua.
El hombre fue detenido en su trabajo en virtud a una orden judicial, en el marco de la investigación desarrollada por la Fiscalía local, siendo puesto a disposición del Juzgado de Garantía andino en que se efectuó la Audiencia y en donde el Magistrado Daniel Zúñiga, resolvió acoger y decretar la medida cautelar de Prisión Preventiva solicitada por el Fiscal Alberto Gertosio, fijando un plazo de investigación de 50 días.
Los estremecedores hechos se remontan al mes de mayo de 2011, los que se iniciaron con tocaciones en las zonas íntimas de la menor de edad y que luego se agravaron al consumar la violación en dos ocasiones, ataques que materializó bajo intimidación y amenazas.
De acuerdo a los antecedentes de la carpeta investigativa expuestos por el persecutor, donde se consideran diligencias y entrevistas practicadas por Carabineros de Los Andes; detectives de la Brigada de Delitos Sexuales y Menores de la PDI Los Andes; de la Fiscalía; el Cavas y el Servicio Médico Legal, los ataques sexuales eran cometidos por el sujeto cuando quedaba solo con su hija al salir a trabajar la madre e ir a estudiar la hermana de la víctima.
El tiempo en que le efectuó tocaciones, el hombre llegó incluso a entregar en oportunidades $5.000 a la niña, para que ella no contara nada de lo acontecido a su mamá.
El primero de los hechos más graves ocurrió el 20 de mayo de ese año en horas de la tarde, después que la menor regresara del colegio y le pidiera permiso a su padre para jugar, acompañándola luego su hermana. Minutos más tarde el individuo llamó a su hija de 13 años y le dijo que entrara al departamento, advirtiéndole que su hermana se quedara fuera hasta que él decidiera.
AMENAZADA DE MUERTE
Dentro le ordenó que se dirigiera al dormitorio matrimonial, donde allí sacó un cortaplumas y la amenazó diciéndole “yo te voy a hacer algo. Si tú le cuentas a tu mamá, esta misma cortaplumas se la entierro en la guata”. Esto le provocó gran temor de que pudiese sufrir alguna consecuencia ella como su mamá. Acto seguido, el hombre le pidió que se sacara la polera lo que la menor no quiso hacer, siendo reprendida de que se hacía lo que él dijera.
Para asegurarse en sus deshonestos propósitos, procedió a amarrar a la niña con cordones de zapatos de manos y pies a la cama matrimonial, bajándole el pantalón y ropa interior. Como la pequeña empezó a gritar, le tapó la boca con una de sus manos para evitar que los gritos de auxilio fueran escuchados.
La niña lo mordió y por ello recibió una cachetada. Luego el sujeto se bajó sus vestimentas y violó a su hija. Una vez consumadas sus intenciones, desató a su hija y volvió a amenazarla con el cortaplumas para que no contara nada a la madre o sino la mataba. La niña se vistió y se fue al baño, tras lo cual el sujeto la mandó a comprar pan, como si nada hubiera pasado.
La menor fue a un almacén del barrio donde se encontró con una vecina, quien notó que tenía lágrimas y una actitud extraña, preguntándole reiteradamente qué le había ocurrido, pero ella respondía que nada. Pero ante la insistencia de las consultas, la menor abrazó a la mujer y comenzó a llorar confidenciándole que había sido abusada sexualmente por su padre.
Al conocer de esto, la vecina le manifestó que la acompañaría a contarle a la mamá como a denunciar el hecho a la PDI, sin embargo ante las amenazas del sujeto le suplicó que no hiciera nada ya que temía que su madre fuera ser atacada.
Una semana más tarde, el 27 de mayo, aprovechando que estaba solo con la niña, el sujeto realizó la misma conducta, la intimidó con el arma blanca y bajo amenaza le obligó que se desnudara. Seguidamente le mostró una revista pornográfica, le ordenó que adoptara la postura de una de mujeres y la ultrajó nuevamente, para después ser dejada en la cama, la víctima se vistió y se fue a jugar. Esa noche, la vecina le contó a la mamá de la niña lo que le había dicho, quien al enterarse se mostró aterrorizada y decidió no denunciarlo, ya que su pareja era demasiado agresivo y la golpeaba reiteradamente.
La víctima contuvo su angustia hasta el 27 de mayo, en que durante la once optó por revelar a su madre lo que le había sucedido y hecho su padre. Al conocer los detalles, la mujer llamó a Carabineros dirigiéndose personal al departamento, tomaron declaraciones y trasladaron a la niña al hospital donde le fueron constatadas lesiones, para luego en la Tercera Comisaría realizar la denuncia.
LA HUÍDA Y PERSECUCIÓN
El sujeto fue detenido el 7 de julio de ese año por un delito de Violencia Intrafamiliar, ya que en medio de una discusión con su pareja, la insultó y amenazó con lanzarle un teléfono en la cara, por lo que salió del departamento con sus hijas y pidió auxilio a Carabineros, siendo formalizado posteriormente y se fue a vivir a Putaendo.
Pero la pesadilla no terminó allí para la niña, ya que el 12 de julio cuando se encontraba con una tía en el centro, recibió un llamado de su padre al celular y quien volvió a amenazándola diciéndole que «si no retiras la demanda, no sabes lo que te va a pasar, porque yo ando en el centro», lo que comprobó luego al ver que la miraba a distancia.
En declaraciones de la madre en la investigación, señaló que le creía a su hija al añadir que su pareja le hacía las mismas cosas cuando estaba curado, manifestando que probablemente había atacado a la niña por celos debido a un amigo que ella tenía y al que odiaba, poniéndose a gritar y hacer escándalo cuando la iba a buscar.
Lo dramáticamente vivido y el permanente atosigamiento de su padre que la llamaba, amenazaba y atormentaba diariamente, el 4 de agosto la víctima ingirió un frasco de medicamentos al atentar contra su vida, de lo que salvó y se dispuso que quedara hospitalizada, siguiendo tratamientos post traumático y por trastorno depresivo.
Después de la imputación realizada por el ente persecutor, el Defensor Juan José Díaz se opuso a la Prisión Preventiva solicitada por el fiscal, al argumentar que no estaban suficientemente acreditados los hechos, cuestionando por contradicciones las declaraciones de la niña, lo dicho por la madre y sobre todo que no se efectuó una denuncia inmediata. Alegó que su representado niega la participación en los hechos y agregó que existiría un grado de manipulación por parte de la madre, debido a la existencia de rencores con él por motivos sentimentales. El Fiscal Gertosio, indicó que por los hechos formalizados el Imputado arriesga fuertes condenas, que pueden llegar a Presidio Perpetuo Simple e incluso a Presidio Perpetuo Calificado.