En un partido donde a base de mucha intensidad en la marca y un gran ritmo obligó a Ñublense a refugiarse en su propio campo, Unión San Felipe debió conformarse con una escuálida igualdad en blanco que poco y nada le sirve para sus afanes de convertirse en protagonista del torneo de la Primera División B.
La escuadra albirroja tuvo unos primeros 20 minutos impecables, gracias al gran trabajo que desplegaron sus volantes centrales: Leandro Fioravanti y Tomás Lanzini. A estos medios se sumaron los externos Jimmy Cisterna y Pablo Vergara, quienes lograron conectarse de manera fluida con Gonzalo Álvarez.
Durante ese lapso los de Durán dispusieron de dos inmejorables ocasiones de gol, pero tanto Jimmy Cisterna y Pablo Vergara no estuvieron los suficientemente finos a la hora de liquidar dichas oportunidades que fueron a parar a los postes.
Ñublense tardó un poco en dar con el tono para lograr controlar el vendaval albirrojo, y cuando lo hizo comenzaron a aparecer, quedó expuesto el gran déficit que muestra en la actualidad el Uní Uní, que no es otra cosa que la carencia de un fondo futbolístico que le permita ser un conjunto que sepa regular y controlar el juego, porque en el fútbol cuando se quiere luchar por cosas importantes, el asunto no se reduce a solo correr e ir hacia adelante.
Con dos equipos muy claros en su manera de actuar la primera fracción se fue sin mayores novedades, porque por un lado los sanfelipeños con pocas ideas intentaban hacer daño, mientras que por el otro los chillanejos sólo se dedicaban a ralentizar para dejar que el reloj corriera.
Casi de inmediato al momento de reiniciarse las acciones volvió a quedar claro que Unión San Felipe buscaría romper el cero con acciones individuales, más que colectivas. En el 53’ Jimmy Cisterna se metió en el área rival siendo objeto de tonta infracción que el juez Francisco Gilabert no dudó en sancionarla con la pena máxima.
Lautaro Palacios fue el encargado de ponerse frente al buen arquero Rodrigo Odriozola, pero el tiro del artillero trasandino fue demasiado blando y sólo permitió el lucimiento del cuidatubos que además se dio el gusto de hacer una doble intervención, porque su rebote fue a dar los botines de Cisterna, quien tampoco supo definir de manera correcta.
El penal perdido, sumado a la pérdida de confianza producto de los pocos balones que le llegaban, provocó que Palacios literalmente desapareciera del campo de juego, por lo que el entrenador mandó en su reemplazo a Julio Castro, quien con muchas ganas logró entrar en la dinámica o idea ofensiva que se busca en este conjunto. Fue precisamente ‘El Comandante’ el que pudo haber cambiado la historia del compromiso jugado en el césped sintético del Lucio Fariña Fernández de Quillota, pero un cabezazo suyo en el minuto 70 fue tapado de manera excepcional por el meta de los sureños, y en la otra a sólo 120 segundos del final le sacaron un remate en la raya.
A instantes que el juez pusiera el fin del pleito, Odriozola volvió a confirmar que estaba en su tarde al sacarle un cabezazo al defensor Víctor Morales, en lo que fue el último intento unionista por quedarse con una victoria que nunca llegó, por más que haya hecho méritos para quedársela, pero en el fútbol la justicia no existe y sólo se gana con goles, que siempre son amores y no buenas razones. Por algo ya son tres los partidos en que los de Durán no saben de triunfos.
Ficha Técnica
Fecha 9º Torneo Primera B.
Estadio Lucio Fariña de Quillota.
Árbitro: Francisco Gilabert.
Unión San Felipe (0): Andrés Fernández; Francisco Salinas (Matías Torres), Jesús Pino, Víctor Morales, Gonzalo Villegas; Leandro Fioravanti, Tomás Lanzini, Jimmy Cisterna (Alejandro Azocar), Gonzalo Álvarez, Pablo Vergara (Matt Lagos); Lautaro Palacios. DT: Erwin Durán.
Ñublense (0): Rodrigo Odriozola; Nozomi Kimura, Jorge Ampuero, Nicolás Vargas, José Navarrete; Federico Mateos (Bustamante), Jorge Orellana, Luis Valenzuela (Rozas), Sebastián Pérez, Oscar Ortega (Briceño), David Escalante. DT: Jaime García. Goles: No hubo.
Expulsado: Leandro Fioravanti (USF).
