Profundo pesar y consternación ha provocado en diferentes círculos artísticos y literarios, tanto a nivel local como nacional e incluso internacional, la muerte de la apreciada y respetada escritora y poetisa Azucena Caballero Herrera, quien la mañana de ayer, a la edad de 82 años, falleció luego de enfrentar una penosa enfermedad, específicamente un cáncer gástrico que en los últimos meses se encargó de apagar lentamente su vida, aunque no logró borrarle la sonrisa del rostro ni esa forma tan especial de tratar a las personas.
Presidenta de la Filial San Felipe de la Sociedad de Escritores de Chile y columnista de nuestro medio durante los últimos cuatro años, donde desarrolló su columna ‘Aplausos’ hasta octubre del año recién pasado, cuando ya la enfermedad había amilanado parte de sus fuerzas, dedicando todo su tiempo y energía para lo que sería el lanzamiento de su último libro, ‘Sagrada Ceniza’, el que se realizó en una emotiva ceremonia realizada el viernes 11 de diciembre de 2015.
Azucena Caballero fue una mujer sanfelipeña, nacida y criada en nuestra ciudad. Hija de Manuel Caballero Silva e Idilia Herrera Aspeé. Tuvo ocho hijos con su primer esposo Alberto Montenegro, fallecido en 1999: Marcos Alberto, María Gisella, Ximena Evelina, Leticia del Pilar, Cristian Manuel, Rubén Darío, Claudia Lucinda y Mauricio Emilio. En 2011 contrajo matrimonio con el periodista costarricense Roberto González Short.
Su incursión en el mundo de las letras se produce en forma tardía, a fines de los 70 y comienzos de la década del 80, cuando ingresa al Taller Literario Ernesto Montenegro. En 1982 asumió como encargada de la Casa Municipal de la Cultura, función que desempeñaría hasta 1986. A partir del mismo año se hace cargo de la Galería de Arte San Felipe El Real hasta 1994 (actual teatro municipal), donde exponían pintores como Jabal Sen, Carlos Ruiz Zaldívar y Pedro Aranda, entre otros. También permaneció desde 1994 como Conservadora de la Biblioteca Fundación Hermanos Arabena Williams, hasta que se acogió a retiro voluntario en 2007.
En la década del 90 fundó también el Taller de creación literaria Letras 94, como asimismo el Grupo Clepsidra, el Grupo Daguerrotipo y la misma Sech San Felipe, donde participa junto a otros escritores como Carlos Ruiz, Marcos López, Carlos Montero, Zenobio Saldivia, Julio Merino y Alejandro Barahona.
HASTA SIEMPRE
La muerte de Azucena Caballero, si bien era esperada por cuanto su enfermedad era incurable, no dejó de sorprender por la rapidez con que se hizo presente, causando un verdadero dolor entre quienes la conocieron.
Su actual esposo, hoy viudo, Roberto González, quiso decir estas palabras ante la irreparable pérdida:
«Azucena Caballero se fue satisfecha; pudo despedirse de casi todos sus amigos; lanzar su libro número once con el aplauso de sus pares y de nuestras autoridades; San Felipe ha perdido a una digna Hija de Aconcagua, porque ella perteneció a una generación ya extinta de literatos puros.
«Como su esposo le estoy agradecido a Dios por regalarme estos seis años a su lado; aprendí mucho con ella y de ella, agradezco a Diario El Trabajo también, por todo el respaldo que dieron a Azucena, pues siempre se dio una cobertura especial a sus proyectos literarios en nuestra provincia, también gracias a quienes en estos meses de lucha contra el cáncer que sufría, se hicieron presente de alguna manera para darle una palabra de aliento y solidaridad. Los hijos de Azucena también como yo, estamos agradecidos por el apoyo del alcalde Patricio Freire y concejales, en la presentación de su libro hace pocas semanas».
Diario El Trabajo desea expresar un cálido Hasta Siempre a Azucena Caballero Herrera, una mujer con grandes virtudes humanas que se marcha de este mundo físico al misterio insondable de la muerte, dejando a muchas personas sufriendo por esta partida. A toda su familia, nuestras más sinceras condolencias. Ha partido una artista y eso se resiente.
Sus restos están siendo velados en la Catedral, lugar donde hoy a las 10,30 horas se efectuará una misa por el eterno descanso de su alma. Tal como lo pidió en vida, sus restos serán incinerados hoy en la tarde y sus cenizas esparcidas en el sector de Tierras Blancas.
Azucena, hermosa y llena de energía, al final de sus días se extinguió como una llamita de vela, la recordaremos siempre, en lo personal tuve el privilegio de ser su alumno de ella aprendí que las letras mas allá de las palabras es creer en lo espiritual, y son la clara expresión del alma.
GRACIAS AZUCENA POR SIEMPRE.
Hablar de Azucena Caballero es como hablar del instante en que la crisálida abre sus alas al sueño despierto y perfumado de la primavera. Ha tenido la facultad prodigiosa del diálogo íntimo con la belleza cuando va pensando sus estrellas y colibríes. Ella, el Hada que asoma a las páginas de la poesía con un ramo de constelaciones para que el lector ascienda como las olas del mar a la contemplación sublime de los enamorados. Ha sido la voz autorizada de Erato para mostrar el nacimiento de la luz en cada nuevo libro, en cada verso. Posee una vasta trayectoria literaria y reconocimientos nacionales e internacionales. Presidenta de la filial San Felipe de la Sociedad de Escritores de Chile. Fundadadora de “ Clepsidra Internacional”, entre otros. La grandeza de su alma siempre dispuesta para que los jóvenes poetas y poetizas puedan desarrollar en plenitud la magia e inspiración en sus obras. Es así como escritores/as de Aconcagua que ya han publicado más de un libro adquirieron en su mocedad la comprensión y herramientas técnicas desde la mano cariñosa de Azucena. Recuerdo haber leído en mi juventud un libro suyo intitulado “Inconclusos Itinerarios” y de inmediato pude descubrir la virtud de asir el brillo del relámpago, el tris de las hojas de otoño cuando tocan la tierra fecunda, el momento en que la vida despliega sus alas o suspira, logrando extender ese lapso de conciencia universal. Tal es su poética y respiración…Hoy, nuestra querida Azucena Caballero se nos ausenta de vez en cuando a causa de su muy delicado estado de salud. Desde lo más profundo de nuestro corazón todo nuestro afecto, ternura y admiración hacia su persona y a su creación literaria. A continuación un poema de su autoría..
“Mi madre era
como un árbol perenne.
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Mi madre era como un árbol perenne
pletórico de flores en Primavera,
guardaba capullos de rosas
para los días invernales,
daba semillas a los pájaros
que volaban a su jardín
cada mañana
y en las tardes interpretaba
el tenue rumor del viento
entre los olivos.
Mi madre, canción dulcísima,
silueta eterna
inclinada sobre cunas,
con manos de jazmín acariciaba
el rostro-nardo
de sus niños dormidos
para después soñar … en el amor feliz.
Evoco su mirada serena,
el gesto severo cuando nos corregía,
su ternura cuando enseñaba;
mi madre, palabra viva
presencia siempre, arrullo, templanza…
en el cielo espera
arrullando a los ángeles
unir a los hijos
que viven en la tierra.
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Azucena Caballero/2015
Chile
…Ahora el tiempo se ha detenido para sus versos infinitos…Vivirás para siempre en el recuerdo de todos tus seres querido y en quienes siempre apreciamos tu existencia mariposa de la belleza. Hasta siempre querida Azucena.