Priscila Garrido Bernales labora en repostería:

En restorán ‘La Ruca’ están contentos con el trabajo desarrollado por Priscila Garrido Bernales, una mujer de 40 años de edad con discapacidad que llegó a trabajar en el tiempo en que Ricardo Figueroa Prado estaba vivo, quien se mantiene hasta el día de hoy pese a que tras la muerte de ‘Don Ricardo’ temió por su futuro, pero fue el mismo Ricardo Carlos quien la tranquilizó señalándole que ella era parte de la familia de ‘La Ruca’.

Conversamos con Ricardo Figueroa Cerda, administrador gerente del restorán La Ruca, quien recordó que «Priscila llega acá al Restorán La Ruca por un programa de inclusividad, donde ella tiene ciertas discapacidades, pero está habilitada como para poder trabajar, recibir órdenes, es muy proactiva, realiza las labores que uno le envía y en realidad el tiempo que lleva estamos bastante contentos nosotros con ella y esperamos que ella con nosotros».

Agrega que «Jorge Garrido, el papá de Priscila y la señora Teresa Bernales, también fueron ligados muchos años a la gastronomía, la Priscila también nació en relación a toda esta área. Ellos tuvieron casinos de Carabineros de San Felipe, Viña del Mar, el de la Dole y tuvieron su quinta de recreo en Tierras Blancas, entonces por años están ligados a la familia también, pero eso no quita mérito que Priscila se haya ganado sola su puesto acá en repostería, desarrollando varias labores y de a poquito ha ido aprendiendo. Ahora sabe todo lo que es preparar postre, jugos, algunos tragos sabe también preparar, así es que hemos estado bien contentos, a parte que es como obsesiva, eso es bueno, con la limpieza, eso para nosotros es ideal porque cumple todos los requisitos. Mantiene todo impecable. Nosotros tenemos una ingeniera en alimentos que le da instrucciones y ella las entiende y las acata bien».

¿Cómo es el día a día de ella, llega en la mañana, se le entregan las instrucciones, va a la par con los demás compañeros?

– Claro, llega en la mañana en la micro de las 11:15 que pasa por Bucalemu, Tierras Blancas, o de repente la viene a dejar la mamá, pero es como bien independiente en ese sentido, viaja en micro sin ningún problema, y después a las cinco media, seis de la tarde está lista. Pero ella sabe sus labores, entonces no es que siempre uno tiene que estar dándole indicaciones, sino que ella sabe lo que tiene que hacer, los jugos, limpiar, hacer algunos postres, está bien interiorizada de su trabajo.

Viene siendo un aporte en el fondo.

– Exactamente, porque ella de repente me llama y me dice «voy a ordenar esto, separar esto otro», en lo que significa el almacenaje de los productos, así es que también tiene bastante iniciativa y disposición a cooperar con los demás trabajadores, que algunos le piden apoyo de repente, cuando necesitan para coctelería, jugos, bebidas, todas esas cosas.

¿Cómo se lleva con los demás compañeros?

– Bien, aquí todos se preocupan de ella, la respetan y la quieren mucho, hay una persona aquí que es la señora Tegua y Celinda, que son compañeras de trabajo de ella, y están preocupadas de los remedios que tiene que tomarse cada hora, es un buen complemento te diría yo para el ambiente laboral.

Si te preguntaran los demás dueños de restoranes, si se puede confiar en una persona discapacitada, ¿qué les dirías?

– Yo les diría que le abran las puertas porque son niños que tienen un espíritu tal, pero también pueden ellos asumir responsabilidades. Se han hecho pruebas pilotos en varios lados, más en Santiago que acá, pero yo los llamaría a que tengan la confianza de que van a ser un aporte al final a la labor diaria, y también a dignificar al ser humano en su contexto, porque nadie está libre de tener una persona así en la familia, entonces debemos tratar como queremos que nos traten. Y lo otro también que mi papá era siempre una persona muy comprometida con la discapacidad, con la Teletón, y justamente estábamos haciendo hoy día un recuerdo porque al parecer a él le quieren hacer un homenaje en el Teatro Teletón este año en Santiago, entonces nos están pidiendo recolectar todo el material que tengamos, y Priscila va en esa senda de niños rehabilitados, que aparte ella de tener una discapacidad física y le daban muy pocas expectativas de vida, es como un milagro que la Priscila esté todavía con nosotros con vida, porque los diagnósticos médicos no eran buenos, eso lo puedes conversar con la mamá de ella, y pasados los años la Priscila sigue acá, tenía también discapacidades físicas que las ha ido superando, y que ahora está bien, se siente como realizada. Aparte que la noto yo cuando recibe su salario, su cara se le llena de felicidad, no sé cómo explicar tampoco de la autorrealización. (…) El otro día me comentaba que se iba a comprar unas zapatillas que le habían gustado y que para eso estaba su próximo proyecto que tenía. Es bonito ver que ella se sienta realizada al poder recibir una remuneración que la hace un poquito más independiente.

Una reflexión final de todo el trabajo de Priscila.

– Ha sido importante, mi papá la recibió, cuando él partió estaba asustada, pensaba que nosotros la íbamos a sacar, y no, sino que ella es parte de nuestra empresa, ‘La Ruca’ es más que una empresa, es una empresa familiar así es que ella es parte nuestra, de nuestro staff y la reflexión que puedo dejar yo es que la dejamos que desarrolle sus capacidades al máximo, no le ponemos techo y eso es muy importante, porque le ha permitido ir aprendiendo diferentes cosas dentro de la gastronomía.

 

MADRE E HIJA

Señora Teresa Bernales, como madre, ¿qué comentario puede hacer al respecto?

– Para mí ha sido lo mejor que pudo haber pasado porque ella se ha activado como persona, además ahí todos la conocen desde chica, la quieren, Ricardo, todos los Figueroa Prado, pero ha sido muy bueno porque ella se ha activado mucho más. Lo otro, ella no puede viajar sola, pero igual le enseñé a andar en micro, llega y en la tarde yo la voy a buscar. Ha sido fantástico.

Conversamos también con Priscila, quien nos dice que se siente bien trabajando en La Ruca, «gracias a Dios estoy conforme como dice mi mamá, que todos me quieren y me gusta ir a trabajar, les doy gracias a los Figueroa… soy muy feliz», señala.

Nos cuenta que se siente muy bien cuando recibe su sueldo porque en el fondo es autosuficiente.

Decir que Priscila Garrido Bernalez tiene 40 años de edad y su madre nos dice que nació con una hidrocefalia. Del 100% tiene un 70% de discapacidad y un 30% de capacidad.

Priscila junto a Sarela Sepúlveda del Restorán La Ruca

Priscila junto a Sarela Sepúlveda del Restorán La Ruca

Priscila junto a Sebastián Figueroa, uno de los hijos del gerente Ricardo Carlos.

Priscila junto a Sebastián Figueroa, uno de los hijos del gerente Ricardo Carlos.

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