• Profesionales llamaron a tener extremo cuidado con los niños y niñas, pues un segundo de descuido puede terminar en tragedia.-

Con todo ha comenzado este verano en nuestro valle del Aconcagua, y con ello, las piscinas han vuelto a recibir a las familias que buscan refrescarse y escapar un rato del calor extremo que sentimos en nuestra zona. Pero lo que es una entretenida jornada puede terminar en una verdadera tragedia, y es que los accidentes en este tipo de lugares son comunes, y está a la mano de uno mismo poder evitarlos.

No hace mucho, un niño venezolano perdió la vida tras caer a una piscina en la ciudad de Los Andes. El menor estuvo algunos minutos sumergido en el agua y lamentablemente falleció cuando recibía atención médica en el Hospital San Camilo de San Felipe. Es por esto que diario El Trabajo dialogó con Pablo Yáñez, jefe del SAMU Aconcagua, quien entregó una serie de recomendaciones y ‘tips’ para evitar estos accidentes, y si es que se llegan a producir, sepa qué debe hacer.

Pablo, ha comenzado la temporada de piscinas, la gente acude también a ríos, lagos o la playa, ¿Qué recomendación se hace a las familias especialmente para tener cuidado con niños y niñas?

– La recomendación que damos que aquí el principal cuidado que hay que tener es con los niños. Cada vez que haya un niño cerca de una piscina, río o playa, no puede perder de vista al menor, siempre estar muy cerca porque desde que trabajo acá hace 6 años, todos los veranos tenemos que lamentar víctimas fatales, niños sobre todo, por el uso de la piscina, aun cuando sean de estas que se arman, de plástico. No pierda al niño de vista, a pesar de que le compre el mejor flotador del mundo, tiene que estar con el niño al lado.

Suponiendo que se produjo el accidente y el menor cayó a la piscina, ¿qué hacer en ese momento?, ¿cómo reaccionar ante la emergencia?

– Acá hay dos escenarios, que se dé una asfixia por inmersión, que el niño deje de respirar y eso hace que baje los niveles de oxígeno y eso hace que se produzca un paro cardiorrespiratorio, que es el peor escenario. También tenemos otro escenario en donde el niño traga un poco de agua y comienza a toser, y siempre en las dos situaciones es sacar al niño del agua. Si la situación es extrema, si sufre una asfixia y lo encuentro inconsciente en el agua, es ponerlo sobre una superficie dura y seca y comenzar la reanimación cardio pulmonar, hacer compresiones en el centro del pecho, fuerte y rápido con los brazos estirados, en el caso de los niños con una o dos manos, en el caso de los adultos con las dos manos.

En este mismo contexto, Yáñez agregó que «llamar al 131 que es fono de las ambulancias, poner el teléfono en altavoz y mientras voy hablando ir haciendo las compresiones cardiacas, y así la operadora me seguirá asistiendo telefónicamente y simultáneamente estará despachando la ambulancia que corresponda».

Muchas veces la gente piensa en trasladar al menor en su auto directo al Hospital, piensan que será más rápido, ¿es prudente hacer eso o es mejor esperar el arribo de la ambulancia?

– Lo mejor siempre es hacer reanimación cardio pulmonar, eso va a salvar la vida de un niño o adulto, y llamar a la ambulancia. Si yo subo a una persona con un paro cardiorrespiratorio a un vehículo y lo traslado, basta con que me demore 10 minutos para que las probabilidades de vida sean casi cero.

Qué pasa también con los adultos, muchas veces de manera irresponsable se ingiere alcohol y entran al mar, por ejemplo.

– Si estoy bajo los efectos del alcohol nunca debería estar a cargo de un niño en un lugar inseguro como es el mar, son cosas que obedecen más al sentido común, de la responsabilidad de ser adulto. Obviamente si uno ha ingerido alcohol, no debe ingresar al mar por el riesgo que esto significa.

Pablo, lo último, es mito o verdad que una persona debe esperar hasta dos horas incluso después de comer para poder bañarse en la piscina, el río o la playa, en general.  

– No tan mito, es bastante real y no es tan sólo para el deporte de estar en el agua, cuando uno come, por así decirlo, la comida está en el estómago, y cuando uno hace deporte, uno exige los músculos y la sangre está en digerir la comida, por lo que no llega oxígeno a los músculos y se produce lo que conocemos como calambre. Calambres que pueden dar en los brazos, en las piernas y eso hace que uno no pueda salir del agua. Uno debería esperar al menos dos horas después de alimentarse para entrar a la piscina.

Pablo Yáñez, jefe del Samu Aconcagua.

Pablo Yáñez, jefe del Samu Aconcagua.

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