Se instalaba a un costado del Mercado Central:
Este día jueves, a eso de las 16:02 horas, murió Ricardo Videla Leiva, a quien en vida era tradicional verlo sentado al lado de la entrada al Mercado Central por calle Traslaviña, extendiendo su mano para que las personas de buen corazón, buena voluntad, le donaran alguna moneda.
En vida fue un payaso muy conocido que trabajó en varios circos. Su última presentación masiva, se podría decir, la realizó en una actividad desarrollada en la oficina de la discapacidad ubicada en la Avenida Maipú al llegar a Chacabuco. Al igual cuando estaban de cumpleaños los niños del lugar donde vivía, también les hacía una rutina de payaso.
Vivía en un pasaje ubicado en Traslaviña, entre San Martín y Freire, casi al frente de la residencial Palermo. Ahí arrendaba una pieza y otras dependencias más ubicadas en un segundo piso.
Este jueves tuvo problemas de salud, teniendo que acudir personal del SAMU, quienes lo trasladaron al Hospital San Camilo donde lamentablemente falleció.
Nuestro medio conversó con Margarita Soto, dueña de la casa donde vivía, quien nos confirmó la información señalando que «falleció ayer jueves a las cuatro dos minutos, lo estaban resucitando en la ambulancia y no pudieron hacer nada en el hospital San Camilo. Él ya estaba más deteriorado, viejito y sus pies ya no lo acompañaban como para salir a la calle. Y me hice cargo un poco yo de tenerlo, que no saliera afuera. Anoche (jueves) se le hizo una velatón en la que participamos aquí los arrendatarios y yo, todos consternados, alguien muy querido en toda la comuna de San Felipe, muy conocido. Le hizo campaña a Pato Freire, a Jaime Amar, a todos», cuenta.
– Se emociona usted al hablar de él.
– Sí, es que él estuvo muchos años con mi mamá arrendando y yo lo quería harto, era regalón mío, yo lo cuidaba.
– ¿Cómo fueron los últimos días?, porque ya no se veía en calle Traslaviña, como que andaba más deteriorado.
– Más ‘bajoneado’, sí, claro, los últimos días. Ya llevaba como para dos meses que ya no salía a la calle porque no veía.
– Sí, tenía problemas a la vista, ¿estaba a la espera de una hora al médico parece?
– Claro, una hora al oculista como se llama, me hice cargo yo de que no saliera. Yo le daba su almuerzo, su desayuno con mi sobrino, y lo ayudábamos aquí en común, los vecinos le iban a dejar cositas, todos los que vivíamos aquí con él. Él pasaba en su pieza, salía al solcito y se entraba, esa era la rutina de él, ya no salió más.
– Conversaba muy bien de sus vecinos, de usted también.
– Sí, pues él me quería harto a mí, igual que yo… Es un dolor fuerte, grande, porque igual para mi hija era como un abuelito, ‘su tata’, porque llegábamos del colegio cuando yo la iba a buscar y él se sentaba afuera y le decía ‘hola Panchita, cómo está’, y mi hija lo saludaba y todos nos encariñamos con él.
– ¿Era muy amable, afable?
– Sí, muy cariñoso.
– ¿Payaso toda la vida, mantenía su voz intacta?
– Sí, su mente y su voz intacta, porque cuando estaban de cumpleaños acá los niños, él igual les hacía una rutina de payaso, que mi sobrina política, ella tiene grabado su show. Iba a la discapacidad igual hacía su show de payasito, cuando estaba parece Patricio Freire, el exalcalde. Así es que él siempre… y cariñoso con todo el que veía afuera. Él si podía regalar el alma, la regalaba, era así don Ricardo, el payasito que le decíamos nosotros.
– ¿Una reflexión final?
– Que Dios lo tenga en su santa gloria y que nos cuide de arriba nomás, que se le va a echar de menos con harta alegría. Ahora llorando por la emoción de las circunstancias.
Finalmente nos cuenta que don Ricardo sufrió un paro cardiaco y que cuando se lo llevó la ambulancia, iba con sus signos vitales, «pero no pudieron hacer nada en el hospital», concluyó.
Señalar que sus funerales se realizaron este día sábado en la Parroquia Andacollo, donde estuvo siendo velado también, y hasta donde también llegaron familiares de don Ricardo Videla Leiva.
Desde estas páginas, nuestro más sentido pésame a todos quienes han sentido la partida de don Ricardo (Q.E.P.D.)