Ellos son parte del Centro Evangélico Carcelario Buen Samaritano San Felipe, agrupación que visitó Diario El Trabajo para compartir información sobre su trabajo social.

Ellos son parte del Centro Evangélico Carcelario Buen Samaritano San Felipe, agrupación que visitó Diario El Trabajo para compartir información sobre su trabajo social.

El simple hecho de poder ver una gota de agua correr sobre la hoja de un árbol cuando llueve y sentir la brisa nocturna de invierno cuando caminamos en la noche no es siempre algo cotidiano como se pudiera creer, esto si tomamos en cuenta que son unas 50.000 personas en Chile las que se encuentran presas y no pueden ver ponerse el sol ni el verdor de los campos.

Así de triste puede ser la vida cuando ésta no tiene un propósito claro y la luz no ilumina el corazón del ser humano, es en sentido contrario a esta dura realidad en las que se mueven las manecillas del reloj de quienes conforman el Centro Evangélico Carcelario Buen Samaritano San Felipe, filial operativa de un movimiento que nació hace 31 años en Chile y opera desde hace tres en el CCP San Felipe.

“Somos un grupo de cristianos evangélicos a cargo de esta misión, la de llevar esperanza y paz a los presos del país; jornadas de trabajo social que realizamos varias veces a la semana; visitas a los pabellones. En esas visitas les hablamos de la Palabra de Dios; hacemos oración por distintas causas y también le alabamos a Él”, comentó a Diario El Trabajo Héctor Vera, Pastor y capellán del Centro Evangélico Carcelario Buen Samaritano San Felipe, pero que también opera en Santiago.

“Nuestro trabajo social no termina ahí, también tenemos una estructura diseñada para brindar albergue para aquellos que salen en libertad y que quieran cambiar su vida y borrar sus Antecedentes Penales amparados a la Ley 409, pues durante los años que sea necesario les brindamos apoyo y seguimientos a esas personas”, agregó Vera.

Diario El Trabajo habló con varios ex presidiarios que decidieron cambiar sus vidas cuando conocieron a estos misioneros en prisión y, aprovechando la oportunidad, hoy viven una vida nueva y con sus antecedentes borrados del sistema penitenciario.

“Yo estuve preso por varios años, en esos años vi la oportunidad de cambiar mi vida y aproveché la mano que se me ofreció. Ahora, diez años después, ya no tengo antecedentes; laboro en una empresa de seguridad y tengo a Cristo en el corazón piloteando mis actos públicos y privados”, explicó a nuestro medio Michael Vera, favorecido con esta misión cristiana y la Ley 409.

Por su parte la pequeñita Bella Godoy, de diez añitos, también habló con Diario El Trabajo, pues los niños tienen una participación dentro del grupo de trabajo social.

“Yo tengo diez años, estoy cursando 5º Básico y mi participación, igual que con otros niños, es la de cantar himnos y apoyar al grupo dentro y fuera de la prisión. No tengo miedo de participar, pues tengo la protección de Dios en lo que hago”, comentó la niña. Los interesados en conocer más sobre el Centro Evangélico Carcelario Buen Samaritano San Felipe, pueden llamar a los fonos: 7812 7192 y el 9392 8340.

Roberto González Short

rgonzalez@eltrabajo.cl

 

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