Helmut Kauffmann Chivano, Dr. en Teología- Magíster en Liderazgo Pedagógico.

Helmut Kauffmann Chivano, Dr. en Teología- Magíster en Liderazgo Pedagógico.

Quienes más recordamos a Mr. Rivadeneira, el ‘gringo grande’, somos sus ex-alumnos y discentes del sexto año humanidades, generación año 70 (53 años de egreso), los cuales participábamos con mucha atención en sus clases de Inglés y sus emocionantes anécdotas de la vida. Hablaba de Estados Unidos y su falta de cerros, todo era plano decía; hacía interrogaciones orales en clase y apuntaba con su largo dedo, nadie sabía a quién le estaba preguntando; nos daba, como tarea para la casa, hacer traducciones al español en forma frecuente.

El escritor Carlos Ruiz Zaldivar, en su ‘Romance de Míster Riva’, lo describe magistralmente en algunos fragmentos: «Grande de ideas y de porte/ largo de hueso y de estampa,/ un evangelio en el alma./ Medio siglo de su sangre/ ¡Medio siglo de su alma!/ ¡Medio siglo de sonrisa!/ ¡Medio siglo de enseñanza!/ Después se nos fue en silencio/ a descansar a su casa,/ humilde como un labriego/ que vuelve de la labranza».

«…grande de idea y de porte/ largo de hueso y estampa/ trasuntó por todas partes..»

Sin lugar a dudas, Alejandro Rivadeneira Hawkins ha sido el profesor del Liceo de Hombres, Dr. Roberto Humeres de San Felipe, que más ha trascendido en la memoria de la comunidad aconcagüina por su obra educadora y deportiva.

Había nacido en Ovalle, el 13 de diciembre de 1901. Sus padres fueron Alejandro Rivadeneira, trabajador de faenas mineras en Perú, y Julia Hawkins, miembro de una familia inglesa avecindada en Chile. Estudió sus primeras letras en la escuela pública de Ovalle y estudió secundaria en el Liceo de esa ciudad de la III Región del país. Luego realizó estudios superiores en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, en Santiago. Antes de terminar su formación universitaria partió becado a Estados Unidos y se estableció en la Universidad de Normal, en el estado de Illinois, en donde junto con completar sus estudios de la asignatura de inglés, hacía clases de español. Al fallecer su padre en 1927, ya con su título profesional, regresó a Chile y se incorporó al Liceo Dr. Roberto Humeres, que dirigía el rector Julio Montero Alarcón.

Toda la carrera docente de este recordado maestro la hizo en el centenario Liceo de Hombres, que hoy perpetúa la memoria del ex rector Dr. Roberto Humeres Oyaneder. Fueron más de cuatro décadas hasta que se jubiló allá por 1960. Formó a muchas generaciones de alumnos de Aconcagua y otras ciudades del país, que veía en él a un maestro correctísimo, de aspecto severo: pero por dentro con un corazón sano de niño, incapaz de hacerle daño a nadie. Los que fuimos sus alumnos lo recordamos alto, más bien delgado y enjuto, de voz grave, de grandes manos y dedos alargados, de voz profunda. Por presencia se hacía respetar. Los muchachos le decían ‘Mr. Riva’ y era cotidiana su voz, al escuchar su dicho: «¡Mira muchacho hombre!». Medido en sus calificaciones: pero no le gustaba reprobar a nadie. Siempre le daba una oportunidad a los que les iba mal en los exámenes del mes de diciembre. Les decía las materias que debían estudiar, que estudiaran en las vacaciones de verano para aprobarlos en marzo y así permitir su paso de curso.

Este año, en el mes de junio, el Liceo Dr. Roberto Humeres, tercera institución educativa más antigua de Chile, cumple 185 años, y su directora actual, Patricia Pimentel Henríquez, está trabajando intensa y activamente en el Proyecto Educativo Institucional (PEI) junto a toda la comunidad educativa para redefinir su misión y visión, más los valores que se sustenten en los años venideros, considerando una buena estructuración del tiempo en actividades y talleres extraprogramáticos para todos los estudiantes que deseen aprender.

El señor Rivadeneira Hawkins fue el que introdujo la práctica del básquetbol y el tenis en San Felipe. Fue fundador de la Asociación de Básquetbol y actualmente el gimnasio del Liceo en su frontis, que da hacia Santo Domingo, lleva su nombre, el cual está siendo reparado para una mejor imagen y luminosidad del lugar. Organizó competencias, frente a esta instancia deportiva, se formaron clubes y desde San Felipe salieron promisores valores del baloncesto regional. Es que Mr. Riva en su juventud fue un eximio jugador de ambos deportes. Eran famosos los partidos que se hacían en la cancha del liceo, que él mismo la hizo construir y apisonar. Era tanto el fervor para el básquetbol que los día domingos, luego de intensas lluvias en que el agua hacía charcas en el campo de juego, se le vio a él mismo con sus alumnos colocando sacos para tenerla en condiciones de juego para las partidas locales de las 11:00 horas.

En 1951 se casó con la educadora Norma Barros, profesora normalista, en la ciudad de Santiago. De esa unión nacieron sus dos hijos: Erik, quien actualmente vive en Perú y tiene una empresa de productos médicos. Es Tecnólogo médico y viaja permanentemente a Estados Unidos. Su otro hijo es Alex, Analista de sistemas computacionales.

‘Don Alejandro’ o ‘Mr. Riva’ se fue minando con el paso de los años. Sus piernas ya no respondían a su voluntad motora y no siempre pudo venir a San Felipe a los tantos homenajes que rendía a su persona el básquetbol sanfelipeño, sobre todo en la tradicional Copa ‘Alejandro Rivadeneira’. Los ojos del gran maestro se cerraron para siempre el 3 de junio de 1996, su corazón dijo: «no va más» y partió tan simple como fue su proyecto de vida. Curiosamente sus exequias se realizaron el 5 de junio de 1996, de un nuevo aniversario del liceo. Sus restos descansan en paz en el Cementerio Parque El Prado, en Santiago de Chile. Gracias  My English teacher, fui uno de tus alumnos, siguiendo esa misma profesión que me apasiona mucho.

Alejandro Rivadeneira Hawkins introdujo el básquetbol y el tenis en San Felipe. Actualmente el gimnasio del Liceo, en su frontis que da hacia Santo Domingo, lleva su nombre.

Alejandro Rivadeneira Hawkins introdujo el básquetbol y el tenis en San Felipe. Actualmente el gimnasio del Liceo, en su frontis que da hacia Santo Domingo, lleva su nombre.

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Quienes más recordamos a Mr. Rivadeneira, el ‘gringo grande’, somos sus ex-alumnos y discentes del sexto año humanidades, generación año 70 (53 años de egreso), los cuales participábamos con mucha atención en sus clases de Inglés y sus emocionantes anécdotas de la vida. Hablaba de Estados Unidos y su...