- Niño con parálisis también recibió el cariño de Su Santidad:
Pareciera que la vida se encarga en algunas ocasiones de dar a quien más lo necesita, ese anhelado empujoncito para poder respirar y retomar fuerzas para seguir adelante por amor a los nuestros, esa pareciera ser la historia de un catequista católico de la Parroquia La Merced, de San Felipe, quien tras la muerte de su padre hace pocos meses, hace catequesis de Primera Comunión conjuntamente con su madre.
BUSCANDO ESE GRAN MILAGRO
Estamos hablando del empleado judicial y estudiante de quinto año de Psicología, el sanfelipeño Pablo Ignacio Ávila Lambert, de 33 años de edad, menor de tres hermanos: Constanza y José Luis. Este vecino durante años ha sufrido con paciencia el tener que lidiar con un hijo enfermo, el pequeño Rodrigo, de seis años de edad, y su hermanita Beatriz, de nueve.
Así las cosas, en busca de recibir una recarga espiritual tras las 20 operaciones que le hicieron al pequeño Rodrigo, esta familia aconcagüina salió el pasado lunes a Santiago, buscando la oportunidad de sentir la cercanía de su líder espiritual, el Papa Francisco.
Diario El Trabajo habló con Pablo Ávila tras su regreso al valle, él nos comentó vía telefónica los detalles de este encuentro familiar, una oportunidad en que el Papa tocó, habló, abrazó y besó a cada uno de ellos, les escuchó y bendijo amorosamente.
– ¿Cómo lograste acceder al Papa Francisco?
– Yo tenía entradas especiales para asistir con toda mi familia a la presentación del Papa en el Parque O’Higgins hoy (ayer), pero como tengo un hijo en silla de ruedas, sé que Rodrigo no aguantaría tantas horas sentado en ese lugar, así que recibimos entradas para estar en la Nunciatura, lo cual sí logramos aprovechar el lunes.
– ¿Cómo fueron los minutos previos a ese encuentro?
– Fue una gran emoción la que se vivió entre los presentes a su llegada, había mucha expectación mientras nos avisaban en pantalla gigante sobre el recorrido que hacía el Papa, cuando él llegó, se acercó a un grupo de personas que le dieron un ‘solideo’ y un cáliz de cobre, luego se acercó a mí y a mi familia.
– ¿Qué hiciste en esos momentos, de qué hablaste con el Papa Francisco?
– Fueron tres minutos, fueron maravillosos, en ese espacio de tiempo yo le pude contar al Papa sobre mi hijo Rodrigo de 6 años de edad, le hablé sobre la hidrocefalia y parálisis cerebral que padece, que había sido internado hace un año y medio en un hospital, que le habían hecho unas 20 operaciones, también le presenté a mi hija Beatriz, de años de edad y a mi esposa Estefanía, le pedí que por favor bendijera a mi familia.
– ¿Cómo reaccionó Su Santidad durante el encuentro?
– Él mientras yo le conté la historia de mi hijo, lo abrazó, le dio un beso, luego abrazó a mi hija y después nos dio una bendición como familia. Esa mirada paternal, esa mirada característica del Papa Francisco nos decía ‘sé por lo que estás pasando, te comprendo’, lo que nos marcó profundamente.
El Papa Francisco continúa hoy miércoles sus actividades en Temuco, luego a otras ciudades, se irá de Chile pronto, pero para esta familia su visita no habrá sido en vano, pues cuando más fe necesitaba tener en sus corazones, él vino a ellos y les dio esperanza.
Roberto González Short
