Ricardo Guzmán, al ser detenido, no reflejaba ningún tipo de impedimento físico.

Sin duda el horrendo crimen de Carol González se ha transformado en un caso mediático que ha conmocionado a nuestra comunidad y a nivel país por una víctima trágica e inhumanamente asesinada, que dejó a tres hijos huérfanos y una familia que lucha por conseguir que se haga justicia.

Desde el día en que ocurrieron los hechos se ha podido armar paulatinamente el móvil del asesinato, donde la Fiscalía ha podido armar el puzzle para determinar los motivos y posteriores circunstancias que llevaron al único imputado en este caso, Ricardo Guzmán, a realizar un crimen casi de película.

Hasta el momento según declaraciones de diversos testigos, tanto familiares como la del propio imputado, señalan que Ricardo Guzmán conoció a Carol González en una discotheque OVO del Casino de Viña del Mar, transformándose en el tiempo en una relación sentimental informal.

El día de los hechos, el 17 de abril de este año, el imputado Guzmán requirió una audiencia ante el Fiscal Jefe Osvaldo Basso, a quien expuso que aquel día, alrededor de las 10 de la mañana, viajó hasta San Felipe y se reunió con Carol en el Supermercado Santa Isabel, donde le comentó que viajaría a Estados Unidos para contraer matrimonio con una ciudadana de ese país.

La conversación concluye cuando el imputado le señala a Carol visitarla en su domicilio en horas de la tarde dado que realizaría una visita al Santuario de Santa Teresa de Los Andes en horas de la tarde, y que la víctima le devolvería unos utensilios de cocina -entre ellos un cuchillo y otras especies-, reuniéndose en el sector Los Campos en el vehículo de la víctima donde según su versión, ella se encontraba con una tercera persona dentro del móvil.

Este testimonio fue corroborado por su Defensor quien señala que efectivamente el imputado contraería matrimonio con una abogada norteamericana, donde al día siguiente Guzmán viajaría hasta los Estados Unidos con sus padres para concretar las nupcias que estaban preparadas con anticipación.

De acuerdo a los antecedentes que maneja el Ministerio Público, Guzmán habría llevado a cabo el crimen utilizando un cuchillo que dejó la marca de su sangre en el lugar del hecho, cuando huyó después de haber incendiado el vehículo de Carol.

Luego de ser observado por cuatro testigos utilizando un chaleco reflectante, el imputado se dirigió hasta la comuna de Los Andes donde compró parches curitas para cubrir los cortes en una de sus manos, para luego abordar un radiotaxi que lo condujo hasta la comuna de Concón.

Posteriormente, luego de llegar al departamento de sus padres en Viña del Mar, en horas de esa misma noche se dirigió hasta el departamento de su abuela en la ciudad de Valparaíso, donde por medio de un incentivo económico le pidió al conserje utilizar el incinerador para ‘quemar cheques y facturas’, acto que demoró cerca de una hora y media, según consta en una declaración prestada a la Policía, teniendo la salvedad de recoger las cenizas donde se presume que estaría deshaciéndose de sus ropas utilizadas en el crimen con manchas de sangre.

Al día siguiente, Guzmán pensando en que habría cometido el crimen perfecto, se dirigió hasta el Aeropuerto de Santiago junto a sus padres para abandonar el país y dejar atrás su pasado con Carol, donde lo esperaba su novia que se convertiría en su futura esposa, pero sus sueños se truncaron cuando fue detenido por la Policía para ser procesado, quedando bajo prisión preventiva en la cárcel de San Felipe donde actualmente se encuentra recluido.

Las hipótesis de las amistades de Carol señalan que la relación entre Guzmán y Carol se sostenía por un aprovechamiento económico debido a la condición acomodada de la víctima, donde se ha conocisdo por declaraciones de los hijos de la occisa y la nana, que el imputado frecuentaba la vivienda y que en el último tiempo estaba siendo amenazada de muerte junto a sus hijos.

El cuerpo de Carol presentaba tres heridas, una cortante horizontal de 14 cms. de longitud en la zona del cuello y dos heridas punzantes de 2 cms. en la zona del tórax que le produjeron la muerte, además existen heridas en las manos donde aparentemente la víctima trató de defenderse, inmovilizada por el cinturón de seguridad que llevaba puesto.

Hasta el momento existen muchas aristas y dudas por resolver sobre este caso que faltan por concluir y que serán materia de juicio tanto para la Defensa como para la Fiscalía que se vislumbra para mediados del 2013.

Pablo Salinas Saldías – psalinas@eltrabajo.cl

 

 

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