El niño quedó una cicatriz de consideración en su ojo izquierdo, luego de ser intervenido en el Hospital Gustavo Fricke, junto con erosiones en su mejilla y cuello producto de las mordeduras del perro que lo atacó.

El niño quedó una cicatriz de consideración en su ojo izquierdo, luego de ser intervenido en el Hospital Gustavo Fricke, junto con erosiones en su mejilla y cuello producto de las mordeduras del perro que lo atacó.

Con apenas cinco años de edad, el pequeño Christopher nunca olvidará uno de los mayores traumas que un niño podría vivir a temprana edad tras haber sido víctima del ataque de un descontrolado perro labrador que lo atacó, mordiéndolo en su rostro y cuello mientras jugaba inocentemente con su patineta en el pasaje donde reside.

Así lucía el pequeño Christopher de cinco años de edad junto a sus tres hermanas antes de ser mordido por un perro labrador en Villa Los Lagos de Llay Llay.

Así lucía el pequeño Christopher de cinco años de edad junto a sus tres hermanas antes de ser mordido por un perro labrador en Villa Los Lagos de Llay Llay.

 EL BRUTAL ATAQUE

Pero ¿cómo pudo suceder esto?, Andrea Aranda, la madre del menor, nos explicó que el pasado domingo a eso de las 13:00 horas, cuando Christopher se encontraba jugando tranquilamente con otra niña en Pasaje Chungará de la Villa Los Lagos en la comuna de LLay LLay. En cuestión de segundos el can se soltó de su cadena que lo aprisionaba en la casa vecina y sin provocación alguna saltó la reja para enterrar sus colmillos en el cuerpo del pequeño.

En esos precisos momentos Andrea se encontraba preparando el almuerzo que los reuniría como familia durante la tarde dominical, pero lamentablemente todo cambió cuando su hija mayor le informó que su hermano venía llorando porque lo mordió un perro.

Pero no fue una simple mordedura, Christopher sufrió lesiones de consideración en su ojo izquierdo, rostro y cuello, su madre recuerda el triste episodio cuando observó a su hijo cubierto de sangre, «nunca me imaginé que sería en la cara, pensé en una pierna o su glúteo, pero cuando lo veo con su carita llena de sangre fue horrible», relata.

Ante la brutal escena y la vulnerabilidad que sufría el pequeño, Andrea corrió con su hijo en brazos hasta donde un vecino para que los trasladara hasta el Servicio de Urgencias del Hospital de LLay Llay, siendo derivado de inmediato al Hospital San Camilo de San Felipe. Debido a la gravedad de las lesiones, Christopher fue atendido finalmente en el Hospital Gustavo Fricke de la ciudad de Viña del Mar, donde fue intervenido quirúrgicamente de las complejas heridas que pudieron ser fatales. Los médicos debieron extraer la piel muerta y suturar las heridas por medio de puntos para regenerar nueva piel.

QUEDARÁ MARCADO

«Después de esta cirugía mi hijo deberá realizarse otra, porque le deberán reconstruir la que ya le hicieron. El doctor nos dijo que quedaría con una cicatriz y algunas marcas de este lamentable episodio», argumenta Andrea.

Por su parte la dueña del animal se defiende que su mascota nunca había atacado a nadie y no se explica cómo pudo escapar de su encierro. Andrea nos adelanta que llegará hasta las últimas consecuencias, dejando su caso en la fiscalía por el daño físico y psicológico.

«Mi vecina no me ha apoyado en nada, hasta el día de hoy (ayer) ella pidió hablar conmigo, pero lo único que conversamos fue que había puesto una denuncia en Carabineros y que asistiría cuando la fiscalía tomara conocimiento e inicie una investigación», cuenta Andrea. Finalmente Christopher fue dado de alta la tarde del miércoles, debiendo permanecer en reposo con medicamentos y ungüentos para sus heridas, debiendo asistir a controles en el Hospital San Camilo de San Felipe. Además no podrá regresar a su curso de kinder en el Colegio Menesiano hasta el 30 de septiembre, cuidando de no podrá correr, saltar y realizar juegos bruscos por su intervención.

«Yo no descuido a mi hijos, esto es algo que no me lo esperaba, mi hijo es travieso, le gusta jugar como todo niño, pero ahora no podemos dejarlo salir por temor, porque el perro continúa en la casa vecina, aún siento rabia y pena, ¿cómo ella que estaba ese día ahí mismo no se dio cuenta que su perro se había escapado?», se cuestiona.

La madre de Christopher concluye la entrevista a Diario El Trabajo esperando que la justicia pueda establecer una reparación lógica para ambas partes. Pese a que los costos de las atenciones médicas han sido gratuitas, resalta el trauma psicológico para toda la familia y en especial del menor afectado que cargará con esa cicatriz.

Pablo Salinas Saldías

 

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