LOS ANDES.– Un recluso de la cárcel de Los Andes, intentó fugarse del penal ocultándose en el interior de un sofá, siendo finalmente descubierto por un suboficial de guardia de Gendarmería. El recluso, identificado como Alejandro Manuel Espinoza Maturana (37), quien se encuentra recluido en el penal andino por un delito de Robo con intimidación, debiendo cumplir su condena recién en septiembre del año 2027, descuenta una condena que le fue impuesta por el Tribunal Oral en lo Penal de San Felipe.
NACE LA IDEA
A fin de matar el tiempo, Espinoza comenzó a trabajar en los talleres del penal fabricando muebles, los cuales posteriormente son comercializados al público en el exterior. De esta manera urdió la idea de poder ocultarse en la estructura de un sofá, de un total de cuatro que le habían mandado a fabricar. Fue así que el día sábado pasado el reo se las ingenió para ocultarse en el interior de la estructura del mueble y así salir del penal.
Sin embargo, cuando el mueble era sacado por otros cuatro internos, el suboficial de guardia notó que era más pesado que lo normal y levantando por cuatro personas, ante lo cual entró en sospechas y lo envió al hall para su revisión. Fue así que el personal de guardia al abrir la tela en la parte posterior, se encontró con el reo enrollado en posición fetal. De inmediato fue sacado y enviado de vuelta al penal, aplicándosele las sanciones correspondientes.
El Alcaide (S) del Centro de Cumplimiento Penitenciario, Capitán Cristián Valdés, indicó que el recluso fabricó un total de cuatro sofás, dos de los cuales fueron retirados el 20 de enero y los dos últimos debían salir el sábado pasado.
El jefe carcelario dijo que al suboficial a cargo de supervisar la salida de los muebles le llamó la atención que estos dos últimos fueran sacados entre cuatro personas, en circunstancias que los primeros fueron retirados por dos personas solamente y eso lo hizo entrar en sospechas.
«Llamó la atención el hecho que fuera tan pesado el sofá y de esa manera al momento de revisarlo se encuentran con los pies de la persona al interior, causando la natural conmoción y luego retirándolo para derivarlo a la enfermería del penal, donde es atendido para posteriormente quedar en celda de aislamiento», informó el Capitán.
El oficial precisó que el recluso estaba recostado en el sobre la base del sofá, «pero la madera incluso estaba un tanto agujereada para alivianar peso».
El capitán indicó que a la hora en que ocurrió el intento de fuga al interior del penal, se encontraba el personal del Tribunal de Garantía, encabezado por la Jueza Carolina Encalada realizando la visita semanal de cárcel, «por lo que una vez que se les dio la salida a ellos, se cerró el penal para proceder con un censo, se contó cada uno de los dormitorios y se estableció que no habían más personas ausentes».
TODOS AISLADOS
Agregó que se dio el aviso correspondiente al Fiscal de Turno Alberto Gertosio y a las autoridades regionales de Gendarmería, informando que fue descubierto este recluso. Asimismo, dijo que en primera instancia se entrevistaron con los cuatro internos que iban cargando el sofá en el entendido que algo podrían saber de esta fuga, «ya que estas situaciones no son al azar y tampoco son de un minuto para otro, y por ser colaboradores, fueron derivados junto al recluso a una celda de aislamiento».
Luego de ello y como medida de seguridad, los cinco internos fueron enviados al Centro de Cumplimiento Penitenciario de Valparaíso. Los otros involucrados fueron identificados con las iniciales J.E.S.C., M.I.R.S., A.P.E.A. y J.C.F.A., quienes cumplen condenas por diversos delitos como Robo con fuerza en las cosas; Robo en lugar no habitado; Robo con violencia; Robo con intimidación y Robo en lugar habitado.
El oficial manifestó que por lo menos en los últimos cinco años no habían tenido un intento de fuga de estas características, «pero si lo hubiera logrado habría sido un escape bastante llamativo y a la vez preocupante, pero los controles en el penal están funcionando adecuadamente y esto impidió que el recluso cumpliera con su cometido».
Comento además que eran los propios familiares del interno quienes venían a retirar el sofá, por lo que se presume que era una fuga muy planificada con antelación. Relató que antes de proceder a la revisión, se le consultó a los internos que trasladaban el sofá por el fabricante, «pero este no aparecía por ninguna parte y ellos se pusieron extremadamente nerviosos e incluso uno llegó a argumentar que estaba durmiendo, entonces se entiende desde ese punto de vista que algo sabían y todos estos elementos llevaron a sospechar».