Los más optimistas dirán que fue un paso adelante, los pesimistas afirmarán que no se ven progresos, mientras que los indiferentes -los más- seguirán ajenos a la actual campaña, y solo tomarán atención cuando sea necesario.
Lo concreto es que el juego contra la Universidad de Concepción en ningún caso puede tomarse como un barómetro para calibrar el actual momento albirrojo. Es ahí donde las tres percepciones (pesimistas, optimistas, indiferentes) logran medianamente confluir. Jugar y sumar contra uno de los equipos de peor rendimiento durante toda la temporada, puede llevar a sacar lecturas equivocadas, porque un resultado positivo era algo posible, pero también cuando se está al frente de un conjunto desesperado cualquier cosa puede pasar, ya que éstos suelen responder desde lo emocional más que lo futbolístico. A los indiferentes les da igual, porque siempre lo que importa es ganar. Simple.
Pese a que en la cancha del estadio Ester Roa había realidades opuestas en la tabla de posiciones, el momento de ambas escuadras era muy similar. Es indesmentible que el Uní Uní es un equipo con muchas dudas en su funcionamiento, y si a eso se le adicionaba que sus jugadores no están mostrando la histórica actitud de lucha de otros que alguna vez vistieron la divisa albirroja. Cualquier cosa podía pasar.
El pleito entre universitarios y los de Lopez, estuvo muy por debajo de lo esperado. Por un lado, el conjunto sureño demostró el porqué está metido en la parte baja del torneo, y los aconcagüinos dejaron otra evidencia de su pálido presente. En la primera mitad lo más destacable fue un remate de distancia de Gonzalo Espinoza que terminó estrellándose en el horizontal. Esa fue la exclusiva acción de riesgo por parte de los forasteros. Al inicio del duelo los anfitriones también tuvieron una de oro mediante un cabezazo que se fue por poco desviado. En resumen, un primer tiempo para los bostezos, muy lejos de la ‘final’ o ‘partido de muerte’ que en la previa habían ofrecido.
Fue en el tramo final del segundo lapso cuando San Felipe pareció despertar. Importante en esa dinámica fueron los ingresos de Matías Sandoval y Nahuel Luján, quienes le otorgaron mayor verticalidad a la ofensiva. Fue el ex Universidad de Chile el que gravitó más, y él pudo cambiar el resultado cuando en la última pelota del partido, desde una buena posición sacó un remate rasante y débil que casi se le coló al arquero Manuel García.
Empate en blanco donde al menos se vio un alza en la actitud, aunque en lo futbolístico no hubo mayores mejoras, algo vital que se consiga si se quiere ser competitivo en una posible participación en la liguilla por el ascenso.