Estas es sólo una pequeña cantidad de los diseños de velas fabricadas en San Felipe, al menos en ocho ciudades del país las velas de Erika Mancilla son vendidas al público.

Estas es sólo una pequeña cantidad de los diseños de velas fabricadas en San Felipe, al menos en ocho ciudades del país las velas de Erika Mancilla son vendidas al público.

Las velas fueron el instrumento con el que la humanidad se alumbró por varios siglos a falta de la electricidad y aunque la tecnología sigue en estampida, este invento humano sigue siendo de obligatorio uso para rituales ceremoniales y religiosos en nuestra sociedad. Con miras a conocer en parte el proceso de fabricación de las mismas, Diario El Trabajo entrevistó a la mujer que asegura ser la ‘única’ fabricante de velas en San Felipe. Se trata de una fábrica de velas artesanal que funciona en la parte trasera de una vivienda en Villa Juan Pablo II.

ELLA SABE LO QUE HACE

Según lo explicó Erika Mancilla, ella aprendió el oficio en la desaparecida ‘Fábrica Místic’ de San Felipe, franquicia que habría quebrado hace algunos años y en donde esta artesana laboró por muchos años.

– ¿Cómo llegó usted a montar esta fábrica artesanal de velas en su casa?

– «Yo logré montar mi taller gracias a la ayuda que he recibido de Dios y del Fondo Esperanza, así como del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis), por el apoyo económico que me dieron para que yo lograra instalar este taller de velas en mi casa».

– ¿Es muy complicado el proceso de fabricar una vela?

– «Hay que saber hacerlo, siempre calienta la cera a baño maría. Si voy a hacerlo directamente sobre el fuego, entonces tengo mucho cuidado. Una vez que la parafina alcanza los 150°C, prende fuego espontáneamente. Si esto me sucede, no uso agua para apagarlo, sólo lo sofoco, no la derramo líquida en el desagüe, porque al enfriarse puede provocar un bloqueo de tuberías».

– ¿Cómo controlas la temperatura?

– «Uso un termómetro, pues es imprescindible en la fabricación de velas. De él depende el éxito de la vela y el efecto obtenido. Lo ideal sería un termómetro que alcanzara los 150°C, ya sea de mercurio o de alcohol. Se pueden conseguir en negocios especializados y en farmacias».

– ¿Qué otros artículos usas para completar el proceso?

– «Además del hervidor para Baño María, yo uso ollas de acero inoxidable, esmaltadas o de aluminio, jarras y jarritos para calentar la parafina a Baño María. Sobre los moldes, los hay de acrílico y de metal. Hay una gran variedad de diseños, formas y tamaños».

– ¿Cuál es la materia prima para fabricar candelas?

– «Los materiales principales son parafina: La parafina es un subproducto de la destilación del petróleo. Es incolora, inodora y barata. Hay distintos grados de parafina, según su punto de fusión: 56°-58°, 54°-56°, 52°-54, etc. Cuanto más bajo es su punto de fusión, más blanda es la cera, por lo que se consume más rápidamente, también hay que usar mechas o pabilos, colorantes, perfumes y masilla».

– ¿Cómo logras fabricar velas con figuras y colores personalizados?

– «Tengo que usar la imaginación, pues hay que fabricar velas muchas veces al gusto del cliente, por ejemplo para las velas con agujeros hay que llenar el molde con cubitos de hielo y verter la parafina. El hielo se derretirá y dejará los espacios libres; para las velas de diferentes colores hay que derretir parafinas de diferentes colores, e ir vertiendo en capas en el molde. Tras la aplicación de cada capa, enfrío en el freezer un minuto, saco y vuelco otra capa de diferente color, desde la primera capa, siempre hay que ubicar la mecha».

Más allá de la destreza de Erika Mancilla para realizar este oficio, lo importante de su historia es el hecho de que gracias a este trabajo, ella ha logrado comprar su casita y vivir dignamente.

Roberto González Short

rgonzalez@eltrabajo.cl

 

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