Rodrigo Mondaca Escobedo arriesga penas de 15 años y 270 días de presidio por los delitos de Homicidio Calificado e Inhumación Ilegal tras el crimen confeso de Guillermo Córdova Klein.
Rodrigo Mondaca Escobedo arriesga penas de 15 años y 270 días de presidio por los delitos de Homicidio Calificado e Inhumación Ilegal tras el crimen confeso de Guillermo Córdova Klein.
  • Mondaca alega Legítima Defensa: “Tienen que haber sido tres balazos los que le di a Guillermo Córdova”.

Con el testimonio del imputado Rodrigo Gonzalo Mondaca Escobedo, se dio inicio al esperado juicio oral para esclarecer el homicidio de Guillermo Córdova Klein, quien fue acribillado con seis impactos de bala y un profundo golpe en la laringe, al parecer con un martillo, falleciendo a los pocos minutos tras una asfixia por estrangulación el año 2011.

Con 45 minutos de retraso en el traslado del imputado desde la ciudad de Valparaíso, el Tribunal Oral en Lo Penal de San Felipe inició la audiencia el día de ayer lunes, concediendo el derecho de prestar declaración al acusado o guardar silencio, opción en que Mondaca partió el juicio con su declaración y posterior interrogatorio por parte de los intervinientes que se extendió por casi dos horas.

En su relato, el imputado reveló los detalles -según su apreciación- aquel fatídico día 17 de octubre del 2011, cuando Mondaca se reunió junto a Guillermo para realizar una compra de marihuana, desplazándose juntos en una moto scooter hasta la Villa 250 Años, para luego trasladarse hasta la Villa Departamental en búsqueda de un conocido proveedor de drogas que se entrevistó con Guillermo Córdova para supuestamente realizar una transacción de tres bolsas de marihuana que alcanzarían los $90.000, según su relato.

Luego de un lapso de tiempo, mientras Mondaca esperaba a unos metros del lugar, aclara que Guillermo Córdova volvió muy nervioso indicándole que lo habían asaltado y que debían retirarse inmediatamente del lugar, dirigiéndose en el móvil hasta una propiedad del imputado ubicada en el sector Lo Calvo de la comuna de Santa María, al momento de descender de la moto, el imputado le exigió claras explicaciones a Córdova respecto a lo anteriormente sucedido.

 

EL CRIMEN

“Conversamos con Guillermo, le pregunté qué había pasado, me dijo que tres tipos le quitaron la plata, después me contó otra historia. Yo estaba bastante molesto y él se enojó conmigo y comenzamos a discutir, de un momento a otro comenzamos a pelear, él sacó desde su cintura una pistola y al apuntarme entre el forcejeo se disparó varias veces, después le pegué con la pistola en la garganta no sé cuantas veces”, expuso Mondaca al Tribunal.

Posteriormente Mondaca, tras su cometido, se cambió su ropa ensangrentada confesando su crimen al jardinero y a la hija de éste de sólo 13 años, quienes observaron el cuerpo de Córdova acribillado y con una profunda herida en su cuello, transformándolos de inmediato en sus cómplices.

Luego de disponer del cuerpo del occiso que dejó semi enterrado en el sector alto de Campos de Ahumada en San Esteban, Mondaca acompañado de la hija del jardinero hicieron un ‘pacto de silencio’, deshaciéndose de la ropa de Córdova, la cual fue quemada para borrar evidencias y botar por el camino su celular, creyendo que había cometido el crimen perfecto.

 

SU HISTORIA

Rodrigo Mondaca, de 40 años de edad, era conocido por su apodo de ‘El Canadiense’ tras residir en ese país por 30 años, alcanzando a estudiar por dos años en la Universidad para pretender optar a la carrera de Periodismo, además es un amante de las artes marciales que lo llevó a practicar por muchos años el boxeo amateur. Con el paso del tiempo, se trasladó hasta Guatemala donde conoció a una mujer con la cual tienen un hijo en común, quedando bajo su custodia por 9 años donde ambos (padre e hijo) llegaron a Chile el año 2005, instalándose con un local de sandwichs en la Avenida Yungay de la comuna de San Felipe.

Según sus argumentos, luego de producirse el crimen de Córdova Klein, su hijo debió ser enviado hasta Canadá bajo custodia de la madre de Mondaca debido a las amenazas que habrían manifestado la familia de Córdova Klein durante su funeral en vengarse con la vida del menor o la de su padre.

Tras el interrogatorio por el Fiscal Osvaldo Basso, el imputado confesó finalmente su crimen bajo legítima defensa: “Tienen que haber sido tres balazos que le di a Guillermo”, y que según consta en el informe pericial del Servicio Médico Legal, fueron seis los impactos de bala, cuatro en su abdomen, una en su pelvis y otro en el fémur del occiso.

En tanto el Ministerio Público pretende obtener una máxima condena por el delito de homicidio calificado que alcance los 15 años y 270 días por el delito de inhumación ilegal, además de una demanda civil por 50 millones de pesos interpuesta por la madre de Guillermo.

Pablo Salinas Saldías

 

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