En la Escuela Alegría Catan de Piguchén, la violencia tomó el control durante un recreo y un pequeñito de apenas nueve años salió golpeado por sus compañeros mayores.
En la Escuela Alegría Catan de Piguchén, la violencia tomó el control durante un recreo y un pequeñito de apenas nueve años salió golpeado por sus compañeros mayores.

PUTAENDO.- Un menor de nueve años, estudiante del 4º Básico de la Escuela Alegría Catán de Piguchén, fue víctima de una golpiza por parte de otros estudiantes de 8º Básico al interior del recinto la mañana del jueves recién pasado.

Según los antecedentes entregados por la madre del menor, quien grabó una entrevista a nuestro medio pero que solicitó reserva de su identidad, los hechos habrían ocurrido alrededor de las 11:45 horas del jueves, cuando su hijo, de nueve años, se encontraba en el patio del establecimiento junto a otros estudiantes durante el recreo, momento en el cual, según relato de la mujer, el menor, al llegar el balón de fútbol a sus pies, lo devolvió y este último cayó al patio de una vivienda colindante, lo que habría originado la molestia de los estudiantes de 8º Básico, quienes habrían comenzado a golpear al menor, quien producto del hecho, cayó al suelo y recibió varios puntapiés en distintas partes del cuerpo sin que alguien advirtiera lo que estaba ocurriendo, hasta que otro estudiante decidió dar aviso a los profesores, los cuales lograron parar esta inusual agresión.

AMENAZADO

La madre del menor dice que durante todo el día jamás recibió un llamado del colegio y que sólo se enteró cerca de las diez de la noche fortuitamente, cuando otro compañero de su hijo le contó lo que había ocurrido, aunque ya les había llamado la atención que su hijo estaba muy callado y se quejaba que le dolían mucho las costillas, ante esta situación, el menor sólo a la hora antes mencionada narró lo ocurrido a su madre, pues dijo que estaba amenazado y que si el contaba algo lo volverían a golpear.

La mujer agregó que su hijo presentaba varios moretones que evidenciaban la cantidad de golpes que recibió.

La mañana de este viernes, los padres del menor se trasladaron hasta el colegio para exigir una explicación a la directora del establecimiento sobre lo ocurrido, quien les habría dicho que no les avisaron y no dieron cuenta a Carabineros porque se habría tratado de un ‘juego de niños’, lo que no fue compartido por los padres del pequeño, quienes llamaron a Carabineros de Putaendo, los uniformados se constituyeron en el establecimiento y acogieron la denuncia interpuesta por los padres del afectado contra algunos estudiantes que habrían agredido a su hijo.

La mujer expresó su molestia contra la Escuela Alegría Catán por no haberla llamado ni trasladado a su hijo hasta el Hospital San Antonio para que recibiera atención por parte de un médico y dijo que no es posible que el colegio no tuviera la voluntad de informarle de lo que había ocurrido, pues si ella se hubiese enterado habría acudido inmediatamente a retirar a su hijo para trasladarlo hasta el hospital. Tratamos por todos los medios de tener la versión del establecimiento educacional aludido, entidad que a través de su directora se negó a entregar detalles oficiales, argumentando que se trataba de un hecho interno que ya había sido denunciado a la Fiscalía. En tanto, la madre del menor confirmó que la misma dirección del establecimiento le solicitó encarecidamente no dar entrevistas a nuestro medio, pues lo que ocurrió no era conveniente que saliera en la prensa local. Finalmente la mujer indicó que retirará a su hijo del citado colegio y solicitará la intervención del Alcalde Guillermo Reyes en este delicado tema que afectó a su hijo. La dirección del colegio la noche del pasado viernes envió un comunicado refiriéndose a la situación.

«LO LAMENTAMOS MUCHO»

El día de ayer 23 de mayo, exactamente a las 11:45 horas, al finalizar el segundo recreo, el inspector toca la campana para ingresar a clases. Profesores y alumnos se dirigen a sus salas, momento según relatan los mismos alumnos, un alumno de 4º Básico, que era parte del grupo que estaba jugando, chutea la pelota lanzándola hacia el sitio colindante, dos alumnos reconocieron haberlo golpeado, uno de 3º y uno de 5º, los alumnos de 8º insisten en no haber participado de los golpes aún cuando algunos compañeros los vieron. Es para nuestro establecimiento, sin lugar a dudas un acto vergonzoso, pues al igual que muchas madres y padres incansablemente les estamos hablando a los niños del respeto, de la tolerancia y de muchos valores que en ocasiones como ésta, parecen no haber entendido.

Una apoderada nos decía ¿bueno, y dónde estaban los profesores y el inspector?

Cada uno en su lugar cumpliendo con su trabajo, más arriba les explicaba en qué momento y circunstancias ocurrieron los hechos. No tenemos personal suficiente como para poner un adulto por cada niño y por supuesto eso no exime de responsabilidad a los menores que cometieron este acto de agresión, los padres más bien debieran estar preocupados de que sus hijos les digan la verdad, sepan reconocer y enmendar los errores cometidos, porque sin querer desviamos los temas de fondo y los niños ven a sus padres protegiéndolos de actos incorrectos, por lo tanto los vuelven a cometer. Lamentamos profundamente lo ocurrido, entendemos a los padres y obviamente sus reacciones de molestia y por supuesto los documentos están listos para que lleven a su niño a una escuela en que le garanticen que nunca tendrá un inconveniente.

Nosotros hacemos todo lo posible para que los niños se sientan a gusto dentro del establecimiento, se pueden quejar de lo exigentes que somos, pero sería interesante preguntarles a ellos si reconocen cómo nos hemos preocupado para hacerles los recreos más entretenidos, compramos taca-taca, mesas de ping-pong, cuerdas, etc., ahora último la profesora de Educación Física les está haciendo baile entretenido, pero depende de ellos compartir con verdadero sentido de amistad ¿y eso cuándo se aprende? Desde pequeñitos, desde el hogar. Desde allí parte y nosotros reforzamos. Hay momentos en que los niños ven a sus padres en la cancha cuando ‘se pican’, cómo se tratan, cómo se enojan si les meten un gol, también ven a sus madres cuando se enojan y les dicen un sinnúmero de garabatos a ellos mismos, (y esto lo cuentan ellos), pero ¡ay! que les pase algo en la escuela porque se transforman en los mejores padres del mundo.

Patricio Gallardo M.

 

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