Más de alguno de nuestros lectores se acordará de una mujer de baja estatura que por años vendió productos en Calle Coimas frente a Farmacia Salcobrand, siempre acompañada de su hija y nieta, su marido era un hombre que recolectaba cartones en un triciclo. Su nombre es Elena Sepúlveda Flores, la encontramos en Calle Toromazote acompañando a su nieta que andaba haciendo trámites en las oficinas municipales.
Al encontrarla en la calle quisimos saber qué ha sido de su vida, ahí nos cuenta que fue comerciante en ese lugar por más doce años, que su marido enfermó y lamentablemente murió al igual que su hija mayor con dos meses de diferencia.
Que tuvo que comprar las sepulturas, para ello debió pedir un préstamo en un Banco, cuya cuota no alcanza a pagar con su sueldo, gana 120.000 y debe pagar $135.000.
«Me quedé con una pensión de 96 mil pesos cuando él murió, actualmente estoy 120 mil pesos, con esa plata que yo recibo tengo que pagar una cuenta en un Banco por un préstamo que pedí para arrendar dos sepulturas, las que pasado dos años tuve que comprarlas, porque sino los iban a sacar, entonces fui y pedí un préstamo, yo tengo buena reputación en los bancos porque antes pedía y cancelaba sin ningún problema, pero actualmente quedé sola, pedí un préstamo en un banco de un millón quinientos mil pesos y estoy pagando cuatro millones, la Letra que yo pago es de 135 mil pesos y yo recibo 120 mil, por eso tengo que rebuscármela para poder juntar los quince mil pesos y completar la letra y pagarle al banco, yo estuve enferma tres años, tuve un accidente en 2014 que me atropellaron, tengo fierro en mi pie derecho y después me dio una infección urinaria que actualmente me tiene en diálisis, la última vez que estuve en el hospital me dio leucemia, estuve a punto de morirme pero gracias al Señor estoy bien, a diálisis voy lunes, martes, jueves y sábado, en esos días no puedo trabajar, estoy incapacitada para trabajar porque no puedo ni barrer, ni lavar ninguna cosa, todo me lo hace mi nieta y mi nieta me ayuda me compra pañales porque tengo una diarrea crónica que no tengo remedio, porque la diabetes me la dejó, entonces yo tengo que tener plata para comer, comprar mis cosas, para luz, agua y yo no la tengo, yo no tengo, la Ficha CAS es de las últimas pero, ¿qué saco?, si no me ayudan, yo fui a pedir a la Municipalidad aunque sea con pañales me dijeron que tenía que estar postrada en una cama, donde no tuviera movimiento, por eso no me podían ayudar, yo no recibo ayuda de ninguna parte», nos dice Elena
– Aparte de la ayuda de su nieta ¿de qué vive?
– Mire, voy donde una amiga que tiene panadería y ella me da pancito, pan frío, vendo sopaipillitas, empanadas, con eso tengo para ir a la feria, compro las papitas, verduritas y con eso nos damos vuelta con mi hija, con mi nieta y los niños, ella tiene tres hijos y yo más somos cuatro, ahí estoy en mi casa pagando luz, agua a veces tengo y a veces no tengo para comer, ¿pero a quién le voy a pedir?, si yo no tengo (se emociona) a mí no me dan, no me ayudan mis hijos, están sin pega, tienen hijos, tienen casas, ¿pero cómo voy andar detrás de ellos? sino tienen para ellos menos van a tener para mí.
– Independiente de su caso, es una triste realidad que viven muchas personas.
– Sí, pero yo no le digo nada a nadie, ¿de qué le sirve mi historia?, yo soy evangélica, creo mucho en Dios y me sostengo en las manos del Señor, en las manos del Señor me sostengo, porque voy a la iglesia, mi pastor es muy bueno conmigo me ayuda también él, pero no todo el tiempo pidiendo ayuda no es cierto, yo no tengo nada que decir de los hermanos, todos son muy buenos conmigo, también hay una meta, que como yo tengo necesidades hay otros que también tienen, entonces todo lo que se reúne el pastor lo comparte con todos los hermanos, pero yo no soy de andar llorando que no tengo, si tengo tengo, y si no tengo no tengo nomás, a veces no tengo una bolsa de té para echarle a la taza y tomarme un té digo Señor, voy a tomar tecito, pero usted va a poner el té, no importa que sea agua pero yo estoy tomando con la fe de Dios me va a dar una taza de té, este pancito añejo, blando, fresquito, calientito, gracias Señor, porque yo me sostengo en Dios nomás, Dios me ha dado la vida, nuevamente estuve al borde de la muerte, me dio aneurisma con septicemia, que el doctor me dijo no tenía remedio, que espera nomás les dijo a las niñas, pero Dios dijo otra cosa, el Señor da la última palabra.
– Es decir, usted se sostiene en la palabra de Dios, pero ¿le gustaría que alguien la ayudara?
– Claro que sí, claro, aunque sea con los pañalitos, porque lo más que uso son pañales, ayer mi nieta me regaló dos mil pesos y yo tenía mil, me pasé a comprar un paquetito de pañales porque uso puro pañal plástico, ¡porque los otros de adónde?
– ¿Dónde la pueden ubicar?
– Yo vivo en Población Chorrillos pasaje 1 Nº 0243 San Felipe, ahí vivo yo.
Cuenta que actualmente le funciona un riñón, no puede tomar liquido, sólo come pastas y arroz, menos papa, porque contienen sodio y el riñón que tiene expulsa sodio, «no como exquisiteces yo no uff mire, realmente yo la carne no la veo, no como carne, no tengo plata para comprarme un kilo de cazuela, no como».