Después de cuatro años siendo sacerdote en la comuna de Llay Llay, Cristian Guarda se retira de la Iglesia para formar su propia familia. Así lo dio a conocer en la misa de mediodía del domingo pasado, una decisión que tomó luego de una profunda reflexión. «Después de una larga reflexión, después de un discernimiento profundo en la compañía de la Iglesia, he decidido dejar el ejercicio del ministerio sacerdotal, básicamente por la vocación que siento de formar una familia, de construir una vida normal en este ámbito», dijo Guarda.Según expresó el ahora ex sacerdote, tuvo que atravesar un proceso bastante largo, ya que no fue una decisión que tomó de un día para otro.Dijo además que las comunidades tienen que entender las necesidades profundas, por ello no tiene problemas en dar a conocer esta decisión a los vecinos, y por eso decidió comunicársela en la misa del domingo, la última que celebró como sacerdote. «No tengo ningún problema de decirlo de cara a la comunidad y así lo hice el domingo recién pasado, diciéndolo públicamente, de manera oficial, porque es algo real, eso me da mucha paz, tranquilidad y libertad, y creo que eso le hace bien a la Iglesia y a la comunidad, saber que también estoy en paz, estoy tranquilo».El sacerdote dice que se retira agradecido de la Iglesia y especialmente de la comunidad de Llay Llay, tanto de lo que le aportaron los vecinos para su crecimiento como persona y de lo que él pudo aportar a la comuna.La decisión la hizo oficial a la comunidad el domingo pasado, pero ya el miércoles de la semana pasada la había hecho oficial en el Consejo Parroquial, «y ahí yo pedí que hicieran el anuncio a toda la comunidad y la última misa fue el día domingo a las 12 del día, fue bastante emotiva, estoy muy agradecido de la gente que me acompañó, que me ha regalado su ánimo, su oración que para mí eso es fundamental, para seguir recorriendo los caminos como todos no más». Esto significó que a partir del lunes de esta semana, Guarda dejó de ejercer el sacerdocio, aunque manifestó que se mantendrá al servicio de la Iglesia y de Dios, «desde donde esté y donde pueda».El sacerdote se va en paz y con la tranquilidad de haber sido un instrumento de Dios en esta comuna, según señala, «y ruego también para que sigan siempre fieles al Señor, yo le decía a la comunidad, lo más importante es que nunca nos soltemos de la mano de nuestro Señor, porque Él nos trae la paz y la tranquilidad y eso es lo más importante que Él nos regala», dijo finalmente.

Por Diario El Trabajo

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