José Pablo Monreal intenta sortear el férreo sistema defensivo de los porteños (Foto: Jaime Gómez Corales)José Pablo Monreal intenta sortear el férreo sistema defensivo de los porteños (Foto: Jaime Gómez Corales)

Una derrota dolorosa, pero que en términos prácticos no afecta en nada sus aspiraciones por estar en la lucha por el título de la categoría, fue la que sufrió Unión San Felipe ante Santiago Wanderers, en el duelo disputado el sábado último en el estadio Municipal.

El 0 a 1 con que concluyó el pleito correspondiente a la fecha 21ª del torneo B del balompié profesional chileno, no reflejó lo que sucedió en el campo de juego; sin embargo, el triunfo caturro es inobjetable si se asume que se trataba de un lance con características de clásico, donde la balanza se termina cargando para uno y otro lado, solo por detalles mínimos, que por más ínfimos que sean, determinan el resultado final.

Con un reducto de la Avenida Maipú reluciente y con más de tres mil personas en sus aposentadurías, lo vivido durante la jornada sabatina fue una verdadera fiesta del fútbol, que lamentablemente para las huestes aconcagüinas no tuvo un final feliz.

En términos generales el encuentro fue en todo momento de trámite muy parejo, aunque el Uní Uní siempre fue hacia adelante, tarea que no le resultó nada sencilla a raíz del buen dispositivo defensivo de los porteños, que desde la zona media hacia atrás propusieron una estrategia de mucho raspe y apriete, pero sin caer nunca en la falta excesiva o mala intención. Por contraparte los sanfelipeños intentaron salir de esa madeja buscando la conexión mediante la dupla creativa Plaza – Valenzuela, pero a ambos les costó mucho desplegar su repertorio, tema sensible ya que con esto, rara vez Mario Briceño y José Pablo Monreal encontraron espacios como para poder arremeter con ventajas sobre la portería custodiada por Eduardo Miranda.

Pese a todas las dificultades, el Uní Uní contó con oportunidades muy claras para llegar al gol, pero faltó fineza y precisión para desatar los abrazos en la cancha, y la locura en las galerías Norte y Pacífico. Pudieron ser Briceño, Jara, Monreal o Nahuel Luján, los que se vistieran de héroes.

Santiago Wanderers nunca se salió del libreto, pese a que en la primera etapa perdieron a Matías Plaza, jugador clave que les entrega cuotas de fútbol que a los 22’ debió irse a camarines después de no poder sobreponerse de una dolencia a una de sus extremidades.  La virtud de los forasteros estuvo en que supieron resistir con orden y esperar pacientemente su oportunidad. En el 65’, Carlos Muñoz no desaprovechó su momento para batir a Pablo Heredia y poner un golpe que terminó siendo decisivo.

Se perdió, aunque la caída no mina en nada el sueño albirrojo por volver a la serie de oro del fútbol chileno, porque sus 35 puntos le permiten seguir muy arriba en la tabla, y si en la próxima fecha donde nuevamente será local, vence a Deportes Iquique, y se dan algunas combinaciones, podría volver a ser puntero. Nadie dijo que esto sería fácil.

José Pablo Monreal intenta sortear el férreo sistema defensivo de los porteños (Foto: Jaime Gómez Corales)
José Pablo Monreal intenta sortear el férreo sistema defensivo de los porteños (Foto: Jaime Gómez Corales)