SIIL se opone a solicitud de autorización para infiltrar de aguas del Río Aconcagua a cuenca de Chacabuco

Edgardo Lepe, Abogado del Sindicato Industrial de Integración Laboral.

Con la idea del cuidado del agua para la zona y en especial para la agricultura, en medio de la crisis por el recurso hídrico existente en la región, es que el Sindicato Industrial de Integración Laboral SIIL de Codelco División Andina, presentará una oposición a una solicitud presentada por Agrícola Esmeralda Limitada e Inversiones Cantabria Limitada, por la cual se solicita la autorización para obras de infiltración acuífero Chacabuco Polpaico, Región Metropolitana para un total de 211,6 litros por segundo provenientes del Río Aconcagua, primera sección, las cuales son conducidas a través del Canal Chacabuco Polpaico, sin embargo, atendido el carácter eventual de sus acciones su equivalencia en el Río Aconcagua asciende a 1,8 litros por segundo y no a 14.9 litros por segundo como lo establece la solicitud, por lo cual esta cifra a lo máximo debería ser de 25,5 litros, por segundo.
A través del Departamento Jurídico del SIIL se considera que la solicitud no cumple con los requisitos legales que se prevén para este tipo de requerimientos, ni se han acompañado a ella los antecedentes que debieron acompañarse. Al respecto conviene recordar que esta solicitud ha debido ajustarse íntegramente a las exigencias incorporadas por la Ley 20.017 al Código de Aguas. En particular, este cuerpo normativo impone el principio de respeto y protección de los derechos adquiridos y la interrelación de las aguas superficiales y subterráneas. Estos principios emanan de numerosas normas del Código de Aguas, dentro de las cuales se encuentra, por cierto, su Artículo 22, en su nueva redacción, en virtud del cual cualquier acto de constitución, modificación, etcétera, que se refiera a derechos de aprovechamiento de aguas, debe autorizarse y efectuarse siempre que no perjudique aquellos ya constituidos y su ejercicio y teniendo en cuenta la interrelación entre las aguas subterráneas y superficiales, amén de lo dispuesto en el artículo 19 Nº 24 de la Constitución Política del Estado.
Al respecto, Edgardo Lepe, Abogado del Sindicato Industrial de Integración Laboral SIIL, sostiene que «considerando que de acuerdo al Artículo 3 del citado cuerpo legal, las aguas que afluyen, continua o discontinuamente, superficial o subterráneamente, a una misma cuenca u hoya hidrográfica, son parte integrante de una misma corriente, y establecido que la cuenca hidrográfica de un caudal de aguas la forman todos los afluentes, subafluentes, quebradas, vertientes, esteros, lagos y lagunas que afluyen a ella, en forma continua o discontinua, superficial o subterráneamente, resulta evidente pues que la solicitud en cuestión, en los términos pretendidos y por las consecuencias expresadas, necesariamente perjudicará a todos aquellos que tienen ya constituido un derecho de aprovechamiento de aguas en la misma cuenca u hoya hidrográfica».
El sindicato SIIL, preocupado especialmente por el cuidado de este recurso y en defensa del agua para la zona se opone a esta solicitud, ya que mediante la participación en variadas mesas, se ha dispuesto que corresponde cuidar el agua para la región y lograr un máximo aprovechamiento del agua en la zona y no que se traslade para el usufructo en otra región. Además, se ha participado como sindicato en todas las instancias de protección del recurso hídrico y nos parece absolutamente comprensible que seamos quienes defiendan el uso del agua en la zona para sus diversas actividades.
La oposición legal a esta solicitud, se pondrá este martes en la Oficina Provincial de la Provincia Cordillera, ubicada en la Gobernación de Colina.
Lo que se busca es cuidar el Río Aconcagua que se encuentra agotado, resultando aún más evidente el perjuicio que con la autorización se causa. Además de no existir actualmente disponibilidad de aguas en las cantidades que los propietarios de derechos tienen, sino que como es natural, mientras más interesados solicitan aguas que legalmente forman parte del río, ya sea que corran superficial o subterráneamente por él, o porque llegan a él alimentándolo, el problema de la escasez y distribución de aguas existentes se agudiza y obliga, en perjuicio de los derechos ya constituidos, a turnos y distribuciones proporcionales que no satisfacen el derecho que se tiene.